He recibido la tercera quimioterapia y cada vez me encuentro más débil, el médico insiste en que debo mejorar mi estado de ánimo para poder enfrentar de mejor manera las quimioterapias; sin embargo es muy dificil en las circustancias en que me encuentro. Deseo sentirme bien, superar todo ésto, pero día con día siento más el peso de la ausencia de mis seres queridos; las noches son maravillosas y las horas en que logro dormir, sueño con momentos maravillosos de mi vida; el nacimiento de mis hijos, la primera vez que ví a Tony y en muchas oportunidades sueño que estoy rodeada con todos ellos, puedo observar las sonrisas de mis hijos y puedo sentir los besos de Tony, su mirada atenta cuando conversabamos, aunque fuese de las cosas más sencillas.
Mario ha sido un buen amigo, jamás imaginé que pudiera encontrar tanto apoyo en él, me observa con mirada dulce y a veces hasta pienso que puede sentir algo más por mí. Es una tontería porqué no quisiera que fueramos dos los que estuvieramos sufriendo por amor; aunque me hizo sufrir en el pasado, no le deseo ningún mal.
Tocan a la puerta y me parece extraño, es aún muy temprano para que Mario regrese del trabajo. - Hola cariño--Waleska entra a mi habitación con una maleta en la mano-. -Wale has venido...- Me abraza con fuerza y luego me observa con mirada dulce -Hubiese querido venir antes, pero no podía viajar por temas de trabajo, sin embargo aquí estoy contigo-. -Estoy tan feliz de verte-, -yo también Haydee, estoy muy contenta de verte de nuevo-. Conversamos por un rato, me muestra los obsequios que mis hijos me han hecho llegar, tarjetas, manualidades que han realizado en el colegio-. Abrazo mis obsequios como mis grandes tesoros.
-¿Que te parece si salimos a caminar un poco?, quisiera conocer el lugar-. -Esta bien, dame unos minutos-. Caminamos unas cuantas calles hasta llegar a un pequeño parque, nos sentamos frente al área de juegos -¿Como te has sentido?- .-Esto ha "estado de perros", no me he sentido muy bien, pero estoy luchando por ganar la batalla-. Me abraza. -Esa es mi amiga!!!, sé que lo lograrás, lo lograremos juntas-. Nos quedamos observando por un rato los niños que juegan alegremente frente a nosotros. -Haydee-. Contesto con un murmullo -¿Has sabido algo de Tony?- Me quedo observándola, con las lagrimas a punto de derramarse sobre mi rostro -No, no he vuelto a saber nada de él-. Nos quedamos en silencio por unos segundos -Yo lo ví hace unos días y estuve conversando con la secretaría de la firma de abogados, me comentó que ha tenido unos pésimos días, siempre está de mal humor y hoy es mucho menos comunicativo que antes, llega directo a su oficina y sale de ella únicamente para atender juntas y audiencias, luego se vuelve a sumergir en sus documentos y nunca sale a comer con ningún colega; ella asegura que debe cargar un enorme sufrimiento porque lo demuestra en la mirada y yo pude confirmarlo el día que lo encontré de casualidad en la sala de reuniones de la empresa, llego a una cita que le hizo el abogado de la compañía. Pudimos saludarnos, sin embargo él fue bastante escueto; no me hizo ninguna pregunta y luego continúo con lo que estaba realizando-. -Debe sufrir Wale, debe estar sufriendo y lo lamento mucho...- -Lo siento, me duele verlos sufrir así, no merecen estar cargando esta dura prueba-. Le sonrío con tristeza -"nadie debería sufrir así mi querida amiga"-.
Waleska estuvo por una semana con nosotros y su compañía fue de mucha ayuda, sin embargo 2 días después que ella regresó a Guatemala mi madre tuvo un accidente al salir de casa y fue necesario operarla de emergencia, tuvo una caída de las escaleras del edificio. La intención de Mario era que yo no me enterara para no afectar mi salud, él habia decidido viajar solo a Guatemala para apoyar a mi mamá, pero sin ninguna intención de hacerlo, escuché la conversación entre Waleska y él.
-No hay vuelta atrás Mario, yo viajaré contigo-, -Entiende, no estás bien de salud para viajar-. -No importa, lo haré, no puedo quedarme aquí cuando ella está muy enferma y tu deberías comprenderlo-. -Entiendo tu preocupación pero nada puedes hacer, los médicos la atenderán muy bien-. -No estás comprendiendo....no es suficiente la atención médica, el enfermo necesita saber que las personas que él ama y que lo aman están allí para él, su presencia le transmite fortaleza, ganas de seguir viviendo...-. Mario se queda en silencio y me observa derrotado -Está bien Haydee, iremos juntos, pero quiero que tomes todas las medidas de precaución necesarias-, -no te preocupes, yo estaré bien y gracias por preocuparte por mí y por mi familia-.
Hemos llegado al país, me dirijo directamente al hospital, los niños aún están en el colegio y en cuanto vea a mi madre y me asegure que está bien, iré a ver a mis hijos, aprovecharé todo el tiempo posible con mi familia.
Me acerco a la habitación en la que se encuentra mamá, la observó recostada en esa cama y siento un inmediato estremecimiento; ella es una mujer muy fuerte y verla en esas condiciones me hace sentir una opresión en el pecho. Ella se despierta al escuchar mis pasos -hija de mi vida, que bueno que estás aquí-. Observa la pañueleta que cubre mi calva cabeza y una lagrima cae por su mejilla. -Mami, ¿como te sientes?- Regresa su mirada hacía mis manos, las cuales tengo ahora colocadas sobre sus mejillas. -Estoy bien hija, el médico me aseguró que pronto estaré mejor, la operación fue exitosa, mis huesos están aún muy fuertes, pero deberé utilizar muletas por un tiempo, los golpes de la cara y brazos pronto sanarán, no hay ninguna otra quebradura-. -Gracias al cielo mamá, estaba tan preocupada por tu salud, no fue posible llegar antes de la operación, no logramos un vuelo mas temprano; pero estoy tan contenta de saber que todo salió bien-. Conversamos por un rato y luego se quedó dormida, los medicamentos deben haber hecho efecto en su cuerpo.