—papi, papi, mira! —grito la niña emocionada desde la orilla de la playa haciendo que Stefan se acercara a mirar. —es una aaah! —grito del miedo con el caracol en la mano que aun tenia a un pequeño animal dentro. Davida y Stefan de rieron.
Stefan se rio tomando al caracol viendo como Tabitha se aferraba a su pierna.
—tranquila, cariño, no te hara nada. —tomando la mano de Tabitha hizo que llevaran hasta donde las olas rompían con las piedras y dejo bajo el agua al animal. —vez, dejemos que viva tranquilo —la niña asintió intentando mirar sobre el agua cristalina como el caracol se movia hacia las rocas y se perdia.
Stefan vio la cara de felicidad de la pequeña sin poder evitar sonreir.
La tomo en brazos antes de que una pequeña ola le diera en la cara ya que esta estaba muy cerca del agua, Tabitha grito de la emoción dejando que Stefan la cargara abrazandose de su cuello.
A lo lejos estaba Claus con Layla y Davida pareciendo una familia feliz.
—papi… —murmuro la niña tambien viendo la escena.
—¿si?
—al menos… ¿te gustaba mami? —el pequeño nudo en la gargata volvio solo un momento, desjando solo el sonido el mar y las risas de Davida en la distancia.
—si… lo hacia —Stefan recordó vagamente que Davida le preoguntaba si él era su padre, en la empresa igual, pero se mantenía al margen, no queria que nadie se metiera con las pequeñas.
Luna tenia demasiados problemas y cuando vio como la maternidad la habia cambiado sabia que no era el momento de intervenir, pero Tabitha cerca no hacia las cosas fáciles.
La pequeña sonrio y dejo un beso en la mejilla del hombre.
—gracias por… esta fiesta de cumpleaños —Stefan negó varias veces.
—dijiste que querias conocer el mar, asi que aquí estamos —comenzó a caminar hacia donde estaba Claus esperándolos para comenzar a cantar el cumpleaños.
Habia pasado ya varios meses desde lo ocurrido y Layla no soportaba las fechas, antes una mujer que olvidaba los días, ahora los recordaba como los tatuajes y cicatrices en su piel.
Allí en el mar al menos las niñas se divertían metiéndose en la orilla y recogiendo conchas.
Recordó como en navidad y año nuevo Davida no la dejaba sola y Claus menos, solo en la noche se permitio sentirse culpable por no haberse sentido dolida por la perdida de su marido y haber disfrutado de su cumpleaños.
Lo mismo con el inicio del nuevo año, Claus ni se atrevio a decir nada, solo la miro estar en el mismo sitio durante demasiado tiempo recordando a Niccolo; él incluso se sintió culpable, sabia que debio haber intervenido antes para que nada de eso hubiera ocurrido.
Y de nuevo ver como Layla estaba en la orilla de la playa con la mirada perdida en el mar le recordaba que esa misma expresión era la que tenia cuando recordaba a las personas que murieron por ella.
—amor… Claus se sentí justo a su lado sirviéndole de sombra. —te vas a insolar —le recordó, pero la mujer solo recostó la cabeza de su brazo soltando un suspiro.
No dijo nada, solo siguió allí mirando el mar abierto, no se veía nada de tierra firme a la vista.
—cuando… era adolescente… fui a un campamento a una isla cercana —Claus solo se quedo allí escuchándola con atención. —aun recuerdo como de noche… no teníamos luces mas alla de las linternas, pero a lo lejos podias ver las luces de la ciudad. —Layla señalo el cielo con una leve sonrisa. —habia tantas estrellas en el cielo, estrellas incluso las mas lejanas.
—suena lindo —murmuro el haciendo que Layla lo mirara solo un segundo.
—lo fue…
La mente de la Layla le parecía un enigma justo ahora, pero era muy difícil hacerla hablar de su pasado sin que recordara algo doloroso, que hubiera tenido una buena experiencia la recordara el calmo el pecho.
—cuando me case con Nick… tambien pasamos la noche y el dia en la playa, incluso vimos cuando salio el sol —y allí estaba de nuevo, la preocupación en su pecho junto al nombre del hombre. —podemos… verlo hoy? —le apretó el brazo a Claus volteando a mirarlo con ojos cristalizados. —quiero ver el amanecer contigo… —con la sorpresa en su rostro, su corazón se lleno de dudas, pero asintió.
—claro… las niñas se quedarán con el niñero Stef —Layla no pudo evitar mirar a las niñas que ahora estaban nadando con Stefan un poco mas lejos de la orilla.
—que no te escuche —ambos sonrieron de Claus se permitio abrazarla por los hombros.
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Editado: 20.08.2024