No te esperaba

Capitulo 193

—es un terreno muy grande, no sabemos donde puedan estar —explico Frey con calma, Layla parecía estar en un estado de inquietud, su pequeña podía estar en cualquier lado de ese sitio.

—señor! —grito uno de los hombres y Frey fue a mirar. —tenemos las imágenes de los drones, hay un auto al este de allí, pero las imágenes terminas muestran la casa vacía. —eso acelero el corazón de Layla quien le quieto la tableta al hombre solo para mirar, era el mismo auto que se llevó a las niñas.

—mantén vigilada esa área y que los demás busquen a los alrededores si las niñas fueron inteligentes tal vez intentaron escapar —hablo con seguridad Frey.

Esas niñas juntas eran un peligro en inteligencia, siempre le hacían bromas o lo metían en algún plan extraño para conseguir dulces, incluso a Stefan lo tenían comiendo de la palma de su mano.

—organizare el resto —dijo apenas recuperando la tableta y moviendo sus dedos con rapidez.

—yo no voy a esperar. —Layla abrió la puerta del auto de este bajaron Rea y Kay, le entrego a Kya el conejo de Tabitha para que lo olfateara y a Rea el pequeño peluche de doctor strange de Davida.

Ambos canes olfatearon y Kay fue el primero en comenzar a caminar y aullar.

Frey solo miro como Layla revisaba el cargador de las balas y se sujetaba el cabello con la horquilla.

—¿A dónde crees que vas? —cuestiono Claus mirando a Layla subirse a una moto y perderse sin esperar a nadie.

—¿se fue? —pregunto Stefan apenas llegando en el auto, se habían dividido en dos grupos.

Alma miro los alrededores.

—¿arruinara el plan? —Alma miro asustada al hombre.

—no… —Stefan lo estaba pensando, pero sabían que Layla podía ser impulsiva, pero tambien cautelosa y más si su hija estaba de por medio.

No le había gustado la idea de que Layla entrenara mientras las niñas jugaban, pero la mujer no se había cansado de ello, se volvía más ágil con el manejo del cuchillo y las armas, mientras que él jugaba con las niñas y pasaba tiempo conociéndolas.

—señor… —el hombre con la tableta regreso. —un punto de calor regresa a la casa y del oeste están llegando autos.

—viene por la niña… bloquéenlos, ustedes, vayan con Layla y asegúrense de que las niñas estén allí. —sus hombres asintieron comenzaron a moverse.

Stefan, Claus y Alma fueron hacia donde había ido Layla.

Esta había tirado la moto muy lejos siguiendo a Kay quien entro en la casa derribando la puerta con las patas y siguiendo el olor aullando en la primera planta solo para avisar a Layla donde estaba.

—¿eso… es un lobo? —Tabitha se alegró al escuchar ese aullido familiar y más cuando vio al gran lobo asomarse con cautela.

Uno de los hombres la tomo como escudo.

—¿Cómo un lobo llego aquí? —El hombre se asustó sin dejar de sujetar a la pequeña.

—¡Kay! —grito la pequeña. —¡mami! ¡Papi! —pero quien se asomó por la puerta fue su tía.

—tranquila cariño, tu mamá ya viene, yo me adelante —Layla apunto al hombre quien sacó el arma apuntando a la cabeza de Tabitha. —suéltala, están rodeados.

El hombre miro al lobo quien gruñía mientras su lomo seguía erizado.

—aleja a tu perro —Kay gruño en protesta.

—estas amenazando la vida de su cachorro… yo que tu dejaba de hacerlo… —el hombre miro a Layla y luego los ojos amarillos del lobo. —¿dónde está mi hija? —el hombre función el ceño

—le van a hacer daño tía, el otro hombre —el hombre la zarandeo asustándola y haciendo que Kay se acercara dos pasos más, con cuidado, Layla había abierto mucho sus ojos, quería jalar el gatillo, pero corría el riesgo de que el hombre lastimara a Tabitha.

—¡CALLATE! —Tabitha comenzó a llorar en silencio.

—calma linda. —intento calmarla, Layla guardo el arma levantando las manos. —deja de apuntar a la niña —hablo alto y claro habiendo escuchado pasos afuera de la casa, giro solo un momento y el hombre aprovecho para salir corriendo, Kay fue tras el pero la puerta por donde huyo se había cerrado, Kay rasgo como loco la puerta para luego mirar a Layla.

—ve afuera… vamos —el lobo salió corriendo por donde llego topándose con Alma y Claus.

—escapo, tiene a Tabitha y un arma. —Layla bajo las escaleras con Claus pisándole los talones.

—¿A dónde vas? —grito Claus.

—Dav está en el bosque —Stefan que seguía afuera escucho la conversación viendo al lobo correr y lo siguió sin dudarlo sacando su arma.




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