No te perderé de nuevo

NUEVOS COMPAÑEROS

Automáticamente nos separamos y enfrentamos el rostro sonriente del lic. Gramajo. Mi rostro debe parecer un semáforo, cambiando de colores en un dos por tres. Ambos balbuceamos, intentado explicar lo sucedido, pero como es evidente, no hay ninguna explicación que valga. 

De repente Tony toma su particular seriedad y se dirige al lic. Gramajo. -Licenciado, por favor disculpe la escena que acaba de presenciar, no tenemos una explicación que darle, más que ofrecerle una sincera disculpa...- El licenciado lo interrumpe. -Tony, por favor no se disculpe, no tienen que darme ninguna explicación, yo no he visto ni oido nada-. Sonrie.- Pasen una buena noche-. y se retira, dejándonos completamente consternados.

Nos quedamos unos minutos en completo silencio, cubro mi rostro con ambas manos, me siento tan avergonzada por lo que acaba de pasar, no es para nada profesional lo que acabo de hacer, en mi primer día de trabajo, en lugar de demostrar mis capacidades y buena disposición de hacer un buen trabajo, estoy besándome a escondidas con un compañero de trabajo, como que fueramos unos adolescentes, haciendo algo prohibido y escondiéndonos de nuestros superiores.

-Tony, debo irme-. -Espera, tenemos que hablar-. -Disculpame, pero ahora no puedo hablar, estoy tan avergonzada y frustrada por lo que acaba de pasar, que lo que necesito es salir de aquí-. De repente suena su teléfono y atiende la llamada, al parecer es una emergencia en su casa.- Aydee discúlpame, debo irme, mañana salgo para México para una conferencia de una semana, cuando regrese, hablaremos.- Asiento, él me sonrie y  corre hacia su auto-.

Subo a mi auto y me dirijo hacia mi casa, voy pensando en lo sucedido y en lo que debo hacer mañana. El licenciado Gramajo debe estar pensando muy mal de mí y eso me entristece; él puso su confianza en mí y no estoy respondiendo a su confianza como debería hacerlo. Cuando llego a casa recibo abrazos de mis hijos, felicitándome por mi nuevo día de trabajo. Conversamos sobre las actividades que realizaron y mi hijo me comenta que el nuevo cambio no ha ido para nada mal; ha conocido a una vecinita de su edad y me comenta que conversaron un rato en el parque, durante él cuidaba de su hermana que jugaba en los juegos infantiles. Abro mis ojos como platos, mi hijo es ya un adolescente; siento unas pulzaditas de celos, pronto dejaré de ser la primer mujer de su vida; sin embargo lo escucho con calma, debo ser madura ante está nueva situación.

No he dormido muy bien, recordándo los labios de Tony, los que me hacen perder la razón del tiempo, también he pasado soñando la escena donde fuimos pillados por el licenciado Gramajo, quisiera reirme de ello, sin embargo la preocupación es mayor. 

Ya voy de camino hacia la oficina, he decidido que iré a primera hora a conversar con el licenciado Gramajo y le pediré una disculpa por lo sucedido, luego, pues veremos...

Hola Paty buenos días-, Hola lic., ¿como está? ¡que madrugadora es usted!-. Me sonrie. -Gracias Paty, solo que quisiera conversar con el licenciado Gramajo y quiero aprovechar hacerlo a primera hora, antes de que empiece a atender sus asuntos-. -Bien, pues que coincidencia, él acaba de entrar-. Asiento y me dirijo casi corriendo a la oficina del licenciado Gramajo-. Toco la puerta -Buenos dias, puedo entrar-. Escucho la cálida voz del licenciado Gramajo, indicándo que puedo entrar.

-Buenos días licenciado-. -Buenos dias licenciada, ¿como amaneció?-. Me regala una de sus peculiares sonrisas -Pues sinceramente no muy bien, anoche no dormí pensando en lo sucedido ayer y por ello he venido a primera hora, para disculparme y....- Me interrumpe con un gesto con la mano -Espere lic., por mí no se preocupe, ustedes son dos profesionales, también entiendo, son solteros y sé que lo que piensen hacer, lo harán respetando las normas de la compañia y sin crear conflictos de intereses, por lo que no quiero que se sienta comprometida a darme explicaciones-. Se queda unos segundos en completo silencio y se rasca el mentón.- Sabe? He decidido que ayer salí al parqueo del edificio a las 20:00 horas y porsupuesto ya no habia nadie, por tanto no encontré mas que mi auto esperandome-. Me guiña el ojo -Por tanto, como no nos encontramos nunca en el parqueo, no tiene que explicarme nada-. Le regalo una timida sonrisa y no puedo más que decirle -Gracias, prometo que no tendrá quejas mías, haré todo mi esfuerzo para corresponder su confianza  y quiero que sepa que estoy muy agradecida y muy contenta de estar aquí-. Me hace una cómica señal con el dedo, en señal de que todo esto OK. -Ahora licenciada, creo que tenemos que empezar a trabajar, de lo contrario ni usted ni yo tendremos un depósito bancario al fin de quincena-.

Me encuentro en mi oficina, leyendo memoriales y tratando de poner al día todo el trabajo. - ¡Hola nueva compañera! Escucho desde mi puerta. En ella se encuentra un tipo como de mi misma edad, moreno, con unos ojos color avellana y unos hoyuelos que le sientan muy bien, su cabello es lacio y sus labios y su sonrisa son muy sexys; además debe medir más de metro con ochenta centímetros; viste con traje formal y en su mano trae una maleta de viaje. -Hola....--Aydeé ¿verdad?, me interumpe y extiende su mano pasa saludar. Asiento.- Mi nombre es Pablo Landaverde, es un placer conocerte; soy el abogado del área de Gestión Ambiental y pues no nos habiamos conocido porque la licenciada Patricia Burgos, a quien conocerás mas tarde, y yo estuvimos 15 días en una capacitación en Texas. Bienvenida a nuestro equipo de trabajo-.  Me guiña el ojo y le sonrío; parece ser muy agradable, pero también tiene pinta de conquistador. Quiero sonar amable, pero también profesional. -Gracias Pedro, es un placer conocerte y te agradezco la bienvenida. Estoy a las ordenes para lo que pueda apoyarte-. Me muestra nuevamente su hoyuelos con una pícara sonrisa.- Gracias Aydee, pero no debes sonar tan formal, acá todo somos compañeros y amigos, trátanos con confianza-. -Y a propósito, ¿ya tomaste café?-. Le contesto negativamente con un gesto de cabeza. -Pues vamos te invito a tomar un café-. Trato de explicarle que ya he desayunado y tomado café y debo continuar con mis labores, sin embargo se rehusa a recibir una negativa y finalmente cedo a su petición. Nos dirigimos hacia la pequeña cocina del edificio y nos servimos un café, me platica de su viaje y yo disfruto de su conversación, es una persona con mucha energía y también con mucha experiencia en su trabajo.




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