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No en vano los médicos aconsejan a los visitantes que se abstengan de hacer largas visitas a sus parientes y amigos, hoy he comprendido por qué toman tales precauciones. Me sentía mentalmente agotada después de todas estas visitas, y aunque fue agradable ver tanto a mis padres como a Rebecca, todo este aluvión de atenciones y todo tipo de emociones me sacaron de mis casillas y me sentí completamente exhausta. Y eso a pesar de que estaba tumbada estúpidamente en la cama y sólo salía de la sala para ir al baño.

Pensé que las sorpresas se habían acabado por hoy y que Andriy sería la última persona en confundirme con sus palabras y su presencia, pero resultó que no era más que un calentamiento, un postre antes del plato principal, que yo habría rechazado de buen grado, pero nadie me preguntó mi opinión. Literalmente, no me preguntaron si estaba preparada para tales visitas, y cuando esta persona entró en mi pabellón, me di cuenta de por qué sucedía esto. ¿Cómo iba a rechazar al decano de mi universidad? Además, estoy seguro de que recompensó al personal del hospital con tres cajas de aplausos por venir a visitar a su alumna y de que se preocupó mucho por mi bienestar. El hombre sabe cómo mover la lengua.

- Hola, Diana, ¿cómo te encuentras? - dijo Pavel Olegovich antes de cerrar la puerta de la sala, y lo hizo con una voz tan dulce que me dieron ganas de escupirle a la cara de insolente. Seguramente quería demostrarle a alguien cuánto lamentaba que yo estuviera en esta institución. Es un bastardo rastrero y apestoso.

No contesté a este cerdo, le di la espalda para no ver su vil cara en toda su mierda. Incluso tuve la idea de llamar a alguien para que sacara al decano de aquí, pero el hombre se me adelantó y se acercó, tanto que su repugnante perfume golpeó mis fosas nasales. Me pregunto si eligió este tipo de mierda a propósito para estar a la altura de este subhumano en particular. ¿Para enfatizar toda su bajeza?

- Escucha, estúpido bastardo, - oh, y aquí viene la verdadera naturaleza de este pedazo de mierda, sólo tomó un par de segundos, y todas las máscaras fueron arrancadas de su cara, - no eres el único que siente asco por mi sociedad, es mutuo, muy mutuo. Si pudiera, olvidaría tu cara para siempre y no volvería a mencionarla.

- Entonces, ¿cuál es el problema? - Giré todo mi cuerpo hacia la abominación, tan bruscamente que incluso dio un paso atrás, probablemente temeroso de que pudiera morderle, sobre todo porque sabía con qué drogas me estaban tratando aquí. - Fuera de aquí y no me mires a la cara, ¿qué haces aquí?

- En primer lugar, no me abras mucho la boca, no te olvides de quién soy yo y de quién eres tú, idiota, - el decano se recompuso y volvió rápidamente al estado de bicho raro moral y empezó a echarme barro otra vez. Si hace un año me hubieran dicho que oiría palabras tan "bonitas" de su boca, jamás lo habría creído, pero a la vista de los últimos acontecimientos... Todo iba encajando en su sitio.

- Pasemos al segundo punto, porque el primero lo tengo bastante claro. Tú y tu profesor sois unos cabrones que tarde o temprano tendréis lo que os merecéis, y la gente como vosotros sólo acabará entre rejas, - aún no sabía cómo, pero esperaba vengarme de esos dos hombres. - Y si, Dios no lo quiera, le pasa algo a mi hijo por su culpa, entonces... Lo prometo, andarán por ahí con al menos una cicatriz en la cara, o incluso peor...

- Oh, y dejaré "segundo" para el postre, para la parte más dulce, chica, - una persona que una vez fue agradable se ha convertido en un lobo salvaje para mí, listo para hacer pedazos a todos y a todo en cualquier momento para su propio beneficio, incluso tiene un gruñido salvaje, no humano, como si acabara de escapar del bosque y de alguna manera vagara por aquí. - Así que será mejor que mantengas tu estúpida boca cerrada sobre la situación en mi oficina.

- ¡Puedes meterte tu universidad por el culo! Ni siquiera quiero respirar el mismo aire que alguien como tú, y mucho menos estudiar en una institución donde tal persona es el decano, - no podría verme en esta universidad en el futuro si gente como Pavel Olegovich, Arkadiyy Petrovich... Es mejor no tener educación que estar cerca de semejante escoria como estos dos.

- ¿Y toda esa vida gira en torno a la universidad? - La sonrisa socarrona es sólo un gesto, se ve enseguida que la escoria está urdiendo algún plan en su estúpida cabeza, - cualquier cosa puede pasar. El asfalto está resbaladizo, la alcantarilla está mal arreglada, el ladrillo está en el lugar equivocado... Así es la vida, y las mierdas pasan...

Y aquí, ni siquiera yo tenía palabras para responder al decano. Menos mal que después de eso se marchó de mi sala y al menos pude empezar a boquear, porque semejante desfachatez hacía que todo en mi interior se congelara y se negara a funcionar con normalidad. Después de todo, si había entendido bien, y era imposible percibirlo todo de otra manera aquí, entonces... Me acababan de amenazar... Y no sólo para aparentar, sino que a juzgar por las emociones y el comportamiento de este bastardo, planeaban poner en práctica estas amenazas...

Después de la visita de mi "querido" decano, me entró un pánico salvaje, que amenazaba con convertirse en una histeria violenta, y sólo gracias a un sedante pude relajarme un poco y aceptar la situación no tan agudamente como la había vivido, en cuanto Pavel Olegovich salió de mi habitación. Le pedí al médico que aplazara todas las pruebas hasta mañana, diciendo que me sentía mentalmente destrozada, y no mentía al respecto.

No sabía cómo comportarme en la situación con estos dos canallas, que habían apuntado específicamente a mi persona y aparentemente no se irían de mi vida pronto. Inmediatamente me surgió una pregunta: ¿por qué están destrozando tanto un lugar? ¿Qué sentido tiene todo esto? Vale, digamos que Arkadiy Petrovich es la persona más miserable del mundo, pero un pariente increíblemente maravilloso que haría cualquier cosa por su nieta, incluso hasta el extremo. Aquí todavía hay al menos algo de lógica. Pero, ¿por qué Pavel Olegovich querría hacer esto? ¿Por qué tuvo que meterse el decano en todo este fango? No creo que adore a su maestro, porque el propio hombre quiso tirar al viejo por la borda un par de veces, así que ¿por qué? ¿Tan dolido estaba el decano por la forma en que Oleksandr le puso en su sitio y de alguna manera le hizo cambiar de opinión sobre mi estancia en la universidad? Todo es posible, hay una pizca de verdad en ello.