Hoy por la mañana regresamos a Guatemala, han transcurridos varios meses desde que me fuí para iniciar el tratamiento y ya deseaba regresar a mi hogar; la despedida fue muy emotiva, mis hijos crearon un lazo con su padre que ha fortalecido su relación, él está muy feliz y sé que los extrañará mucho, sin embargo, Theresa está a su lado para apoyarle, hace un tiempo empezó a salir con Theresa, ella es la enfermera de mi doctor y en una de las visitas en las que me acompañó, tuvieron la oportunidad de conocerse y se dió el flechazo. Me alegro que Mario esté iniciando una nueva relación, le dejé claro que le deseo lo mejor y le sugerí que cuidará de ella y que no estropeara su relación, me sonrió y me aseguró que está vez sería un hombre maduro y cauto.
Ha transcurrido un mes desde nuestra ruptura con Tony, un mes que ha sido una lucha para mantenerme en pie, sin embargo sigo intentando mantenerme fuerte; ahora son 3 los motivos por los que tengo que luchar y vivir, Tony me ha enviado muchos mensajes y ha continuado la comunicación con mi familia, incluso con Mario, aunque ellos lo nieguen; sin embargo en ninguno de sus mensajes me indica que ha cambiado de opinión y quiera apoyarme en mi decisión, entonces he concluido que no hay nada más de que hablar. Con respecto al trabajo, temo que no podré regresar por un tiempo, el médico ha sugerido que tenga reposo absoluto, por lo que he decidido hablar nuevamente con el licenciado Gramajo y pedir que aumente mi tiempo de suspensión de labores; con los gastos del hogar Mario se ha hecho cargo de todo y asegura que no permitirá que trabaje hasta que ya me encuentre mejor y por supuesto el bebé haya nacido; aunque eso signifique amarrarme a la pata de la cama.
Después de preparar el desayuno a mis hijos y de insistir en repetidas oportunidades a mi madre que me siento bien para conducir, me dirijo a la oficina, esperando no encontrarme con Tony porque no sé como podré reaccionar. La recepción fue cálida y alegre; todos salieron de sus oficinas y me dieron muestras de su afecto; deseándome un pronto regreso. Finalmente me alejo hacía la oficina del licenciado Gramajo que me recibe con un fuerte abrazo. -Me alegro verla de nuevo licenciada-. Sun sonrisa me contagia y pronto estamos conversando animadamente, a pesar de que mi historia es más una historial médico.
Alguien toca la puerta y el licenciado le pide al visitante que pase adelante. Al escuchar a la espalda el saludo, giro inmediatamente y me encuentro con la mirada de Tony. -Pase adelante licenciado; le decía a su esposa que se ve muy bien, que estamos todos muy contentos de su recuperación-. Tony musita algunas palabras que no logramos comprender, por lo que salgo a su auxilio, para evitar una mayor confusión, ya que tengo claro que el licenciado Gramajo no está enterado de los últimos acontecimientos. -Gracias licenciado Gramajo, ¿sábe? oilvidé que tengo que hacer algo urgente, le dejaré conversar con mi esposo y luego me comunicaré con usted de nuevo-. -Esta bien licenciada, y de nuevo, no se preocupe por el trabajo, nosotros esperaremos su regreso, lo importante es su pronta y total recuperación-. Le agradezco con un abrazo, luego rozo el brazo de Tony en señal de despedida para no crear duda en el licenciado Gramajo y salgo de prisa de la oficina. Me dirijo directamente al baño para tranquilizarme, porque mi corazón palpita de prisa, mi respiración se acelera y hasta mi vientre se contrae ante la emoción de estar de nuevo frente a él.
Después de un rato, salgo del baño y me despido de todos, me dirijo hacia el auto y observo que a unos cuantos metros de mí, se encuentra Tony recostado sobre una columna; yo camino de prisa para protegerme en el interior del auto y no tener que enfrentarme a él nuevamente. Él corre de prisa hasta alcanzarme y me toma del brazo. -Espera Haydee-. Me giro para enfrentarlo. -¿Que quieres Tony?-. Su mano se tornó fria puedo sentir sus dedos que tocan mi brazo. Baja la mirada y añade. -Quiero saber como estás-. -Pues...ya escuchaste al licenciado Gramajo, me veo muy bien y me siento así-. En la mirada de Tony encuentro mucho arrepentimiento y deseo con toda el alma escuchar de su boca lo que por muchas noches he anhelado escucharlo decir. -Me alegro mucho Haydee....- Se me enciende la sangre, y, estoy a punto de gritarle. -Ya escuchaste que estoy bien, ahora, suéltame para que pueda irme-. En un rápido movimiento me tiene rodeada con sus brazos, me susurra al oido -Te amo Haydee, no hagas esto tan dificil-. Intento soltarme de su abrazo, pero él lo impide. Finalmente cede ante la presión y yo puedo verlo a los ojos de nuevo. -¿Estás de acuerdo con el nacimiento del bebé?-. Me quedo observando su reacción con el corazón a mil, esperando poder escuchar las palabras anheladas; sin embargo lo que obtengo es un movimiento de cabeza y su mirada se dirige directamente al suelo. Tomo fuerzas de flaqueza. -¿sabes Tony, ya estoy cansada....- Mis palabras suenan adoloridas, exhaustas.... Tony levanta lentamente la mirada; pero a pesar del dolor de su mirada, yo no puedo dejar de hablar, debo darle un ultimátum a todo esto, no podemos seguir así, en este "estira y encoje", que es dañino y doloroso para los dos. Lo he pensado durante este mes, y, si él no va a estar un 100% con nosotros, entonces que no lo esté completamente; no podemos vivir así, discutiendo, huyendo de la realidad, reconciliándonos por un breve tiempo y luego volver a caer al vacío. -Quiero que sepas Tony, que ésto que te diré me duele profundamente en el alma, pero, hoy, te estoy dándo la última oportunidad para que consideres todo, que tomes valor y seas más fuerte que tus miedos, que nuestro amor seas capaz de darnos la fuerza para luchar y vencer nuestras pruebas y obstáculos. Los ojos de Tony están fijos en mí, sin parpadear, mi voz se quiebra por instantes pero intento mantenerme firme y fuerte, aunque por dentro siento que voy a estallar -te lo prometo Tony, si hoy, tú no te decides, me perderás para siempre-. Intenta tomarme del brazo de nuevo, pero logro ser más hábil y alejarme. -Pensarás que es muy autoritario de mi parte, pero.... por el inmenso amor que te tengo, ya no puedo seguir así, no puedo seguir sufriendo.... Tony, si hoy antes de la media noche tú no decides continuar con tu hijo y conmigo y luchar contra todas estas pruebas juntos, entonces, nos perderás para siempre y aunque tenga que convivir en el trabajo segundo a segundo por mucho tiempo contigo, tú saldrás de mi vida y de mi corazón para no volver jamás-. Sus manos tiemblan y su boca se entrecierra, pero no logra decir ninguna palabra. Salgo de prisa hacía mi auto y me introduzco en él, enciendo el automóvil y me alejo rápidamente. Lloro durante el resto del camino, sin embargo no me arrepiento de ninguna palabra que dije, a pesar de que el temor me invade hasta el punto de estremecerme por los resultados de lo que acabo de decir.