No te perderé de nuevo

DE REGRESO AL HOGAR

Soñar despierta es una de las cosas que he aprendido en los últimos meses, me ayuda a mantener mi mente viva y mis recuerdos intactos, y, ahora mismo estoy soñando despierta, soñando que nada de esto esta sucediendo, que estoy rodeada de mis seres amados, que estoy sana, haciendo las cosas que me agradan y me hacen feliz. 

Logro dormir por la madrugada y en mis sueños aparece Tony observándome con tristeza, su mirada se ha quedado grabada en mi memoria; haberlo visto en el hospital me hizo sentir viva, pero al mismo tiempo nostálgica. Luché contra el deseo de tocarlo y besarlo; de gritarle que lo amo, que jamás decidí dejarlo por Mario, que todo lo hice para evitarle más dolor. 

Regresar a casa me comfortó mucho, fue una manera de recargar mis baterias, abrazar a mis pequeños fue como obtener una inyección de positivismo. 

Mi madre estará aproximadamente 3 días más en el hospital, sin embargo nosotros tendremos que regresar mañana a Estados Unidos debido al trabajo de Mario y la siguiente quimioterapia. Me levanto muy temprano, preparo el desayuno de los chicos y me dirijo en taxi al hospital. Mario aprovechará para visitar a sus padres y luego se reunirá conmigo en el hospital. Entro sigilosamente a la habitación, mi madre se encuentra dormida, todo es completo silencio, sin embargo observo al fondo de la habitación y me sorprendo al observar a Tony sentado con un libro en las manos.  Se levanta y  camina lentamente hacia mí. -Buenos días Haydee, sabía que vendrías temprano- _Es dificil articular palabra, aún estoy muy sorprendida por encontrarlo aquí y a esta hora. -Hola Tony, ¿que haces aquí?-. Se acerca un poco más a mí y mi cuerpo se estremece. -Ayer, después que nos despedimos, regresé a averiguar la razón por la que te encontrabas aquí y encontré a tu madre recuperándose del accidente, ella y yo conversamos un rato...-. Intenta tocarme, pero al instante se arrepiente, sus movimientos denotan confusión. -Haydee, ¿díme que no me dejaste por lo de tu enfermedad?-  Sus ojos me observan sin parpadear, su mirada es dura, de reproche, pero gradualmente sus facciones se suavizan. Me quedo sin palabras e inevitablemente siento un calor que se apodera de mis mejillas. -Soy un cobarde Haydee, ahora comprendo la razón de que me hayas dejado; creías que no era capaz de apoyarte en este proceso, creías que no era lo suficientemente fuerte para soportarlo y para ayudarte a superarlo-. -No es así Tony-. Las palabras suenan débiles en mi garganta. Intenta tomarme de las manos pero con un ágil movimiento me alejo, lo suficiente para seguir soportando la barrera, ahora mas delgada, que me mantiene lejos de él, de sus brazos, de sus caricias y de su amor.

Sus lagrimas empiezan a brotar y yo me derrumbo. -Déjame cuidar de tí amor, no entiendes que el sufrimiento es mayor cuando estamos separados, no entiendes que es dificil hasta respirar, que la vida es vacía sin tí...que estoy volviendome loco sin tí a mi lado, que he luchado por olvidarte, por arrancarte de mi corazón pero es imposible...yo te pertenezco, cada parte de mi cuerpo y de mi corazón es tuyo desde el día que te ví entrar en ese salón de clases con tu mirada asustada; dejé de ser dueño de mi mismo y tú te posesionaste como la única dueña de mi ser-.  Contengo la respiración; ahora mismo estoy siendo egoista y lo único que quiero es refugiarme en sus brazos; sentir su aliento, el suave tacto de su piel. -Tony, ahora estoy con Mario-. Me toma fuertemente del brazo y me acerca a él. -Es mentira!!! puede ver en tus ojos que me mientes; lo díces para alejarme de tí, para que no luche por mantenerte a mi lado-. Las lagrimas han ganado la batalla y empiezo a llorar, él se acerca y seca mis mejillas con sus besos. -Tranquilízate mi amor, yo estoy contigo y lo estaré siempre, te ayudaré en todo lo que necesites y juntos le ganaremos a esta enfermedad-. Me besa el rostro, me abraza con fuerza y yo me dejo hacer.....quiero sentirlo, quiero hacer este sueño realidad. Mi madre hace un pequeño movimiento. Tony me toma del brazo y salimos lentamente al pasillo. -Dejémosla dormir-. Tony me sonríe y  toma mi boca con dulzura y me besa; su beso es cada vez mas intenso, mas profundo. Todo a nuestro alrededor se detiene, estamos en un pasillo del hospital y lo único que podemos sentir es nuestros labios; todo lo que podemos sentir es el amor, ese amor que es más fuerte que todo; que quebranta nuestras barreras, que nos hace olvidarnos de sí mismos.




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