No te esperaba

Capitulo 221

—¡mami! ¡Mami! —Layla levanto la mirada para ver a Davida correr hacia ella completamente empapada con una gran caracola en sus manos.

—¡oh vaya! —miro la caracola gran de que sotenia Davida ahora con ambas manos.

—¡esta vaciá! —dijo con emoción dando saltitos de un pie a otro haciendo reír a Layla que tenía cargado a Matthew en una de sus piernas mientras que Niklaus estaba en los brazos de Claus.

—muy bonita —la pequeña se la dio a su hermanito quien la miro con asombro y no sabía cómo tomarla por la misma emoción, hasta que la abrazo y pego su boca a ella sintiendo la sal del mar y arrugando la nariz.

—no mati, no la saborees —el pequeño la soltó dejándola caer en la arena donde sus pies estaban moviéndose.

Era su primera vez en la playa y Layla no había parado en tomarles fotos a los cuatro niños, juntos y por separado y con Stefan y Claus.

El día esta cálido, pero aun así Layla se mantiene bajo la sombra, a pesar de que su hija se ha puesto algo roja por el sol su piel se solía tostar acentuando más su color de piel.

Se rio al ver la espalda enrojecida de Stefan que estaba con Tabitha en los arrecifes viendo los peces con los lentes especiales.

—oh, ¡un camarón! Saluda al señor camarón —Mati movió la mano hacia Stefan para luego hacer sonidos señalando la caracola que había tirado e intentaba bajarse de Layla pero la mano de esta no le dejaba.

Davida tomo un vaso con agua y luego caramelos corriendo de regreso al mar donde estaba Tabitha esperándola, ambas niñas se quedaron en la orilla por miedo a un regaño si se metían más dentro del agua, solo cuando vieron a Claus acercarse con su otro hermanito quien se veía emocionado de ver a las niñas fue que se metieron más al agua.

—papi, ¿podemos entras más? —la pequeña señalo la distancia donde habían estado con Stefan hacia un momento, pero Claus negó

—no mucho, esperen a que Stefan venga ¿sí? —aunque ambas niñas tenían sus chalecos salvavidas se quedaron allí junto a Claus viendo a Niklaus chapotear en el agua por lo fría que estaba.

Davida con cuidado le echo agua sobre la cabeza haciendo que el niño gritara de emoción, un grito tan agudo que luego se carcajeo intentando atrapar el agua con sus manos.

—no te la tomes —pero ya era tarde el bebé saboreo el agua cuando una ola pequeña los toco, Claus solo se rio al ver al niño tan entretenido con el agua.

Cuando habían llegado el pequeño odio el agua al instante por lo fría que esta estaba, pero ahora se veía tranquilo, tal vez porque las niñas estaban frente a él.

—ande con papá —al escuchar la voz de Layla detrás de él lo siguiente fue sentir el peso en sus hombros y las manos de Matthew agarrando su frente.

Fregó su boca en el pelo de su papá riendo como lo había hecho Niklaus.

—pa.pa.pa.paaaa —grito Matthew dejando atónito a todos al escucharlo, para luego mirar a Niklaus que solo miraba a sus hermanas frente a él extendiendo sus manitas esperando que Davida lo cargara. Layla por su parte le quito de los hombros a Matthew para sentarse a su lado con el niño parándose de puntitas sobre el muslo de su madre, girándose por el agua fría y la pequeña ola que le cubrió la barriga por un momento.

La niña siempre lo hacía, pero como decía su madre, solo en la cama para evitar que ambos se lastimaran.

—ahora tu niko, di, pa-pá —pero el pequeño solo se rio mirando a Davida.

—sí, di Pa-pa —las niñas intentaron ayudar al pequeño, pero este solo comenzó a emocionarse queriendo ir con Davida.

—da.da.da.daaaaa!! —Davida miro al pequeño con asombro y entre risas porque el pequeño comenzó a abrir y cerrar su mano hacia ella esta se acercó y el pequeño la abrazo por el cuello queriendo colgarse de su hermana como un pequeño koala.

Claus lo sostenía por el trasero mientras se quedaba colgado de Davida. —mira papi, yo puedo —Tabitha se rio intentando ajustarse de nuevo los lentes metiendo su cara bajo el agua.

—encontré una! —dijo con emoción haciendo que Layla sonriera.

—llevala allá, pero mira que no esté nadie dentro —la niña se acercó a Layla dejando que esta revisara y asintiera, la niña corrió fuera del agua agitando su descubrimiento.

—¡papi! ¡Encontré otra! —le mostro a Stefan quien se bebía una cerveza sentado en una de las sillas.

—eso está bien, ¿la vas a guardar? —la pequeña asintió metiéndola en su pequeño tobo donde tenía más caracolas y piedras.

—sip, mami dijo que podía quedármela —Stefan asintió mirando hacia donde estaba la familia.

—¿pasa algo papi? —se acercó a Stefan bien solo suspiro, mirando a los gemelos.

—tome mucho sol, eso es todo —la pequeña asintió buscando entre sus cosas dándole un caramelo.

—ten papi, tragaste mucha agua salada —Stefan asintió mirando el caramelo y luego a la pequeña.




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