No te esperaba

Capitulo 189

—entraron en un área sin señal —dijo Frey al borde del colapso, persiguieron a los hombres en el auto, pero se perdieron entre los edificios de una antigua ciudad abandonada y catalogada como maldita luego de una inundación.

—no, no me vengas con eso, no me quedare aquí mientras ellas están en algún lugar —Layla se movía de un lado a otro, si no fuera por Claus ella se hubiera deshecho por completo.

—¿y si les hicieron algo? —Alma estaba aún en estado de Shock, no había hablado, no sabía cómo de un momento a otro Tabitha ya no estaba a su lado.

—¿Cómo no te diste cuenta que no eran parte del personal? —

—encontraron los cuerpos en el basurero luego que se las llevaron, tal vez hicieron el cambio en ese momento —Frey no miraba a Layla a la cara, la mujer tenía el rostro pálido e hinchado de tanto llorar, no había dormido ni comido en veinticuatro horas y Alma se hubiera ido de allí tambien si no fuera por Stefan, las mantenían a ambas en la casa principal de Stefan, el hombre tampoco tenía descanso, todos los hombres fuera de la ciudad buscaban silenciosamente a las niñas, no quería que les fueran a hacer daño y si ya lo habían hecho no quería que escaparan.

El mismo se encargaría de torturarlos por ello.

—Luna… luna… ella va a estar bien —la voz suave de Stefan la hizo levantar la mirada de sus pies.

—él… él la tiene… lo sé —murmuro con la voz rota, miro a Stefan a los ojos y este solo la abrazó sentado a su lado escuchándola romperse en llanto.

—ya… la traeré de vuelta ¿ok? —la tomó de las mejillas para que lo mirara a la cara —Traeré sana y salva. —Alma no sabía cómo sentirse al respecto, pero confiaba en el hombre.

Layla solo abrazaba a Claus y luego se alejaba, la mujer no sabía ya como calmarse y tomo asiento al lado de Alma.

—Alma… —ambas mujeres se abrazaron intentando consolarse.

—es mi culpa… lo siento —Layla froto sus manos en la espalda de la pelirroja.

—ellas estarán bien, son inteligentes… van a estar bien —Layla quería creer en ello, pero las imágenes de cada persona importante en su vida estaban llenas de sangre.

Tenía miedo que Claus acabara igual, por eso se había alejado, pero ahora…

Solo podían quedarse allí y esperar un milagro.

Stefan se alejó dejando a ambas mujeres juntas.

—necesitan dormir —murmuro Stefan dándole la espalda a Claus quien impotente al igual que Stefan solo esperaban una llamada para moverse ellos mismos y traer a las niñas.

—¿Qué piensas que intento hacer? —Stefan puso una mano consoladora en el hombro de Claus.

—tengo un plan… pero… espero me ayudes —ambos hombres miraron a las mujeres, ambas en un estado de alerta que solo habían visto en Layla, la mujer ya había pasado por mucho y si Davida se iba, tambien la perderían a ella.

Con una palmada y un asentimiento una de las mujeres de servicio les entrego un té a cada una de las mujeres.

—para … calmar los nervios —ambas asintieron sin pensarlo mucho y tomando de la taza dieron un sorbo largo al líquido tibio de la taza… Alma fue la primera en caer en el sofá.

Layla miro con horror su propia taza y las manos grandes de Claus sujetándola.

—no… no… Claus —musito casi sin fuerzas.

—shh… solo… necesitas dormir… perdóname —la pego a su pecho dejando que la mujer de servicio tomara la taza.

Ambos cargaron a ambas mujeres y se las llevaron a la habitación de Layla donde solía quedarse.

—va a golpearnos cuando despierte —Stefan se rio sin ganas mirando a ambas mujeres inconscientes.

—lo sé, pero… es mejor que descansen. —los doctores entraron con máquinas y bolsas con suero, no tenían otra opción, ambas madres necesitaban descansar.

Una vez fuera de la habitación Claus se detuvo para mirar a Stefan.

—¿Por qué no le has dicho a Layla quien es el padre de Tabitha? —pregunto con curiosidad, sabía que Layla tal vez le pregunto a él sobre ello, pero el hombre solo suspiro.

—ella se lo imagina, pero no ha dicho nada. Tampoco la culpa —Stefan saco un cigarrillo abriendo el ventanal dejando que el viento frio le tocara, Claus se mantuvo a su lado aun frunciendo el ceño.

—debemos actuar, puede que le haga daño a Dav… —intento hacerlo razonar.

—lo sé, aun trato de entender porque se la llevo —le dio una larga calada a su cigarrillo reteniendo el humo en sus pulmones demasiado tiempo para luego soltarlo tan lentamente para que sus pensamientos fluyeran.

¿Por qué había tomado a Davida? El solo quería a su hija ¿Por qué llevarse dos niñas?




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