—ay noooo —Layla se cubrió la cara cuando abrió el regalo de Ellie, lo mostró al público presente intentando mostrar malestar pero la sonrisa no se le iba del rostro.
—muy original —le dijo Mimi a su lado codeando.
—gracias, muchas gracias —dijo Layla colocándose un gorrito con los colores de Perú y las palabras "mamasita".
—es uno bueno! menos mal que no lo teji yo —todas comenzaron a reírse de nuevo.
Layla fue por el siguiente regalo al azar de la mesa descubriendo que dentro de la caja larga había una varita, tomo la tarjeta y sonrió mirando directamente a Darling.
—es muy lindo... mucho la verdad —la tomo dando ligeros movimientos con la muñeca para luego decir —bibidi Babidi
—NOOO —gritaron varios incluyendo Davida y Matthew.
Layla solo comenzó a reírse.
—ay no sé crean, si me ví varias veces las pelis, recasting y todo lo que a esa gente se le ocurrió —tomo la varita haciendo una pose de una de las villanas.
Claus solo elevó una ceja sabiendo bien de que iba su esposa, no le había quedado de otra que unirse al juego de roles con disfraces, que incluso Layla le hizo usar.
—ya tengo mi varita de bellatrix —volvio a dejar la varita dentro de la caja y siguió al siguiente regalo leyendo directamente la tarjeta.
—bueno... tengo miedo... no lo esperaba de ti —dijo sin apartar la mirada del paquete.
—¿quien? ¿quien? —pregunto Ellie emocionada, pero Layla solo saco el regalo y de este saco una pijama de vaca, ambos, Layla y Claus voltearon a ver enseguida a Stefan que tenia una sonrisa llena de suficiencia.
—Ay papá! —le regalo Tabitha al saber que era de su padre, habían tomado por hacerle de nuevo la misma broma de la leche materna pues con los trillizos Stefan volvió a tomar leche materna sin percatarse.
Por lo que en el cumpleaños de Stefan, Claus le entrego una pijama de ternero a Stefan y este le regreso la broma con otra pijama igual.
—aay nooo HAHAHAHA —Tabitha explico en tono bajo y avergonzado haciendo que Ellie se riera escandalosamente.
El resto le siguió hasta Layla se colocó la pijama y comenzó a bailar al ritmo de la gaita.
—creo que por fin no se conoce la vergüenza en esta casa —comento bajo Mimi sin parar de reír.
—bueno... el siguiente es... uuuuhh... un regalo del mio marito —Layla elevó las cejas mordiendo su labio inferior, rasgando el papel de regalo navideño descubriendo dentro un paquete abierto de un envío de hacía meses atrás.
La sonrisa se le borró del rostro comenzando a subirle la ansiedad al ver el papel del remitente. estaba en japonés.
—no...no.no.nononono —Davida se levando al ver que su madre se descompuso por completo cuando saco un afiche y comenzó a gritar.
—son ellos, ay dios! son las diez firmas!!! las diez!!!!AAAAAHHH —Corrio hacía Claus lanzandosele encima mientras Davida se apoderaba del cartel y junto a su hermana dejaron que el resto vieran el afiche.
era una de las ediciones montajes de Layla donde se veían arriba las versiones adultas de su boyband japonesa favorita y debajo la versión de jóvenes.
—Dioses... ¿Claus como hiciste eso? —pregunto Sarah quien gracias a su mejor amiga la había echo conocer a ese grupo que con el paso de los años uno a uno comenzó a abandonar el grupo y ahora de adultos el grupo solo era un recuerdo.
El hombre no respondió al tener la boca de su esposa sobre la suya.
—no fue fácil, tuvimos que sobornar a algunos para que pusieran su firma allí —explico con calma Stefan mientras tomaba de su taza navideña.
—lo que hace el dinero —a pesar de la ironía en la voz de Sarah los ojos de Stefan se mantuvieron fijos en esta un momento.
—cuando tienes a la persona correcta a tu lado, la cantidad no importa... solo importa verla así —señalo con pulgar a la pareja que no se despegaba. —por eso niñas, no sé conformen con un hombre que les de menos —las niñas asintieron. —y no hablo solo de dinero —las niñas volvieron a asentir seguras de haber entendido lo que su tío/padre le estaba diciendo.
—vaya... sabias palabras sr.Vasile —ante las palabras de Sarah este solo levanto su taza como si hiciera un brindis y Sarah le regreso el saludo.
—bueno mami, aún te faltan regalos! —la mujer se alejo a regaña dientes de su esposo y fue hasta estejs dejándole un beso en la frente.
—Gracias a ti también —le agarro de las mejillas como hacia con sus hijos, pero el hombre ni de inmutó, ya estaba acostumbrado al trato de Layla, pero Sarah si miro la cercanía de ambos.
Había estado sin escribirle por un tiempo al hombre por trabajo, creando una distancia que no sabía que el hombre la tomo como rechazo.
Con la ayuda de Layla se había ido a vivir a Grecia y de allí decidió dar el siguiente paso a Corea del Sur a pasar vacaciones y conocer a sus ídolos pero tuvo que regresarse y volver a su realidad.
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Editado: 20.08.2024