El lugar estaba lleno de flores, enredaderas artificiales envolviendo la unión de troncos que conformaban el altar.
—¿Por qué tantas sillas? —murmuro bajito Layla al ver que esta sería la primera cena previa a la boda.
—bueno… trajimos a tus amigas y sus familias y bueno… —todos solo esperaban para tomar asiento cuando varias personas, en su mayoría mujeres se acercaban a la entrada de la casa.
—¿Claus? —el hombre le dio un beso en los nudillos escuchando que una de las mujeres de cabellos castaños y ojos verdes se acercaba con entusiasmos hacia ellos.
—¡Claus! ¡Cariño! —Claus soltó la mano de Layla recibiendo el abrazo de la mujer, mayor, de cabello completamente blanco. —¿Cómo has estado? Debes llamarme más seguido no así —la mujer le golpeo en el brazo y él se quejó.
—lo siento, prometo que lo hare más seguido. —La mujer le dio un apretón en la mejilla y luego miro a Layla que seguía allí luciendo confundida.
—¿es ella? —Layla parpadeo un par de veces como la mujer examinaba su vestido largo de seda color beige.
—madre… ella es lila, lila ella es mi madre, Ariadna —Layla estiro su mano, pero la mujer la abrazo dejando besos en sus mejillas.
—oh querida, gracias, gracias por cuidar a este gran tonto —Layla solo miro la expresión divertida de Claus ante su pánico.
—sí, no es algo fácil —dijo con una ligera sonrisa.
—a ver ¿Dónde están los niños? Me privo incluso de conocerlos —la mujer miro a todos lados buscando a los niños y estos estaban hasta el fondo con Sarah cuidando que no se fueran a otro lado.
Claus la guio hasta donde estaba y la mujer miro sorprendida a los niños cuando estos fijaron su mirada en la mujer.
—ay dios —Layla sintió que con esas palabras su corazón se atascó. —qué cosas más hermosas!! —la mujer se acercó a los pequeños y de rodillas tomo las manos de Niklaus, le acaricio la mejilla con cariño y el niño solo la observaba con curiosidad.
—ese es Niklaus —La mujer abrazo con fuerza al niño que no sabía lo que pasaba mientras su hermano estaba tomado de la mano de Davida.
—¿gemelos? Ay dios mío, ¡moriré de amor! —La mujer intento llamar al otro niño y Davida dudo si acercar a su hermano. —¿acaso no van a saludar a su abuela? —Davida miro con asombro a la mujer y luego a su madre quien solo asintió.
Acerco a su hermano y la mujer lleno de besos a ambos niños manchándolos con su labial.
—y tu… tú debes ser Davida ¿no? Y esa hermosa de allá es Tabitha —ambas niñas solo asintieron.
Claus solo se acercó agachándose.
—niñas, ella es mi madre, Ariadna, su abuela —dijo con calma y dulzura Claus viendo solo a las niñas asentir.
—ustedes pueden llamarme nonna ¿sí? Estaría más que encantada —Ariadna lloro de felicidad cuando las niñas solo se acercaron y dejaron que la mujer las abrazara.
—tienes algo grande aquí Claus, como me vuelvas a separar así te juro que, aunque me muera te jalare las patas todas las noches —la mujer lo volvió a tomar de la mejilla estirando esta.
Todos los presentes se quedaron muy sorprendidos, nadie esperaba que aparte de Layla alguien lo tratara de esa manera.
—no lo volveré a hacer madre, tranquila —Claus tomo con cuidado la mano de su madre besando los nudillos.
Todos comenzaron a llegar sentándose en sus respectivos asientos, al parecer no solo la madre de Claus estaba allí, sino que tambien los padres de Stefan, Layla los miro de lejos y podía ver que ambos hombres se parecían un poco, a pesar de la avanzada edad de las mujeres.
La cena paso con calma con muy pocas conversaciones pues las mujeres mayores solo entendían griego o inglés y si no fuera por Claus y Stefan que manejaban más idiomas como el español estarían jodidos todos.
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Editado: 20.08.2024