No te perderé de nuevo

DE ALTA EN EL HOSPITAL

-Cariño, ¿lista para irnos?-. Tony me observa con sus ojos cafés y una enorme sonrisa. -Hoy te dará de alta el doctor y podrás regresar a casa-. -Si amor, estoy casi lista-. Tony se acerca a mi cama y me toma de la mano -Te amo tanto Haydee y me alegro que estés bien, no me imagino la vida si tuviera que perderte-. Me sobresalto por su comentario-¿A que te refieres Tony?- -No te asustes amor, solamente que me he encontrado nuevamente con el caballero y su esposa, la señora que tiene cáncer y pude notar la terrible tristeza en su rostro, no puedo imaginar a ese hombre, luchando con sus sentimientos para mantenerse fuerte y ayudar a su esposa para sobrellevar la enfermedad y transmitirle fortaleza y seguridad, cuando él debe estar muriendo por dentro  por la idea de perderla y ella...imáginate luchando para no dejarlo, siendo fuerte para no dejarse vencer, que dificil situación-. Siento que mi corazón se desgarra ante su comentario, no sabe cuanto dolor me produce escuchar esas palabras de su boca.

Regresamos a casa y mis hijos me reciben con carteles de bienvenida. Tony comparte el almuerzo con nosotros y luego regresa a la oficina. -¿Te síentes bien hija?-. -No, madre... y le comento todo lo sucedido-. Ella me abraza y me acaricia el cabello. -Ten fé mi vida, que lograremos salir adelante con todo ésto-. 

Al finalizar la tarde recibo una llamada de Mario, me pregunta por mi salud y por los niños. Insiste en que le ayude para recuperar la confianza y el cariño de los niños y me reitera su deseo de apoyarme con todo lo que necesite. 

-¿Le dirás a Tony de la llamada de Mario?-. La pregunta me toma por sorpresa, Wale y yo nos encontramos tomando un té en la terraza del edificio-. -No lo sé Waleska, tengo que pensar que haré-. -Y ¿lo de la enfermedad?-. -No lo sé, no me presiones-. -Esta bién no lo haré, pero es necesario que lo pienses-. -Lo sé, pero ya te comenté lo que dijo, y, me dolería mucho verlo sufrir-. -Haydee, claro que sufrirá, porque te ama, pero también querrá estar a tu lado para apoyarte, porque te ama lo suficiente para no dejarte en ningún momento, en los buenos ni en los malos, el querrá estar siempre contigo-. 

Han transcurridos dos días, después que he regresado a  casa, hablé con mis jefes y me concederán un permiso de una semana más; durante estos días he regresado al hospital a realizar otros exámenes médicos y he tratado de descansar, sin embargo ha sido imposible. No logro dormir y cuando lo hago, tengo pesadillas.  Tony estará fuera del país una semana, fue dificil convencerlo para que participara en una seminario en México, pero finalmente aceptó; se rehusaba a dejarme hasta no verme completamente recuperada, sin embargo su vida también debe continuar.

Mi madre se ha mudado con nosotros, alquiló la casa en nuestro pueblo. - no te dejaré en ningún momento y punto-. Fueron sus palabras y eso me llena de mucha confianza y fortaleza. 

El timbres suena y mi madre se fue de compras. Cuando abro la puerta me encuentro con un Mario muy cambiado, viste con ropa formal, con el cabello corto y con gafas oscuras. -Hola Haydee-. -Hola Mario-. -¿Puedo pasar?-. -Sí, pasa adelante, síentate-. -Que bueno verte después de tanto tiempo-. Se arrepiente de su comentario y puedo advertirlo rápidamente-. Sonrío.- ¿Quieres tomar algo?-. -Sí, gracias, un café está bien-. -Dame un minuto y te lo prepararé-. -¿puedo ayudarte?, veo que tu brazo aún no ha sanado totalmente-. -Gracias-. Es extraño ver a un Mario tan atento y considerado, cuando nos casamos, ese fue uno de nuestros mayores  problemas, la falta de consideración y el machismo-. Mario y yo conversamos por largo rato, me indica que debe regresar en unos días ha Estados Unidos para  incorporarse a su trabajo, me comenta que trabaja en un club de golf y que los fines de semana labora en una Academía de Fútbol entrenando adolescentes. -Estoy muy bien Haydee y quiero compartir lo que he logrado con mis hijos y contigo-. -Gracias Mario, pero creo que tiene que enfocarte en los niños....- -Lo sé Haydee, pero no quiero que dudes que yo estoy para ayudarte también; nos conocemos desde niños, tu fuiste mi esposa y  yo nunca te he ol...--¿Hola hija?- -¿Mario?-. -Si señora, ¿como está?-. Mi madre no está muy contenta de verlo, sin embargo trata de sonar educada. Mi madre se excusa después de unos minutos y se aleja a la cocina. -¿podré verlos hoy?-. -Sí, pero primero quiero hablar con ellos, necesito prepararlos para ese momento-. -Lo entiendo y te agradezco mucho, yo regresaré a la hora que me indiques-. 

Por la tarde, me reuno con mis pequeños y les comento lo relacionado con su padre, la sorpresa fue enorme y mi hijo dejó claro que no quería saber nada de su padre. -Cariño, es tu padre y tienes que aprender a perdonar-. - No abuela, él nos olvidó, traicionó a mamá y se alejó, sin preocuparse por nosotros-. -Pero ahora regresa y está arrepentido, todos tenemos derecho a enmendar, somos seres humanos y nos equivocamos, él los ama, por favor cariño, piénsalo-.




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