Nota: con las prohibiciones y regulaciones de navegación de internet, el gobierno de venezuela ha cerrado el acceso a X (Twitter) pero intento desde esta mañana entrar desde la PC de mi trabajo o mi celular aquí y tampoco carga. descargue una VPN pero... esperemos que esto mejore.
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—¿Dónde están sus padres? —las niñas negaron, los niños habían estado tomando la siesta, pero Claus y Layla no estaban a la vista.
—hasta que escucho desde el pasillo una puerta cerrarse y dejo que las niñas pudieran terminar su tarea
Al salir de la habitación los miro besándose como dos adolescentes.
—muy bonito —dijo en español, dando varios aplausos mientras caminaba hasta ellos, algo muy coloquial que le solía decir Layla cuando lo veía despierto a altas horas de la noche en años anteriores.
Ambos se alejaron intentando recuperar el aliento, por como lucia Layla estaba claro lo que ambos adultos estaban haciendo.
Desde hacía un año que las niñas ahora les iba bien en la nueva escuela y los niños tenían un horario de comer, jugar y dormir al cual se habían adaptado bien.
Cada día los niños tenían una actitud juguetona y cómplice entre ellos, teniendo más preferencia entre Davida y Tabitha, al igual que entre su padre, madre y tíos.
A pesar de su edad y a casi cumplir los dos años, ambos niños seguían balbuceando palabras, pero Layla lo comprendía, escuchar español, inglés, italiano y griego en la casa hacia confuso el dialecto para los pequeños, tanto así que esperaban a su paso que los pequeños eligieran que idioma hablar primero.
—¿Qué pasa? —Claus se hizo el desentendido, pero Layla intentando mirar a todos lados solo hizo que el hombre se cruzara de brazos.
—Mateo esta en video llamada en la oficina, dice que intento llamarte, pero no contestas —miro a la pareja de pies a cabeza, estando ahora cerca se podía oler mejor. —espero que no me den más sobrinos… por ahora
—oye… —Layla lo miro sorprendida y ofendida, pero se le paso rápido al ver la sonrisa divertida en el rostro de Stefan.
—yo solo digo —Claus lo palmeo en la espalda para luego alejarse.
—iré a ver qué pasa —Layla solo suspiro sin saber que más hacerle a su cabello para calmar la ansiedad.
—¿estás bien? —pregunto Stefan detallando la gran marca en el hombro, la cual intentaba ocultar Layla.
—si… solo… mucho calor —se fue sin despedirse haciendo reír a Stefan.
Layla se veía avergonzada mientras se iba del lugar hacia terraza, mirando al jardín sintiendo la brisa fría golpear su piel.
Los días con Claus habían sido mejor de lo que esperaba, aun sentía que el hombre un día desaparecería en medio de la noche por lo que todas las noches lo abrazaba con fuerza incluso cuando tenía pesadillas sobre ello. Claus se encargaba de que volviera a dormir metiendo sus dedos en los cabellos, dando masajes relajantes.
—mmm… ¿en qué piensas? —las manos tibias de Claus tomaron su cintura apretándola contra su cuerpo elevando sus pies de suelo durante un momento.
La pequeña risa de Layla lo lleno de tranquilidad.
—nooo, en nada ¿todo bien con Mateo? —Claus con su barba solo acaricio la piel de Layla, justo donde había dejado una marca.
—sí, nada de qué preocuparse —dejo varios besos allí escuchando a Layla reírse y la piel instantáneamente erizarse. —solo estaba preocupado porque no contestaba —Layla apenas podía asentir por las cosquillas.
—bueno… creo que … no debemos hacer cosas mientras los niños estén despiertos —Claus se quedó quieto, dudando.
—¿por? —Layla se liberó de los brazos de Claus solo para ver su confusión.
—¿y si nos ven? —la realización llego a la mente de Claus y no pudo evitar alejarse intentando no reírse.
—amor, si es por eso… no debes preocuparte —Layla se cruzó de brazos.
—¿Cómo porque no? —Claus se mordió el labio inferior sin dejar de mirar a Layla provocativamente, Layla intento pensar en por que no debía preocuparse y fue entonces que las piezas encajaron.
—no me digas que!? —Claus se rio bajito ante la sorpresa y mejillas rojas de su esposa.
—bueno… ellas solo creen que… te hago cosquillas —se acercó de nuevo tomando a la mujer de la cintura quien lo golpeaba en el pecho.
—ay no… que vergüenza… —pego su rostro al pecho de Claus pasando su frustración.
—calma… ya luego les explicaremos que pasa ¿sí? —con dificultad Layla asintió pasando sus manos al trasero de su casi esposo dando golpes y luego apretando los mismos. —ok, ok, manos quietas —pero la mujer siguió. —voy a emocionarme y hacerte cosquillas de nuevo. —la mujer dudo un momento dejando las manos quietas durante unos largos segundos hasta que apretó el trasero de Claus haciéndolo reír.
Cada que podía y sin que las niñas la vieran le daba nalgadas, él sabía que tenía buen trasero y ya la había pillado muchas veces, pero ella aun así lo hacía clandestinamente.
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Editado: 20.08.2024