No te perderé de nuevo

LEJOS..MUY LEJOS

La despedida fue extremadamente dolorosa, pero traté de mantenerme fuerte, por ellos, especialmente por mis dos amados hijos, por mi madre que ha estado conmigo en cada momento, por la esperanza de regresar y retomar mi vida, lucharé como una fiera para volver a ser la mujer que era antes. 

Mis hijos y yo nos despedimos en casa, no quise que me acompañaran al aeropuerto, traté de disimular que muero por dentro al dejarlos y la despedida en ese lugar sería mas dolorosa. Sonreí aunque sentía que moría por dentro, les prometí que estaría bien y que nos comunicaríamos todos los días, que lucharía por volver pronto y que retomaríamos nuestras vidas. Nadie durmió toda la noche, nadíe quería dejar al otro, buscamos cada excusa para mantenernos juntos, como sintiendo que debíamos aprovechar cada segundo, como si éstos no se fueran a repetir. Finalmente por la mañana se quedaron muy agotados y se durmieron, cuando me despedí estaban tan cansados, que solamente cruzamos unas pocas palabras y finalmente me alejé. 

Waleska me espera en pijama junto a su puerta, por la madrugada también regresó a su apartamento, pero parece no haber dormido nada. -Te espero de regreso ¿de acuerdo?- Me abraza y con voz quebrada repite -promételo- -Te lo prometo, pronto nos volveremos a ver-. -De acuerdo, confío en tí-. Me abraza y me besa en la mejilla y luego entra en su apartamento, me quedo unos segundos de pie frente a la puerta y puedo escuchar en el otro lado de la puerta que llora como una niña, como no es costumbre verla llorar. -Vamos Haydee, se nos hace tarde-. 

Camino por los pasillos del aeropuerto y viene a mi memoria la imagen de Tony corriendo hacía mí, con su hermosa y cautivadora sonrisa, su cabello rojizo y su impecable traje sastre; aún puedo sentir sus labios sobre los mios, sus manos acariciando mi cabello....y de repente, aparece la imagen de su mirada desolada, su desconsuelo y sus duras palabras...

¿te sientes mal?-. -Estoy bien, gracias-. El avión está a punto de despegar y doy la ultima mirada para luego quedarme dormida..

Hemos llegado al apartamento de Mario, es un lugar agradable, la dueña de los apartamentos es una anciana muy amable, su nombre de Beth. -Que bueno que hayas regresado Mario-. -Gracias Beth, le presento a Haydee, ella es la madre de mis hijos-. -Mucho gusto Haydee, bienvenida, eres una chica muy hermosa-. -Gracias señora-. -No me digas señora, díme Beth, quiero que sepas que estoy para ayudarte en lo que necesites, me encontrarás aquí al lado-. Le agradezco la amabilidad, luego Mario y yo entramos al apartamento para dejar nuestro equipaje y descansar.

Tengo 2 días en este país, el día siguiente en que llegamos, Mario y yo nos presentamos con el especialista, nos indicó que las quimioterapias empezarán en 3 días; por lo que el día de hoy iremos a cortar mi cabello, Beth ha sido muy amable desde el primer momento y nos acompañará al salón de belleza. Beth y yo tomamos el té en su casa por las tardes y conversamos de nuestras respectivas vidas; es una mujer muy valiente; a perdido a su único hijo, él era militar y murió en un enfrentamiento armado en Irak; su compañia me ayuda mucho en estas largas y duras horas de mi vida.

-¿estas lista?, recuerda, tu eres una mujer bella, con o sin cabello-. -Déjalo Mario, no es necesario que trates de hacerme sentir bien-. -No Haydee, no es por lo del corte de cabello, quiero que lo sepas, eres una bella e inteligente mujer, siempre me gustaste mucho, no solamente por tu belleza, sino por tu inteligencia, por tu caracter-. -Insisto, ya déjalo por favor-. -Esta bien, perdóname-. 

Me veo al espejo;  la pañueleta esconde mi cabeza totalmente calva; ahora hay una nueva marca de la enfermedad en mi cuerpo, -¿sábes Haydee la ventaja de no tener cabello?- Respondo a mi propia pregunta -Porque por lo menos, no te recordará que unas manos disfrutaban de trenzarlo y acariciarlo. De nuevo las imágenes vienen a mi cabeza, para recordarme que no habrá manera de olvidar, de olvidar a quien vive en el interior de mi ser, quien se ha metido en mi piel para no irse jamás.  Me rehuso a continuar frente al espejo, lamentar el infortunio no me ayudará a mantenerme fuerte, al contrario, me debilitará el cuerpo y el alma.

De repente recuerdo que tengo algo importante aún en mi equipaje; no he querido sacar todas mis pertenencias, porque temo que después tendré mucho trabajo en volver a guardarlo todo, porque mi plan es regresar en muy corto tiempo a mi hogar.  

-aqui estás-. Tomo mi diario y empiezo a escribir, "día uno".  Habia olvidado el diario y la sugerencia de Waleska de escribir mis pensamientos en él; pero en este momento nos pondremos al día; sé que será un buen compañero en esta etapa de mi vida.

-Hola Haydee, ¿como estuvo tu día?-.-Hola Mario, estuvo bien ¿y el tuyo?-. -Muy bien, muchas gracias, ¿quieres que vayamos por algo de comer?-. -Te agradezco, pero la cena ya está preparada-. -Hmmm, eso parece, el olor es agradable, creo saber que has preparado-. -¿De verdad?-. -Si, no olvides que estuvimos casados, conozco tu sazón; nunca lo olvidaría-. 




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