—¡¡inútiles!! —grito el hombre gordo viendo a las niñas abrazarse llenas de terror.
—lo sentimos señor —el hombre grito y golpeo a sus empleados frente a las niñas.
Se salió de la habitación y los hombres detrás de él, este los apunto con el dedo frunciendo el ceño.
—traerla solo hará que ese hombre venga a nosotros… déjenla por donde sea, de todas maneras, no es mi hija —con desprecio se alejó de allí dejando a los hombres mirándose.
—te lo dije, esa pelinegra no era hija del jefe —lo regaño golpeándolo en el brazo ya lastimado.
—¿Cómo quieres que lo sepa? El tipo es calvo —su compañero puso los ojos en blanco alejándose.
Ambas niñas pálidas y de ojos verdes solo lo habían confundido, no entendía como había salido la pequeña pelinegra.
—¿mami y papi nos estarán buscando? —ambas estaban juntas en un rincón de aquella habitación oscura y sucia.
Se habían movido muy lejos y ahora no sabía cómo o donde estaban.
—sí, ellos deben estar cerca… —Davida se mantenía optimista, desde que despertó esas personas las trataron mal, les pegaron cuando intentaron escapar y las habían vuelto a hacer que olieran esos trapos que las hacían dormir.
—ese señor… dijo que era mi papá —Tabitha se limpió las lágrimas llenas de su maquillaje que su madre le había hecho.
—no sé si lo sea, pero el tío nos va a encontrar —afirmo conociendo a su tío como lo hacía, había escuchado muchas conversaciones sobre como su tío podía encontrar gente rápido, y encargarse de la gente mala como le había comentado Frey.
—¿Cómo? —murmuro viendo como Davida señalaba su oreja.
—mami no sabe que yo se… pero esto tiene un GPS —los ojos de Tabitha se llenaron de esperanza.
—¿por eso dijo que no nos lo quitáramos? —Davida asintió.
—así es… seguro que papi Claus y tío Stefan vienen para acá, pero debemos hacer lo que dijo mami —Tabitha lo pensó un momento, luego de que Leo dijera lo del hombre en el bosque Layla había tenido una conversación todos los días sobre qué hacer en caso de ver a una persona desconocida o si alguien intentaba llevárselas.
—sacarles información…
—buscar una salida…
—e ir con un policía —las niñas recitaron el plan y asintieron, quedándose juntas tomadas de la mano.
Hasta que la puerta volvió a abrirse y los mismos hombres que habían sido golpeados por el hombre gordo regresaron.
—vamos niñas… coman —las niñas se miraron y negaron, no sabían si algo estaba en la comida.
—quiero a mi mami… —grito Tabitha al borde de las lagrimas.
—no te preocupes niña, no volverás a verla —se burló el hombre.
—mi… mi tío tiene mucho dinero, llámenlo —había visto una película donde una mujer hacia lo mismo.
—no te preocupes… pronto vas a ver a tu tío —Davida miro confundida al hombre.
—quiero llamar a mi mami —volvió a exigir la pequeña.
—tranquila… ya te dije que pronto iras a casa —respondió con fastidio el hombre.
—¿yo tambien? —Tabitha los miro con ojos suplicantes pero los hombres solo sonrieron de medio lado.
—tu… tu iras con tu papi niña —Tabitha miro con terror al hombre abrazando el brazo de su amiga.
—¡él no es mi papá! —grito muy segura de ello.
—¿a no? —el hombre la miro con una ceja levanta.
—no, mi papi es Stefan Vasile —los hombres se miraron y comenzaron a reírse.
—si claro… y mi papá es Tony Stark —comenzaron a reírse y salir de la habitación.
—de todas maneras, aquí no hay señal —dijo luego de salir cerrando la puerta de un portazo haciendo que las niñas se miraran con terror.
—Davi… el… el gps… —Davida negó varias veces con terror.
—no… el GPS funciona… —las niñas se miraron y luego la ventana tapada con madera en la cual apenas
—debemos salir de aquí…
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Editado: 20.08.2024