—¡¡Davida!! ¡Muévete! —grito Tabitha desde las escaleras viendo como su hermana salía de su habitación mientras que Layla, Claus, Stefan y el resto de sus hermanos la esperaban abajo, la chica bajo con un vestido elegante de color rojo que le llegaba hasta los pies, las mangas de este caían de sus hombros.
—que hermosas —Layla casi lloro sosteniendo la cámara.
Las chicas miraron apenadas a sus padres y con cuidado se quedaron a mitad de camino de las escaleras viendo como su madre tomaba las fotos con la cámara profesional.
Con el tiempo libre que había generado Layla, había decidido trabajar más para distraer su mente y terminar una licenciatura en cine y fotografía, encargándose de proyectos pequeños comenzando como todo empleado promedio sin revelar la identidad, usando su apellido de soltera.
—bien, ahora… con sus padres —dijo entusiasmada empujando a ambos hombres que vestían apenas sus camisas de vestir con chalecos abiertos.
—calma, calma… creo que exageras —Claus no quería que las niñas asistieran a la fiesta de su graduación, pues se sentía demasiado sobreprotector, las niñas se habían estirado y sobrepasado en altura unos centímetros a Layla, ambas niñas ahora adolescentes tenían cuerpos delgados y rostros tersos como la porcelana, además de tener una madre exigente como Layla quien no le gustaba exagerar con el maquillaje y tampoco usar demasiados productos innecesarios para el cuidado de la piel.
—vamos papá al menos sonríe —Davida se le colgó del cuello a su padre dejando un beso en la mejilla manchándola con el labial rosa, un tono un poco más oscuro que el color de sus labios.
El cabello recogido de manera elegante dejando algunos mechones de cabello fuera las hacia lucir como princesas.
Layla tomo las fotos y luego con todos los hermanos, los niños solo habían usado ropa formal para la foto y estaban ansiosos esperando su turno.
—ahora tu mami —dijo con entusiasmo Davida estirando las manos hacia Layla, esta se acomodó el cabello, tenía un pantalón de vestir a la cintura en color marrón claro y una camisa blanca con mangas caídas.
—bueno, ahora, sonrían —Claus tomo la foto, incluso él tuvo una de las discusiones más fuertes con su esposa y todo porque le dijo que no sabía tomar una foto, teniendo que el pobre hombre saber cómo a su esposa le gustaría tomar fotos descubriéndose así mismo sacando más fotos de su esposa cuando estaba descuidada.
Incluso en las fotos que se tomaron en el día todos se sorprendieron al ver a los padres de ellas en la graduación. Ambas chicas vivían en la boca de algunos chismosos que se creían de clase alta solo por presumir sus autos, ambas chicas habían decidió a mantener al margen el hecho de que sus padres las traían a la escuela o tomaban el transporte público, Layla lo había recomendado así para que ambas estuvieran conscientes de su entorno y lo que costaba cada cosa, teniendo trabajos a tiempo parcial en vacaciones solo para tomar experiencias, aunque parecía que las niñas estaban solas, Claus y Stefan siempre mantenían a uno o dos guardias vigilantes a su alrededor sin que ellas lo notaran, pro era difícil no hacerlo, más cuando ellas conocían todas las caras de los trabajadores de sus padres.
A pesar de que en algunas cosas no eran sobresalientes Layla aun así las consentía y ayudaba a desarrollarse en otras áreas que ellas fueran incluso excepcionales, sin dejar de lado las clases de defensa personal.
Davida había optado por participar en obras de teatro escolares y la orquesta, no había cosa que Layla no pudiera tocar o armonizar. Mientras que Tabitha se frustraba por sobresalir en deportes, llegando a salir incluso en competencias con otras escuelas.
Los gemelos cursando años superiores mientras parecían sobre salir en todo lo que fuera tecnología, a pesar de la insistencia de Layla de alejarlos de las pantallas.
Maggie parecía haberse decidido por lo artístico y la arcilla, mientras Jace y Darius parecía que los perseguían los problemas uniéndose en bromas a sus compañeros de clases e incluso en concursos de química y física, cosa que Layla no entendía porque sus hijos tenían esa clase de gustos, pero mantenían la regla de no hacer nada peligroso dentro de la casa o que atentara contra los demás hermanos.
A pesar de la cantidad de hermanos que tenían las niñas estas no se habían separado del todo a pesar de sus gustos diferentes y sus carreras que obviamente habían tomado para la universidad.
La sorpresa fue para toda la escuela cuando vieron al dueño de la ciudad abrazar a Tabitha, una de las chicas más difíciles de conquistar de la escuela, muchas chicas intentaron acercarse a ellos después de la graduación, pero incluso Stefan los miro con asco tomando el brazo de su hija y llevándosela lejos de los que él consideraba buitres.
Ahora, de noche, tenía que verla irse a una fiesta donde obviamente estarían los mismos adolescentes que ahora sabían que Tabitha Belleri, en realidad era Tabitha Vasile, la heredera del imperio Vasile y nada más y nada menos que Davida D’Luca era la hija de Claus Makris, dos hombres que tenerlos como suegros solo hacía que pensaras en todos tus pecados.
Layla las miro marcarse en la limosina que las dejaría en el salón que la escuela había destinado a ser la fiesta de la graduación.
—pensé que no llorarías —dijo Claus acariciándole los brazos a su esposa.
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Editado: 20.08.2024