No te esperaba

Capitulo 197

Los frenos de un auto deteniéndose justo frente a Claus lo hicieron levantarse como si tuviera un resorte, los doctores y enfermeros salieron rápido tambien esperando algún herido grave pero solo era Stefan con la pequeña Tabitha la cual tenía algunas manchas de sangre.

—¿Qué paso? —miro con terror a la pequeña y como esta no paraba de llorar desconsolada.

—no es su sangre, no es su sangre —grito Stefan quien tambien estaba cubierto de sangre, él era el herido.

Una enfermera dejo en la camilla a Tabitha mientras el doctor la examinaba y otro doctor le abría la camisa a Stefan con una tijera viendo la herida de bala.

—herida de entrada, hay que llevarlo a quirófano —recostó al hombre en la camilla bajo quejas, Frey miro como se llevaban a su jefe al quirófano y se fue afuera haciendo que Claus quisiera seguirlo, pero al escuchar la voz llorosa de Tabitha se detuvo y fue con la niña, entrando en la habitación escuchando que intentaban calmarla.

—hey, hey princesa, calma. —la niña estiro los brazos hacia Claus y este se acercó abrazándola. —shh… shh… estas a salvo.

—mi mami… tío mi mamiii —por la manera de llorar de la pequeña, el desespero y lágrimas incesantes solo había una cosa probable y su corazón se contrajo, alejo a las enfermeras y abrazo con fuerza a la pequeña quien solo apretó su camisa.

—lo… lo siento tanto —beso la cabeza de la pequeña cargándola y arrullándola, Tabitha se abrazó del cuello del hombre.

La imagen de su madre cayendo al suelo con sangre saliendo de su costado era una imagen persistente en ella.

—tranquila… estamos aquí ¿sí? —la niña siguió llorando bajito, dejando las caricias en la espalda de la pequeña.

—ahora… el doctor debe revisarte ¿sí? Tengo que soltarte, pero me quedare aquí —la pequeña levanto la vista solo para mirar al doctor quien miraba comprensivo desde lejos.

Tabitha se dejó sentar en la camilla viendo como el hombre volvía a acercarse a revisarla mientras Claus seguía allí de pie sosteniéndole la pequeña mano.

—bien… le haremos exámenes de sangre, pero aparte de lo asustada que esta se ve bien —Tabitha miro al doctor y luego a Claus.

—gracias… —suspiro aliviado y regalándole una sonrisa a Tabitha.

—¿davi? —pregunto con miedo a la respuesta.

—esta con su mamá en la otra habitación… —señalo hacia atrás haciendo que la pequeña se le quitara el miedo rápidamente.

—quiero ir —la niña no espero ningún reproche o queja, solo se volvió a colgar del cuello de Claus, este la abrazo por instinto y luego miro al doctor.

—pueden compartir habitación —le afirmo y Claus se la llevo aun abrazándola con fuerza.

Entro a la habitación donde estaba Layla y esta al ver al hombre y a la niña se sorprendió y asusto corriendo hacia ella quien se fue al cuello de Layla sin pensarlo y volviendo a llorar.

—amor, amor ¿estás bien? —Layla la examino por encima al ver la sangre en su brazo y cuello.

—ella está bien, es la sangre de Stefan —con esas palabras el miedo en sus ojos se alivió, Claus se acercó a la cama mirando a Davida y acariciándole los cabellos, la pequeña ya estaba más limpia y tenía un pijama del hospital.

—¿Dónde está Luna? —pregunto sentándose de nuevo en la cama bajo la atenta mirada su hija y Claus.

—ella…

—mami… mami le dispararon, tía —la pequeña se volvió a quebrar haciendo que Layla se le cortara la respiración mientras abrazaba con fuerza a la pequeña.

—ay mi amor… —miro como Claus abraza a Davida consolándola. Layla tomo de las mejillas a Tabitha limpiándole las lágrimas —tu… te quedaras conmigo ¿sí? —la niña asintió y volvió a abrazar a la mujer con fuerza.

A las afueras del hospital comenzaron a llegar más y más autos con heridos, quemados y algunos que acababan de morir.

El lobo se acercó a la entrada de emergencias sintiendo en el aire el olor a sangre, humo y pólvora, entre tantos olores, gritos y personas, el olor familiar golpeo su nariz, comenzó a seguir el olor esquivando las piernas de las personas, hasta que allí estaba, su compañera, lamiéndose las paras de sangre.

El kangal solo le dio una mirada y siguió con lo que hacía, ya habían atendido su herida y la habían vendado.

El lobo olfateo la puerta sintiendo el olor familiar de los cachorros dentro, se sentó allí bloqueando la puerta viendo a algunos pasar y que los miraran con terror.

Ambos estaban cubiertos de sangre y resto de piel humana.




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