No te necesitamos

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El hombre no negaba que ese fuera su plan, pero al mismo tiempo no lo confirmaba, y yo estaba aún más sumida en la incertidumbre ¿Qué le digo? ¿Cómo reaccionar? ¿Qué demonios está pasando? ¿Cómo voy a volar con ellos a otro país?

- Maratik, hijo, ¿quieres un helado? - Oleksandr debió de darse cuenta de que la incómoda pausa se alargaba, así que decidió hacerme la vida un poco más fácil. Este es otro punto a favor de mi marido: sintió perfectamente mi estado actual y supo lo que necesitaba y cuándo lo necesitaba. Cuándo poner freno a la situación y cuándo encender las emociones con palabras o acciones.

- Sí, sí, quiero, - el pequeño gorila empezó a saltar por encima de su cabeza ante la sugerencia de su padre, - ¿y tomarás helado, Diana?

- Diana tomará, y yo también, - dijo Sasha en vez de yo y le dio al niño un par de billetes, - venden helados por aquí cerca, ve a comprar para todos. Yo tomaré uno en una taza.

- No sé exactamente qué tipo de carácter tendrá Marat cuando crezca, pero ha heredado el cuidado de su padre por su familia, y es imposible negar este hecho. El hombre está criando a su hijo con dignidad, y hay que alabarle por ello.

- Cualquier tipo de helado que te gusta, porque el helado era sólo una excusa para dejarnos solos a los dos, así que apoyé la intención de Oleksandr y acabamos de ver los talones de Marat en el horizonte. - ¿Qué ha sido eso? ¿Es su trabajo? - le pregunté al hombre cuando estuve seguro de que su hijo no nos oiría y por fin pudimos hablar del tema que nos interesaba. Al menos en pocas palabras, mientras el niño compra golosinas.

- ¿Te refieres a lo que dijo Marat? - Sasha no se burló moralmente de mí, como le gustaba hacer, porque también era muy consciente de que se nos acababa el tiempo. O quizás la segunda opción... ¿Quizás este tema es tan importante para él que ni siquiera piensa en bromear al respecto?

- Sí, porque fuiste tú quien convenció al chico para que me hiciera esta oferta, ¿no? - Aunque tampoco es un hecho, Marat me echaba mucho de menos, así que desde el punto de vista del pensamiento infantil podía suponer que mi viaje con él y su padre era bastante real y no causaba grandes problemas, así que hizo esta suposición. ¿Y por qué no?

- Como se suele decir, - la verdad sale de la boca del niño, y Marat, aunque ya no es un niño, dice la verdad, te echaba mucho de menos, siempre preguntaba cuándo volveríamos a vernos y a pasar tiempo juntos... sin embargo, la segunda opción es cierta, son las esperanzas del niño, no lo que yo había imaginado en mis sueños rosas...

- Entendí, - por un lado, mi alma se llenó de calor por el hecho de que hay una persona en el mundo que me ama y aprecia infinitamente. Pero por otro lado... El padre de este hombre no comparte los deseos y esperanzas de su hijo, así que todo es en vano...

- Pero qué más da, yo también quiero esto, pero es poco probable que acepte esta propuesta... - si hasta ese momento había bajado la mirada porque me dolía el corazón, en ese momento levanté la vista hacia la cara de mi marido para asegurarme de que no estaba bromeando y no me estaba gastando una broma. Y lo que vi allí echó aún más leña al fuego que ya había estallado dentro de mí y estaba ardiendo, porque no había ni un atisbo de sonrisa en la cara de Oleksandr

- No sé qué decir... Después de todo, tengo padres aquí... un instituto... - fue tan inesperado que empecé a pensar en razones para quedarme en este país y no ir a ninguna parte. Y sin embargo, por supuesto, había algo de verdad en mis palabras. Toda mi vida transcurrió aquí, toda mi familia y mis amigos están aquí, y sigo estudiando en la universidad...

- Diana, no te estoy presionando, debe ser tu propia decisión, pero te aseguro que si quisieras venir con nosotros, haría todo lo que estuviera en mi mano para que pudieras reunirte con tus padres y amigos lo más a menudo posible. Sí, claro, no será todas las semanas, pero creo que una o dos veces al mes es bastante posible. Y en cuanto a la universidad...

Por alguna razón, en este momento, empecé a animar a Oleksandr, para que encuentre una buena razón para que realmente piense en mudarme con él y Marat a otro país. Al fin y al cabo, ellos también son mi familia, por patético que suene, pero son una parte importante de mi vida.

- Estoy seguro de que Oleksa hará todo lo que esté en su mano para que esos cabrones no tengan oportunidad de llegar hasta ti y para que los echen de la escuela, pero no estaría de más estar seguros. Pero te repito - la decisión es tuya, tú decides cómo construir tu vida - conmigo y con mi hijo o lejos de mí. No hay fuerza que admirar.

Sólo tenía una pregunta que me haría darme cuenta de cómo seguir adelante...




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