Un año antes…
—nop, no usare eso… —negó con rotundidad viendo la cara de Claus suplicante.
—pero amor…
—he dicho que no. No van a convencerme —pero en eso estaba equivocada, y más cuando vio el rostro sonriente de su esposo.
No había un reto muy difícil para él.
—¿ni a mí me harás caso? —Layla se quedó de piedra al escuchar la voz familiar a sus espaldas, se giró y no esperaba encontrarse con seis caras conocidas.
—¿Sarah? —la mujer sonrió dejando de lado su bolso, corriendo a abrazarla.
Las lágrimas no tardaron en bajar por sus mejillas.
El resto de las chicas esperaban su turno sin poder contener las lágrimas.
—cuando nos llamó para decirnos que no moriste… no sé cómo, pero me dieron muchas ganas de golpearte —se expresó Ellie apenas la abrazo. —y eso que ni te conocía en persona —la apretó con fuerza haciendo reír a las chicas.
—pero… como es que… —Layla seguía en shock limpiándose las lágrimas de sus ojos.
—bueno, diré que… no debiste dejar escritas todas tus contraseñas en una libreta que… puede o no haya clonado —Layla lo miro con incredulidad, ahora entendía porque sus cosas a veces aparecían en otros lados de la habitación cuando apenas vivía con Claus la primera vez.
Todo en su vieja casa había sido quemado excepto aquella sabana con la cual estaba apegada y Claus ahora reparo para ella.
—pero… ¿Por qué ahora? —Layla sorbió su nariz sin entender porque todos estaban alli.
—bueno, dijeron que necesitabas damas de honor y… —vio que en el jardín estaban algunas personas mayores que no conocía, solo a una de ellas que se acercó a saludarla.
—hola querida, ¡felicidades! —la madre de Sarah la abrazo con fuerza, había conocido a la señora muchos años, Sarah y ella siempre estuvieron allí para ella, aunque Layla se alejara.
—gra-gracias —siguió llorando en silencio.
—creo que necesitarías a tus amigas y… —era logio, Layla solo asintió, ¿Quién en su sano juicio va al otro lado del mundo solo porque no está muerta? —no íbamos a venir solas así que… —señalo a las personas afuera que entraron lentamente admirando el alrededor, eran los padres de sus amigas.
—puede ser un secuestro o trata de blancas —Ellie dijo lo que pensaba en voz alta, Layla tambien lo hubiera hecho, la madre de Ellie la regaño en silencio, así como Mimi que le dio un codazo.
—exacto. —la apoyo Darling haciendo que todas la miraran con incredulidad, pero ella solo se encogió de hombros.
—pero cuando nos mostró las fotos tuyas y videos recientes —explico Mimi sin poder creérselo, la abrazo con fuerza, a la única que conocía en persona fue a Sarah, pero allí estaban todas ellas.
—¿esa es Davida? Dios mío… holaaa —Darling señalo a la pequeña que estaba arriba en las escaleras mirando cómo se desarrollaba todo.
—sí, y luego los bebés, si necesitabas nuestra ayuda —Mimi parecía muy cómoda con la situación limpiándole las lágrimas a Layla.
—además que es gratis —susurro Ellie al lado de Layla y esta no pudo evitar reírse.
—Ell!! —la regaño Mimi en medio de una risa.
—¿Qué? Para algo sigo viva —se quejó la mujer que siempre jugaba con el hecho de querer morirse.
—Cariño… ven, quiero… presentarte a unas amigas … y a tu otra madrina —Davida miro a Sarah quien la sonrió, mientras Tabitha se asomaba.
—¿ella es… Tabitha? Dios mido —Ellie la miro con ojos encantados, la niña no parecía real por lo linda que lucía avergonzada. —hola linda, ven baja —la pequeña miro a Layla quien asintió y bajo alcanzando a Davida.
Saludando a los recién llegados para la boda de su madre con su papá Claus.
Las mujeres incluso jugaron con ellas y los gemelos durante un rato hasta que se fueron a sus nuevas habitaciones, el caos comenzaría mañana.
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Editado: 20.08.2024