No te esperaba

Capitulo 213

—¿todo esta bien? —pregunto Layla saliendo del baño, acercándose a la cama donde Claus apenas se habia sentado soltando un fuerte suspiro.

—si ¿y tu? —hablo tan bajo por la cercanía de la mujer que solo rodeo con sus brazos la cintura dejando caricias bajo la tela de la camisa.

Si Layla tenia que comparar su embarazo con el de Davida, el olor de las camisas de Claus era un gran detonante en su olfato, no entendia como igual con el olor de Niccolo se sentia mas tranquila.

Ahora el de Claus y las cerezas que tanto habia odiado eran su numero uno.

El hombre dejo besos en la barriga de Layla, esta coloco la crema sobre la cabeza de Claus haciéndolo reir.

Asi como Davida y Tabitha se tomaban tiempo para tambien echarle crema a la barriga de Layla, Claus tambien se peleaba por ello, la piel picaba y estar tensa era lo que mas la ponía de mal humor, asi que la crema era su única manera de lidiar con ello.

—ven, siéntate —Layla miro como el se palmeo el muslo sintiendo un pequeño flashback.

Se quedo de pie durante un momento con una leve sonrisa que intento reprimir.

—vamos amor, no lo repetiré —Claus lo noto, sabia que por esa mente perversa viajaban memorias viejas el lo regordo, la primera vez que vio a Layla después de tanto tiempo.

—va, va. —tomo asiento rápido en el muslo de Claus levantándose la camisa dejando ver su barriga.

Claus se rio bajito huntando la crema con cuidado en la barriga de Layla, los bebés comenzaron a patear sobre la mano grande de Claus haciendo que el hombre se le olvidaran los problemas.

—¿no te molesta verdad? —Layla negó varias veces.

—si, es… es raro, pero me alegra mucho que lo hagan

—¿aunque no te dejen dormir bien? —pregunto con incredulidad.

—si, aunque no me dejen dormir bien a veces —le dejo un beso en la mejilla al hombre. —tienes otro trabajo —Claus la miro con curiosidad.

—¿Cuál será, mi bella esposa? —Layla sintió vergüenza levantando los pies.

—¿me daras un masaje? —Claus paso su brazo bajo las piernas de Layla dejándola recostada en el espaldar de la cama, acomodando las almohadas en la espalda de Layla para luego acariciar cada centímetro de su piel, bajando su camiseta en el proceso tapando hasta el inicio de los muslos volviendo a untarse crema en su mano para luego escarcirla con leves masajes en la planta de los pies de una quejumbrosa Layla.

—ooou… si… justo asi —gimio de gusto acomodando mejor la espalda en las almohadas, estar sentada asi no duraría mucho.

—le dije a Gabrielle que no te hiciera caminar tanto —Layla se rio mordiendo su labio inferior.

—y no lo hizo, pero… ellos son muy pesados —Claus no pudo evitar mirar la barriga de Layla, en solo semanas habia crecido mas.

—entiendo… te divertiste —fue entonces que Layla volvio a recordarlo haciendo que una gran sonrisa se dibujara en su rostro.

—Tabitha me llamo mamá —Claus la miro exceptico, pero aun asi sonrio.

—¿en serio? —Layla asintió varias veces.

—si… ella… se que esto es duro para ella, pero… no quiero que piense que la dejare a un lado —acaricio su barriga y Claus entendio, incluso Layla pensaba en todos antes que en ella, las niñas eran primero para ella y los niños en camino solo hacían que las cosas fueran mas complicadas.

—lo entiendo… el terapeuta nos esta ayudando con ello, lo estas haciendo bien amor —Layla suspiro sin saber si lo hacia por sus pies o por las palabras dichas por Claus.

—amo a esas niñas con mi vida Claus… se que no estas obligado a —Claus la detuvo dejando de masajearle los pies subiendo por sus piernas hasta las rodillas.

—me casare contigo Lila, tuve a Dav en mis brazos apenas salio de ti y Tabitha, es una buena niña, son tu familia y por ende mi familia ahora —Layla quiso llorar, estiro sus manos hacia el rostro de Claus atrayéndolo hacia si fundiéndose en un tierno beso.

Mientras que del otro lado de la puerta Tabitha habia escuchado a su tia y su tio hablar de ella, apretó con fuerza su peluche en su pecho.

Tal vez no tenia a su mamá con ella ahora, pero todos se estaban asegurando de estar con ella, tal vez no llamara papá a Claus o solo le pondría un apodo, pero ese hombre estaría allí para ella tambien.

Se dio la vuelta cuando escucho las leves risas de su nueva mamá, sabia que no podría interrumpir si tenían batallas de cosquillas, su tia sabia cuidarse sola.




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