No te esperaba

Capitulo 217

Flashback

—infeliz! —el golpe llego sin que el pequeño lo esperara, miro atonito a su padre, el hombre de ojos azules lo mira con desprecio. —eres una pequeña mierda anormal, no eres mi hijo —el desprecio en las palabras del hombre calaron en el pequeño corazón del niño que contuvo las lagrimas gruesas que intentaron salir de sus ojos.

No entendia porque los dioses lo habían maldecido con ojos dispares, uno de sus ojos era café igual al de su madre y el otro azul, casi gris como los de su padre, pero el hombre no le tenia afecto, mucho menos ahora que tenia otros hijos.

—¿¡que crees que haces!? —una mujer entro apresurada a la habitación encontrando al niño lleno de golpes y moretones por todo el cuerpo.

La mujer miro horrorizada las heridas del pequeño.

—hermano… ¿te has vuelto loco? ¿Por qué golpeas asi a tu hijo? —no sabia como alguien pudo avisarle a su tia sobre esto, pero lo agradecia, al menos alguien intento ayudarle, esperaba que esta vez funcionara.

—esa mierda no es mi hijo, solo mirale los ojos ¿Por qué los dioses me darían un hijo como este? —La mujer acuno al pequeño en su pecho ocultandolo del hombre.

Claus apenas pudo sentirse seguro en los brazos de aquella mujer amable y todo se desvanecio esperando que esa fuera la ultima paliza que su padre le diera con tan solo diez años.

Su madre habia muerto cuando le dio a luz y su padre jamas se acerco demasiado a él al menos que estuviera demasiado ebrio como para golpearlo por cosas que el pequeño no entendia, pero que con el tiempo comprendio y le hizo odiarse asi mismo.

En la escuela después de ese dia las cosas tampoco mejoraron, todos murmuraban por los pasillos apenas verlo, su tia habia echo lo mejor para él al pedir la custodia total, no supo como esa mujer podía no mirarle a los ojos sin sentir asco, pero ella misma le mostro que no debía avergonzarse de quien era.

—¿Quién es él? —pregunto el chico de ahora doce años mirando el álbum de fotos viejo que saco su tia y abuela.

—ese era mi abuelo, un hombre con mucho temperamento y poca pasiencia —la mujer mayor se rio entre dientes haciendo que Claus sonriera.

—él tambien…

—eres muy parecido a él, pero espero… seas mejor hombre que cualquiera de esta familia —Claus miro como su abuela le sostenia de las mejillas manteniendo una leve sonrisa. —no olvides quien eres, pero tampoco lo que quieres ser querido.

—nonna… —Claus le tomo ambas manos besando estas. —prometo ser mejor —la mujer mayor lo abrazo con fuerza.

Sabia que no le podía fallar a esas mujeres.

Con a los años ver a su padre solo habia sido posible en las reuniones familiares, pero Claus lo vivía ignorando o despreciándolo igual que lo hizo con él.

Pero sabia que si algun dia se iba a enfrentar a ese hombre debía salir solo uno vivo de ese encuentro; con los meses comenzó a ganas mas masa muscular y a entregar, esto llego a oídos del hombre que no se esperaba que su hijo bastardo se estuviera preparando para enfrentarse a él.

La pelea llego y con ello el dolor de saber que no podía derribar al hombre, tenia mucha mas fuerza que él, pero ahora tenia a quien proteger.

—¿Quien te crees? puedes ganarme ahora pero… ¿piensas tener hijos con esa chica? Van a salir igual de deformes como tu —ese fue un golpe duro en su miedo mas profundo, desde siempre estudio secretamente sobre la biología hereditaria de sus genes e incluso pregunto a profesores universitarios sobre ello y todos le dieron la misma respuesta, podía ser un cincuenta-cincuenta, además de que no seria igual en todos los casos, los niños podían tener otro tipo de heterocromias incluso ser manchas en la piel, cabello o rostro.

Esto le dio ventaja al hombre sobre su propio hijo para atacarlo directo a la cara con la misma navaja suiza que Claus intento desfigurarle la cara, solo para recibir un corte directo en su ojo al igual que una puñalada en el abdomen.

Pensando que el chico estaba muerto, lo dejo allí tirado desangrándose.

Abrió los ojos intentando empujar esos recuerdos dolorosos de su mente mientras veia a los pequeños en esas cabinas separadas, ambos pequeños comenzaron a quejarse y arrugar toda la cara, le recordó a Davida de pequeña y a Layla cuando intentaba seguir durmiendo.

Sonrio para si al pensar en las mujeres de su vida y ahora ambos gemelos que tenían una pequeña etiqueta en su manita con sus nombres en letras separadas.

Stefan aun no habia visto las etiquetas, se dispuso a tomarle fotos y enviárselas a Mateo, sorprendiéndose de que fuera tan tarde, esperaba que ambas niñas estuvieran dormidas, pero le sorprendio saber que estaba recibiendo una video llamada.

—hey! —dijo sin mucho animo, Stefan habia ido a ver a Layla a terapia intensiva dejándolo a él a cargo de ver a los gemelos.

—¡papi! ¿Donde esta mami? ¿esos son mis hermanos? —en la pantalla se podía ver a ambas pequeñas con curiosidad.

—tu mami esta dormida, yo estoy aquí cuidando a tus hermanitos —enfoco la cámara hacia las cabinas donde los niños comenzaron a moverse, ya tenían sus trajes que Stefan habia elegido para ambos.




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