-"Todo comienza muy bien, tú me llamas y contesto que me extrañas y concuerdo que me quieres y te creo. Los amigos no se besan en la boca, los amigos no se extrañan todo el día, gente loca. Los amigos no se llaman a las dos de la mañana.... "-. En la mesa en donde se encuentran mis amigos se escuchan aplausos y ovaciones. La adrenalina o las copitas de más me hacen entrar en valor y comienzo a gesticular al ritmo de la canción de Yuridia, las letras de la canción llegan hasta lo profundo de mi corazón y quiero que suceda lo mismo en el corazón de uno de mis interlocutores. Las ovaciones aumentan y ya no vienen simplemente de las mesas de mis amigos, mujeres corean la canción y yo, con mucha valentia, bajo del escenario y me dirijo a la mesa de mis amigos, pasando frente a la mesa de Tony, quien me observa boca abierta. El DJ pide que se unan a mí y se vuelve una completa locura. Acerco a mis amigas el microfono y continuamos la canción a todo pulmón. -" Y luego casi todo es felicidad, hasta que me presentas como amiga, y yo me callo mejor, aunque quisiera gritar que no....Amigos no por favor, amigos no por favor, porque los amigos no se conocen todo el cuerpo....porque los amigos no se hacen el amor...porque los amigos no se hacen el amor..."-.
-Aplausos para nuestra participante, que ha dejado el alma en esta canción, pasa por acá participante número 5,- Regreso a la realidad y siento el rostro caliente de la verguenza, sin embargo, como dijera mi madre "el que se mete a camisa de once varas, que quepa en ella"... y bueno, paso frente a la mesa de Tony, lo observo y sonrio; su expresión es confusa y siento que he logrado mi cometido, está tan afectado como yo.
-Amiga, dinos por favor...¿que fuerte tu canción, a quien va dirigida, a que amigo le besas en la boca? La voz del conductor me saca de mi especie de sueño y me guiña el ojo. Me quedo totalmente en shock. Se escuchan risas por todo el restaurante. Observo sin pensarlo a la mesa en la que se encuentra Tony, definitivamente los tragos que he bebido han afectado mi raciocinio, no he disimulado ni una gota. -No digas nada más amiga, lo hemos comprendido-, las risas son cada vez mas fuertes tanto del conductor como del público. -¿Que les parece si sacamos del apuro a nuestra amiga y continuamos con el concurso?-. Por fin, se han apiadado de mí.
-Aplausos para el participante número uno, dos, tres, -. Etc. La elección estuvo reñida, sin embargo finalmente se deciden por mí, y eso no me lo esperaba; habian muchos mejores que yo.
-Felicidades a nuestra ganadora, aquí tenemos su premio "una noche para dos personas, en uno de los hoteles mas romanticos de la Antigua Guatemala" y ya sabemos a quien llevará ¿verdad?".- nuevamente me guiña el ojo y todos empiezan a reir.
Bajo del escenario y me dirijo sin mirar a los lados, hacia mi mesa, tomo la primer bebida que está a la mano, que además está bastante cargada de licor. Todos aplauden y me felicitan y luego decido ir al tocador; necesito refrescarme un poco y hacer pipi, es el efecto del nerviosismo que acabo de afrontar.
Me he tomado unos minutos para salir del tocador y al salir encuentro a Tony, recostado en la pared, se acerca a mí. -Hola! Siento su voz muy cerca de mi oido y su aliento tiene olor a alcohol. Jamás ví a Tony bebido, por lo que siento pena, sé que soy la causa, lo sometí a mucha presión con lo que acabo de hacer.
-Hola Tony-, lo tengo muy cerca, a unos cuantos centimetros y me he quedado totalmente quieta. -Dime algo Aydee, ¿que otra cosa no hacen los amigos? ha ocupado todo mi espacio, lo tengo tan pegado a mí, está rozando mi cuerpo y siento su respiración, sé que si estuviera sobrio, no tuviera el valor de hacerme esa pregunta, mucho menos de acercarse de esa manera y no quiero que haga algo que después se arrepienta. -Tony, creo que estás bebido, mejor regresa a tu mesa-. -¿Qué? ¿Te acobardas?, ¿porque no puedes decirme solo a mí, lo que dijiste frente a tanto público?, ¡Vamos Aydee!-. Me toma del brazo y me aleja de la puerta del tocador hasta un rincon oscuro y mas alejado de la vista de la gente.
-Tony, hablamos otro día, ¿está bien?-. -No, quiero me lo digas hoy, ahora,-. Hago un movimiento para alejarme y me toma de ambos brazos, me empuja y toco con mi espalda la pared; no hay forma de irme de ahí. -Respondeme Aydee-. Mis piernas empiezan a perder la fuerza, pero él está tan pegado a mí que me detiene con su cuerpo. Habla viendome directamente a los labios; lentamente estoy perdiendo el control y no logro articular ninguna palabra. Nuestras miradas están concentradas en los labios del otro. -Esta bien, no hables, muestramelo-. -Esas palabras fueron un detonante para mí y pierdo todo raciocinio. Tomo sus labios, con la necesidad de un niño cuando pide ser amamantado. Él responde al beso con la misma necesidad, suelta mis manos y con las suyas provoca todo tipo de caricias, que aunque se producen sobre mi ropa, provocan miles de sensaciones.