Han trascurrido 10 años desde mi divorcio, mi vida ha tenido como prioridad la educación, alimentación y cuidado de mis 2 hijos, el trabajo y terminar la carrera; ya tengo 36 años y durante todo este tiempo he dejado de pensar en el amor, siempre he sentido que el amor ha transcurrido en mi vida como en una linea imaginaria, en el que el amor se quedó en el ANTES ya no es parte del DESPUÉS.
Mi corazón ha dejado de ser un necio y ahora es un ser lógico, mi estómago también ha dejado de resguardar mariposas y ellas se han ido a revolotear a otro lado.
Sin embargo, como cualquier persona tengo muchos miedos, uno de mis grandes temores es no poder proveer a mis hijos de lo que necesitan para vivir y dentro de dos meses me quedaré sin empleo, la empresa para la que he trabajado durante 13 años cerrará su operación en el país y seré parte del gremio de los desempleados. Ahora estoy pensando en todas mis posibilidades; la primera es ejercer mi profesión de abogada, después de haber estudiado tanto, lo lógico es que empieza a ejercer la profesión, sin embargo debo continuar pensando en otros opciones, por ejemplo, continuar laborando en el área de Recursos Humanos.
Con relación a mis viejas amistades, he mantenido muchas comunicación con ellas y eso alimenta mi corazón de energía, con excepción deTony, a quien solo he visto en la televisión y anuncios de períodico, es lógico que esto pasara, ahora es el Decano de la Universidad y está involucrado en varios proyectos, estoy muy orgullosa de él, sin embargo considero prudente no contactarlo para comunicarselo; desde la distancia estoy muy feliz por todos sus logros.
El fin de semana encontré a uno de sus hermanos, me comentó la triste noticia; su esposa murió en un accidente vehícular hace unos meses y él vive con su pequeñas hija. Continua con todas sus actividades laborales, sin embargo me comenta que ha habido un cambio drástico en su personalidad, ya no es el chico bromista, optimista y sonriente de antes, es muy razonable, una parte de él se ha ido. Lamento profundamente lo sucedido, él merece ser muy feliz.