No te necesitamos

23

- Bueno, ¿qué hay ahí? - Mi madre no entró en la cocina, sino que voló a la habitación y empezó a observarme inquisitivamente, como si esperara de mí un secreto increíble, como hacen las mejores amigas cuando comparten sus secretos. Y aunque mi madre y yo estábamos muy unidas, e incluso podría decirse que éramos como amigas que se hacían confidencias, esta vez no pude hacerla feliz. Era incluso triste decepcionarla, porque ya estaba exaltada al máximo.

- Todo va bien, - dije en tono aburrido para amortiguar el entusiasmo de mi familia y no mostrar mi excitación después de hablar con el investigador. Finalmente, salió de nuestro apartamento y pude relajarme un poco. El hombre empezó a preguntarme con tanta insistencia si yo ocultaba algo a la investigación y si todo había terminado realmente en un final feliz al resolver mi conflicto con Arkadiy Petróvich que empecé a preocuparme de que sospechara de mí por algo. Algo no muy bueno. Para mi gran fortuna, soporté esta presión, y al cabo de un rato Viktor Nikitovich finalmente cedió y, antes de marcharse, dijo que en algún momento se pondría en contacto conmigo para "aclarar detalles".

- ¿Qué quería la policía de ti? - Mi madre enfatizó la última palabra, como si no esperara que yo tuviera nada que ver con la policía. Aunque si ella supiera que me escandalizaba que la policía se interesara por este caso. Si lo hubiera sabido, habría salido corriendo del despacho del decano, pero no perdí el conocimiento, porque ahora tienes las consecuencias de esto. ¿Qué clase de vida ha transcurrido para que una persona no pueda desmayarse sin que la policía se interese? En general, hay un cero por ciento de libertad.

- Pero se trataba del incidente en la universidad, y el investigador quería saber si había ocurrido algo extraordinario en el decanat, - bueno, al menos un poco para satisfacer el hambre de información de mi madre, ¿no? Así que aquí, la verdad en el estudio, además mi madre podría calmarse un poco.

- Fue extraño oír a mi madre hacerme esta pregunta, porque yo ya le había dicho que me había desconectado y ya está, pero ella o no se creía esta chorrada o quería comparar la información que tenía con lo que yo le había dicho al policía. Por alguna razón, no creo que mi madre se hubiera perdido entre la policía, sobre todo teniendo en cuenta lo meticulosos que se han vuelto últimamente. Habría trabajado un par de años y llegado al grado de general, y habría hecho obedecer a todo el mundo, no sólo a mí.

- Realmente me olvidé de comer ese día, o mejor dicho, no me apetecía, y luego estaba esta situación con la abuela...

- Cariño, siento mucho haberte mandado al hospital y todo esto... - mi madre bajó la mirada, y yo no esperaba que se culpara por este incidente.

- Pero mamá, vamos, tú no tienes la culpa de nada. Sólo estabas preocupada por la abuela, y yo también... Y de alguna manera sucedió, fue sólo una coincidencia, no pasó nada trágico, - me levanté de mi asiento y me acerqué a mi madre para calmarla y evitar que se alterara aún más, - no le digas nada a la abuela, ¿de acuerdo? Si no, no sobreviviré si le pasa algo por mi culpa.

- Tu padre y yo pensamos en decírselo, porque eres su nieta y querría saberlo todo sobre ti, pero decidimos que no merecía la pena llevarla al hospital. Quizá se lo digamos con el tiempo, pero no ahora.

- Hicieron lo correcto, todo estuvo bien, - se me encogió el corazón cuando imaginé lo que podría haber pasado si mi abuela se hubiera enterado de verdad de que estaba en el hospital, - por cierto, ¿te has puesto por fin en contacto con Oleksandr?

- No, no lo he hecho, no llama, así que tampoco le molesto. A lo mejor está ocupado, o a lo mejor es que ya no quiere hablar conmigo, - mi madre sonrió con amargura, y a mí me entraron ganas de pegarle ahora mismo por ignorar a mi familia. ¿Qué demonios? Lleva tanto tiempo criando a tu hijo, ¿y ni siquiera puedes llamar un par de minutos? ¡Cabrón!

- De qué estás hablando, debe estar muy ocupado, por eso no llama. ¿Cómo puedes no querer comunicarte con la mejor niñera del mundo y mamá en una sola persona? - Sonreí a mi madre y la abracé para besarle la mejilla y calmarla. Últimamente está pasando por un periodo difícil en su vida y, obviamente, no le resulta fácil superarlo tan fácilmente.

- ¿Por qué has preguntado por Oleksandr? - le preguntó su madre como de pasada, y la luz de sus ojos que llevaba un rato apagada volvió a encenderse.

- Es que me has preguntado por él y me he acordado.

Qué bien que mi lengua fuera mucho más ágil e ingeniosa que mi cerebro en esta situación, porque este último hizo la misma pregunta que mi madre más tarde, cuando me quedé a solas conmigo misma. ¿Por qué pregunté por Oleksandr? ¿Por qué me acordaba de este hombre? ¿Se convirtió realmente en una especie de apoyo para mí en situaciones críticas en el que podía confiar?

Ja, ja, tres veces. Si este es mi apoyo, entonces debería compadecerme de mí misma, porque con un apoyo así, toda mi vida se irá pronto al infierno, está claro que no es él a quien necesito...

En cuanto me encerré en mi habitación y me quedé a solas con mis pensamientos, que salían de todas las grietas como cucarachas, empezó mi pesadilla personal. Antes podía pasar fácilmente todo el día conmigo misma y no necesitaba a nadie que me hiciera compañía, pero últimamente todo ha cambiado radicalmente, todo se ha vuelto del revés, porque en cuanto se desconectaban los factores externos, enseguida empezaba a idear todo tipo de cosas. Así que ahora era una auténtica tortura, sin más. El investigador me dijo que yo actuaba como víctima en este caso, y que aunque nadie declarara sobre el incidente, el caso seguiría siendo considerado bajo la escrupulosa supervisión de la policía. Viktor Mykytovych me informó de que a continuación mantendría una conversación con el decano y el profesor que se encontraban en el despacho conmigo en ese momento. Ellos también debían contarme su visión de lo que había ocurrido aquel día. Fueron las conjeturas sobre lo que podrían decir esos dos cabrones las que empezaron a atormentar mi cerebro, y encima Oleksandr, cuyos pensamientos sobre mí habían crecido como setas de la nada y se negaban a evaporarse al infierno.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.