-Hola compañera-. Suena el teléfono y contesto con una sonrisa. Es mi amigo Tony.- Hola compañero como estas?. -Recuerdas que hoy tenemos que reunirnos para preparar nuestro primer proyecto de Introducción al Derecho I?, -Claro compañero, lista, presta y dispuesta.- - Paso por tí de acuerdo. -Perfecto, acá te espero.
Durante la primera semana de clases nos hemos reunido todos los días, hemos leido varios capitulos del libro sugerido para la clase y hemos iniciado con el proyecto que debemos presentar en un mes.
Mi amigo Tony es fanático del surf, y siempre aprovecha entrar al mar unos minutos antes de nuestras reuniones. Ya estoy acostumbrandome a verlo siempre sentado a mi lado, chorreando agua salada y salpicandome. Sonrie cada vez que le digo que yo me ahogaria en la primera subida a la tabla ya que no sé nadar.
Se ha ofrecido enseñarme a nadar, sin embargo yo le tengo un profundo respeto al mar que se ha convertido en un terror irremediable. Amo caminar por la playa, sentarme a leer, disfrutando del sonido que producen las olas y el ruido que producen las gaviotas, pero de eso a entrar y encima tener que subirme a una tabla, me parece la peor loca idea que podria cruzar por mi cabeza.
Durante esta semana sufrí una terrible decepción, un amigo me comento que vio a mi novio besando a una chica el fin de semana. Lo cuestioné al respecto y terminó aceptandolo, me pidió que lo perdonara que jamas se volvería a repetir. Durante el resto de estos días ha tratado de disculparse, me ha llamado, enviado mensajes, pero necesito pensar todo ésto antes de volver a hablar con él.
Tony me ha visto distraida y triste, y me ha preguntado la razón, sin embargo sé que intuye lo que está pasando. Ha sido muy discreto y se lo agradezco; no quiero hablar al respecto.
Nuestros viajes a la universidad los continuamos realizandolo en motocicleta, ella ya se ha convertido en mi amiga, no le temo como al principio. Tony consiguió un casco adecuado al tamaño de mi cabeza y hoy voy más segura en la motocicleta.
Las reuniones del mediodia cada vez son mas divertidas, ya hemos encontrado el lugar adecuado para almorzar. Hay una pequeña cafeteria frente a la universidad, la propietaria es una persona de unos cincuenta años y es muy amable. Nos hemos hecho amigas suyas y cada vez que llegamos a almorzar nos pregunta que nos gustaria comer la proxima semana; curiosamente no es dificil decidir, nuestros gustos son muy parecidos.
Hoy ha venido mi novio a la universidad, me ha encontrado entrando al parqueo con Tony en busca de la motocicleta. Le presento a mi amigo y observo la desconfianza en la que se han saludado. A ninguno le ha agradado el otro.
Tony me observa con un dejo de tristeza pero me desea un buen viaje. Mi novio y yo regresamos en su vehiculo, el promete que nunca se repetirá lo sucedido y que se compromete ahora mucho más con nuestra relación.