No te esperaba

Capitulo 225

—¿es…

—positivo —los tres se mantuvieron callados durante un largo rato, las niñas no estaban en casa y los niños estaban jugando en el jardín interno.

—felicidades —murmuro Stefan ganándose una mala mirada de Layla —¿Qué? No me mires así. ¿Qué esperaban después de no quitarse las manos de encima? —Layla solo tomo la prueba y se levantó.

—¿esto te molesta? —pregunto Claus saliendo de su sorpresa solo para que Layla se detuviera apretando con fuerza la prueba en su mano.

—creo que no entiendes… más allá de que sea un regalo, descuido o como lo quieras llamar, mi salud está en riesgo —Claus entonces lo entendió.

Le había dicho lo que la doctora le comento sobre su desgarro y tener de nuevo que pasar por ello la ponía aun en más riesgo o complicaciones a futuro.

—en eso tiene razón —medito Stefan recargándose en el sofá.

—te entiendo amor, lo siento —Claus tomo las manos de Layla dejando varios besos sobre los nudillos de esta.

Layla suspiro y quiso mentalizarse en que debía ser algo bueno.

Lograron ir ese mismo día por lo que aferrándose a la mano de Claus la doctora miro la pantalla, efectivamente en su útero que debía estar vació, estaba la forma de un pequeño bebé.

La doctora siguió moviendo el aparato sobre su vientre solo para descubrir otra pequeña forma en su barriga, Layla apretó con fuerza la mano de Claus esperando que se quedara allí pero el aparato mostro otro pequeño.

—bueno, creo que no esperaban que… fueran tres —la doctora conocía el caso con el terror y las visibles lágrimas en los ojos de la mujer sabía que no esperaba menos.

Al llegar a casa se encerró en la habitación intentando procesar la información.

No iban a ser solo uno o dos, serian tres.

La puerta sonó, podía escuchar los susurros de Claus y Stefan del otro lado.

—Lila… abre —pero ella solo se abrazó así misma desde una esquina de la habitación, dudando si la posición les haría daño a los bebés. —Lila, tomaremos… el triple de cuidados. —pero Layla solo se mantuvo mirando a la nada.

—Lila… por favor… al menos dinos que estas bien —esta vez era la voz de Claus.

—lo… lo estoy —dijo esperando que no derribaran la puerta.

—está bien… nos iremos —pero por los susurros del otro lado sabía que la discusión sobre dejarla sola no estaba en discusión.

No supo cuánto tiempo paso allí sentada hasta la luz cayo mucho más rápido, gateo con dolor en las articulaciones por estar tanto tiempo en la misma posición.

Logro abrir la puerta aun a gatas sintiendo que su abdomen estaba gruñendo por el hambre, pero tambien por el cansancio.

Apenas quito el seguro de la puerta su cuerpo comenzó a colapsar.

—Lila? —al no escuchar ninguna respuesta del otro lado decidió girar el pomo descubriendo que este giro completo, pero la escena fue la misma de años anteriores, Layla estaba descompensada pegada a la pared sudando frio y labios azules.

Layla seguía consiente, pero no quería ni moverse de allí, solo quería recordar cuando fue la última vez que se descompenso de la misma manera.

—“tantos tratamientos… tanta mierda… ¿Cómo puedo evitarlo?” —el calor de Claus la invadió haciéndola sonreír con tristeza, no quería preocuparlo y evito ponerse de pie para ello, pero allí estaba ella de nuevo, preocupando a todos.




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