No te esperaba

Capitulo 230

Lila: tenía que hacerlo, mi vida corría peligro.

Madre: un acosador no es nada. Además, tu hermano y yo la hemos estado pasando mal.

Lila: y tu esposo?

Madre: se regreso con su familia.

Lila: se harto de ti?

Madre: como se te ocurre hablarme asi!

Madre ha enviado un audio: me alegro que estés viva, pero ahora mismo estoy enferma y necesito pagar el tratamiento.

Lila: yo tengo obligaciones con mi hija, vivo con lo justo.

Madre: ¿y qué esperas?

Lila: aquí es muy caro, quería irme al menos un tiempo para allá.

Madre: aquí en la casa no hay espacio, tu hermano está en tu cuarto con su mujer y los niños.

Lila: ¿ya tiene hijos?

Madre: si, ella tiene hijos más lo que tuvo con tu hermano. Tu deberías ayudarme ya que solo son tú y la niña, aquí en la casa no puedo tenerte, son demasiados niños.

Lila: bueno, no esperes nada de nosotras.

Madre: sigues siendo la misma desconsiderada, tu sabes que aquí el dinero no dura.

Lila: por lo que tengo entendido señora, todo el dinero lo gasta su hijo en vicios, robos y la casa está en ruinas por su mismo hijo.

Madre: de que hablas?

Lila: Su hija le envió dinero para sacar a su hijo de la cárcel pero no fue a tiempo ¿cierto? Solo salio peor que antes y ahora más de cinco niños de diferentes hombres viven en su casa con su apellido porque la mujer es drogadicta.

Madre: quien eres?

Claus estaba hirviendo de la ira, sabía que no podía delatar a Layla pero quería saber si su madre en serio seguía igual y si al menos tendría el valor de decirle que a la cara a su propia hija como estaba en realidad la situación.

Lila: su hija murió y espero que donde quiera que este se alegre por haber tomado la decisión de cuidar de su hermano problemático, poniéndole presión a su hija mayor solo por ser mayor.

Madre: que? No esta viva? Quien eres? Voy a denunciarte por esto. Esta cuenta es de mi difunta hija.

Lila: no importa como los conseguí, lo que importa es que usted nunca va a cambiar, pensé que de verdad le dolería la muerte de su hija, pero veo que solo es una fachada.

Madre: no te metas con la memoria de mi hija.

Lila: lo hago porque yo no soy quien la esta deshonrado, es usted, ¿cree que nadie la ve? La he visto de cerca y entiendo ahora perfectamente a Layla.

Claus pensó que su padre era un mal hombre, pero saber que Layla vivió toda su vida teniendo ese tipo de agresión psicológica, entendía mejor la actitud tan extraña de Layla y el por qué empujar sus malos recuerdos.

—¿papi teffy? —Tabitha entro a la habitación frotándose los ojos, había escuchado un sonido de tecleo y pensó que era Stefan.

—no linda ¿Qué haces despierta? —Claus cerro la sección y apago la pantalla dejando solo la luz del escritorio encendida.

—No puedo dormir —Tabitha se acercó a Claus y este la cargo arrullándola, mirando su celular luego viendo la cámara de bebé de los gemelos, seguían dormidos.

—ya… vamos… ¿quieres encontrar a Stefan? —la pequeña asintió dejando su cabeza recostada en el hombro de Claus abrazando su peluche.

Caminaron los pasillos hasta que lo encontraron fumando afuera de la casa con la mirada perdida.

Stefan miro por el rabillo del ojo percatándose del par que se acercaba.

—mierda… —murmuro bajo y apago el cigarrillo rápido intentando espantar el humo, Claus intento no reírse, sabía que Layla tenía prohibido el fumar con las niñas cerca, era una de las pocas reglas que había impuesto en la casa del hombre por lo que fue creada una zona para fumadores, eso incluía a los hombres que rodeaban la casa. Igual que las niñas debían acatar esa misma regla de no acercarse a esos lugares.

Cuando Claus le entrego a Tabitha la llevo a su habitación quedándose ambos hombres allí hasta que la pequeña se durmió en la cama de Stefan.

Ambos hombres salieron esperando a que Claus hablara.

—¿lo confirmaste? —este asintió, sabía que Stefan había mandado a algunos hombres para la ciudad donde vivía la madre de Layla y averiguar todo sobre ella.

—sí, ¿sabes que fue lo primero que hizo? —Stefan levanto las cejas en señal de no saber exactamente que era, algo más aprendido de Layla. —pedirle dinero.

—puff…vaya mujer… espera ¿le dijiste que estaba viva? —Claus asintió volviendo a sentir que su sangre hervía.

—al inicio sí, pero luego le dije que era mentira —Stefan miro el horizonte nocturno, lleno de estrellas.

—bueno, esperemos que haya creído que sigue muerta —ambos hombres suspiraron con pesadez, había sido un plan muy arriesgado y más sin el consentimiento de Layla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.