No te esperaba

Capitulo 239

—mami, mami, mami —un trio de voces en tono bajo la llamaban con insistencia, Layla se cubrió con la sabana intentando no despertar.

—solo cinco minutos… por favor —dijo bajo las sabanas escuchando las risas de sus hijos.

El trio de pequeños se metió bajo las sabanas, levantándola solo para ver a su madre arrugando la nariz.

—¿Por qué… por qué tan temprano? —se quejó escuchando reír a sus hijos. Los pequeños demonios tenían demasiada energía temprano

—¡santa ya llego! —grito uno de los niños intentando subirse a la cama.

Layla no lo podía creer ¿durmió tres días seguidos? Se destapo sorprendiendo a los pequeños, tres pijamas idénticas frente a ella sentadas en el piso, pijamas de navidad.

Hace un año que había dado a luz a los trillizos y sin ninguna complicación, todo por la prevención de Stefan y Claus, después de aquel día que estuvieron juntos Stefan casi golpea a Claus por haber hecho algo imprudente, incluso su él sabia del tamaño descomunal que tenía entre las piernas y aunque no era una causa inicial por las complicaciones si la “velocidades”, Layla había pasado varios días apenada con él por ahora saber demasiado.

Y ahora frente a ella estaban tres pequeños demasiado guapos como su padre.

Sus ojos azules que tendían a volverse plateados y un pechón de cabello dos tonos más claros que su castaño.

—¿Cómo que ya llego? —se levantó de la cama y de pie frente al balcón se veía la sala y el gran árbol de navidad.

—¡SORPRESA! —grito un grupo de personas muy conocidas desde abajo.

Layla volvió su mirada a los pequeños que venían detrás de ella, quienes tambien habían gritado y la abrazaron de las piernas, su corazón estaba acelerado.

Cuando nacieron las niñas solo pudo presentársela a sus amigas por medio de videos y fotos, pero ahora estaban allí en su sala.

Tambien hacia unos meses que se mudaron a la casa de al lado que era demasiada distancia entre casas, pero Tabitha estaba allí.

—sabes que cualquier cosa estoy para ti ¿sí? Lo que sea —Layla no sabía cómo abordar algún tema sobre si algún empleado o el mismo Stefan abusaba de la pequeña, pero esta asintió comprensiva.

—¿puedo hacer pijamadas aquí? —pregunto con temor, pero Layla asintió abrazándola por los hombros.

—tendrás tu propia habitación aquí, igual pasaremos vacaciones todos juntos y Kay te cuida siempre —Tabitha miro al lobo viejo que descansaba su nariz sobre sus piernas.

—gracias mami —le acaricio el hocico al lobo este solo se quedó allí, acostumbrado al tacto de las niñas.

—en serio cariño, si quieres puedes quedarte conmigo —pero la niña miro a Stefan que estaba bastante lejos mirándola con una sonrisa.

—me quedare con papá —Layla asintió de nuevo e intento no llorar dejándole un beso en la frente a Tabitha.

Pero esa mañana de su cumpleaños todos sus hijos estaban allí abajo esperándola junto a un pastel en forma de cabina telefónica color azul.

Layla se había esforzado en que sus hijos al menos conocieran la cultura pop, y si no podía volverlos fans de alguna cosa, tenía más fandoms de los cuales sacar temas para ellos, por lo menos las niñas ahora tenían espadas laser en sus armarios y alguno que otro peluche de las princesas de Disney.

Layla con ayuda de Davida bajo con los niños a la sala mientras la música de cumpleaños feliz en español sonaba.

Stefan y Claus no se veían por ningún lado lo que le pareció muy extraño, la canción seguía y justo cuando estaban por decir su nombre aparecieron ambos hombres vestidos con suertes horribles de navidad mientras cargaban una caja plana pero larga.

Layla se quedó incrédula muerta de risa.

—cumpleaños querida Laylaaaa… cuuumpleaañooss feeeliiiizz … sopla, sopla! —grito emocionada Ellie, no quedándole de otra que soplar las velas.




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