—Mmm me siento como si hubiese dormido profundamente por tres días. —murmuré en voz baja con mis ojos aún cerrados.
Me remuevo entre las sábanas a modo de estirar mis pobres huesos, o mi cuerpo está muy entumecido o ésta cama está más incomada que nunca, doy varias vueltas más y tengo que abrir mis ojos a causa del rayo de luz que entra por la ventana que siempre olvido cerrar por completo en las noches.
-¡Dios, mi cabeza, como duele! -exclamé en voz alta.
Apenas abrí mis ojos, me senté rápidamente y comencé a masajearme la sien.
—Santo dios, no vuelvo a beber en lo que me queda de vida. Eso lo dijiste hace menos de 3 meses y mírate. O no conciencia no estoy para reproches aho..
—¿Mia estás despierta? -escuchar la voz de Paul fuera de mi habitación me hizo abrir los ojos como platos y abrí mi boca en forma de "O" por el asombro y la vergüenza que sentí al empezar a recordar algunas cosas de la noche anterior.
—¿Mia?
—Si aquí esto..
—Voy a pasar. —Dice interrumpiendome y antes de que pueda reaccionar, ya se encontraba frente a mí.
—¿Como amaneciste?. —Pregunta acercándose a mi cama.
En fracciones de segundo mi cerebro conectó con lo que veían mis ojos y entonces hablé.
—¿Nosotros tuvimos.. —Hice una pausa y me mordí el labio inferior.
Paul me observaba sin decir palabra alguna, ladeó su cabeza y sonrió de lado.
—¿No recuerdas?. —Pregunta y pude ver un brillo de picardía en sus ojos.
—Sí, recuerdo muchas cosas, pero solo son imágenes que pasan por mi cabeza y ninguna las logro recordar claramente. —dije mirando a un lado de la habitación, dónde se encontraba la chaqueta de su traje.
Sus ojos miraban en la misma dirección, caminó hasta su chaqueta y la recogió, al girarse en mi dirección y posar los ojos descaradamente en mí supe que ya había comprendido lo que yo quería saber, no pude evitar sonrojarme y inconscientemente tapar mi cuerpo con las sábanas.
—Mia anoche...
—No, no puede ser yo no recuerdo nada. —Lo interrumpí alarmada, solo pensar que tuvimos sexo y no lo recuerdo eso no está nada bien.
—Calma mi amor, no crees falsos escenarios en tu cabecita. —dijo con voz calmada acercándose a mi y acariciando mi mejilla, para continuar hablando..
—Me crees capaz de hacerlo contigo, sin tu consentimiento, anoche estabas muy pasada de tragos y me pediste que no te dejara sola, bueno te aferraste a mis brazos y terminamos durmiendo juntos, pero sólo eso y además mis intenciones serían que recuerdes con amor y deseo, nuestra primera vez. —Dijo sonriendo y el brillo en sus ojos hacia que se viera más hermoso.
Solo lo escuché atentamente y con todo lo que dijo, solo pude formular una pregunta.
—¿Quién me vistió?
-Bueno tengo que confesarte que te dejé sola para que lo hicieras tú . —Hizo una pausa para relamer sus labios y continuó.
—Pero cuando regresé tuve que ayudarte, pues tenias tú pijama a medio poner. —Dijo y pude ver una sombra de una sonrisa en sus labios.
—Oh no, que vergüenza ¡soy un desastre! —dije tapando mi cara con ambas manos.
—No digas eso, las copas de más te asentaban muy bien, estabas hermosa. —comenta mientras siento que me atrae hasta sus brazos y terminamos recostados en la cama.
Cuando mi cabeza quedó en el punto exacto dónde está su corazón y lo sentí latir fuertemente,me perdí en mis pensamientos, me sentí tan bien, de pronto todo encajaba el, yo, mi carrera, mis ganas de vivir y querer un futuro a su lado, nunca había pensado en nada de eso, pero desde que Paul llegó a mi vida le dio color, cuando estoy junto a él se me olvida todo, pierdo la noción del tiempo y espacio
—Esto que siento por ti esta creciendo muy rápido, ya nadie puede detenerlo, ni siguiera yo mismo. —interrumpe mis pensamientos hablando muy cerca de mi oído, cada vello de mi piel se erizó completamente, mandando toques de electricidad por todo mi cuerpo al sentir su respiración contra mi piel.
—No te detengas por favor. —mis palabras fueron claras y precisas, tanto que tuve miedo que me encontrara desesperada.
—Ni aunque lo pidas Mia.. -dijo muy cerca de mis labios, eso hizo que entreabiera mis labios inconcientemente.
—Jamás lo haría. -dije mirando su boca y mi voz salió entrecortada.
—Te quiero Mia. -dijo Paul plantando sus labios sobre los míos.
Sus palabras fueron música para mis oídos, pero mi alarma mental fue activada, en cuestiones de segundos pensé y pensé mucho, ese era uno de mis miedos que alguien me quisiera y después descubriera lo jodida que estoy, no sabía que hacer, que decirle y no es que no lo quisiera, tengo miedo de mostrar mis sentimientos y luego terminar jodiendo todo, porque así es mi vida arrasa con todo lo bueno que puede aparecer en ella..
Reaccioné justo antes de que despegara sus labios y le correspondí el beso, lo menos que necesito ahora es que note mis inseguridades.
Rin Rin Rin (timbre de la puerta de mi apartamento)
Sonreímos a la vez al escuchar el timbre.
—Que manía, tienen los sonidos en estar interrumpiendo nuestro besos. -dijo Paul levantándose de encima de mí.
—Que raro, no ando recibiendo visitas. -comenté poniéndome de pie para ir al cuarto de baño.
-Ese pijama de Minions te queda hermoso. -dijo Paul sonriendo.
—¡Oye! -exclamé sonriendo y muy ruborizada, entrando al baño y cerrando la puerta tras de mí.
Me duché rápidamente y las palabras de Paul al decirme te quiero resonaban en mi mente, mientras me miraba al espejo.
—Tienes que dejar de ser así y comenzar a vivir Mia. -dije en voz alta hablándole a mi reflejo. Claro porque no, que puede salir mal.
Me vestí rápidamente con un juego que hace mucho no usaba era un top pequeño color negro y pantaloneta blanca mis chanclas para el diario y dejé mi pelo suelto, éste se encontraba aún húmedo.
Me miré una vez más al espejo y sonreí al ver mi reflejo,
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Editado: 05.12.2023