Narra Axel.
Soy la única persona que sale a las tres de la mañana para ir a ver a su amigo, no es que me esté quejando de la situación pero vamos, a quien le gusta que lo despierten a una hora donde el sueño es más rico, ¡A nadie!, Pero quien le dice que no a Arthur, no se le puede decir que no.
Además de eso, quiero ver a su hermana es algo que necesito y lo deseo, verla ver cómo está, ver de nuevo su sonrisa, no puedo negar que la he extrañado como nunca.
Sus malas palabras.
Si eso mismo, qué ridículo me veo al admitir que esa niña me atrapó desde el primer momento que la vi toda enojona y con ganas de morderme creo que ella me odio desde un principio.
— Malcriada .- susurro.
Detengo mi auto en el sitio que Arthur dijo que lo esperara pues, al parecer ellos se cambiaron de lugar me imagino que es por la situación de Adam.
Aunque si él le pudo contar a su hermana la situación pues, me imagino que ya debe de saber que Adam es su verdadero hermano, no entiendo cómo es que una madre puede dejar a su hijo simplemente para agradar a un hombre.
— Hey.
— Amigo, ¿Como estas?.
— Cansado y estresado.
— ¿Todo está bien con Antonella?.
— Sí eso es lo que me estresa ya hablé con ella, le conté todo Estoy esperando comunicarme con Adam.
— Cómo te sientes con la situación, crees que Adam reaccione de otra manera.
— Pues si reacciona de otra manera ya él tendrá la opción de llevarse bien conmigo, no me voy a ir nunca de la vida de Antonella.
— Entiendo.
— vamos, le dije Antonella que vendrías.
Mientras conducía para llegar al lugar donde ellos se estaban quedando no pude evitar ponerme a pensar en la posibilidad de que Adam se ponga violento y no quiera que Arthur conviva con Antonella, claro ya no es decisión de él porque obviamente ella es mayor de edad y puede decidir por ella misma además de eso creo que la conexión que ella tiene con Arthur es muy fuerte como para que en este momento quieran alejarla de él.
Llegamos a una pequeña casa que estaba al final de la carretera se veía muy sencilla, acogedora y tranquila, tenía muchos árboles creo que esta era la paz que ella necesitaba y también mi amigo porque, sé que a él le afecta todo esto cuando, bajamos del auto empecé a detallar el lugar detenidamente al lado de la casa hay un pequeño lago, Creo que venirse para este pueblo fue lo mejor que él pudo haber hecho debo de admitirlo.
— Axel .- susurra.
Me volteo de golpe solamente para comprarme esos hermosos ojos que siempre me han gustado ella ensancha una sonrisa y vuelve a susurrar mi nombre maldición me encanta cómo se oye mi nombre saliendo de su boca.
— Axel, viniste.
— crees que no vendría a verte.
— Pues últimamente no te has contactado mucho conmigo.
— Quería darles el espacio a los dos porque sé que tenía muchas cosas de qué hablar y que arreglar.
— No vuelvas a irte nunca más.
Ella se acerca a mí y me abraza, su abrazo se sentía cálido y lo sentía muy seguro, la siento a ella muy segura y sé que es más fuerte y eso a mí me da felicidad.
— Vamos a entrar, y por favor quita las mano de mi hermana.
— Que hermano tan celoso.
— Claro.
— No puede ponerse celoso con su cuñado.
¿Cuñado?, espera ella dijo cuñado, creo que eso era todo lo que yo quería escuchar para saber que aún tengo la posibilidad de conquistarla, porque la quiero conmigo y para toda la vida para cuidarla y velar cada una de sus pesadillas.
— Que chistosa.
Soltamos una carcajada y decidimos entrar a la casa.
Ellos si están bien y eso me basta.
~
Narra Antonella.
El psicólogo me dijo que tenía que tener compromiso conmigo misma para poder dejar atrás todo lo que me afectaba, cuando empecé a recibir terapias y empecé a darme cuenta que ya no necesitaba tomar medicamentos para poder dormir o para poder dejar mis crisis fue en ese preciso momento donde entendí que yo estaba logrando algo por mi cuenta, y era dejar la depresión atrás, dejar mi bipolaridad atrás, dejar ese trastorno que me ha cambiado tanto la vida desde pequeña en el pasado, para empezar una nueva vida quizás, el hecho de que mi primo termine siendo mi hermano no me afectó tanto fue porque me siento más tranquila porque he madurado la parte donde una mala noticia ya no me hace perder la razón.
Recuerdo que estaba tan perdida en la depresión que La depresión me convenció, más de una vez, de que el sufrimiento es un estado de vida permanente.
Duré solo dos meses tomando los medicamentos y solo fui a dos sesiones más de psiquiatría. Dejé todo después de eso. Me convencí, de nuevo, de que podía "salir adelante" sola, Ahora pienso que el afán de superarnos nosotros mismos me hace dar cuenta en el mundo que vivimos.
Vivo tratando de no ser así, de no dejar que la tristeza me ponga contra la pared y me agote. Vivo tratando de no tropezar con obstáculos como un llanto duradero, de horas, sin razón aparente; tratando de no convencerme de que soy un fracaso perpetuo e irreparable la depresión me acostumbró a pensar así. Aún me cuesta decirlo: no es mi culpa que me sienta así.
La depresión no es solamente una enfermedad de cómo opera la mente y las emociones, también es física, también es contextual, también es personal y también le puede ocurrir a cualquiera aunque no entendamos exactamente por qué.
— En que piensas. - siento que Axel llega a mi lado.
— Pues, en lo feliz que soy ahora.
— Me gusta verte feliz.
— Me gusta que te guste, Gracias por venir.
El me abrazó y besó mi frente.
— No debes agradecer nada, para mí era importante estar aquí y verte.
— Podemos empezar de nuevo.
— ¿Eso quieres ?.
— Pues, aún quieres que seamos esos amigos.
— No quiero que seamos esos amigos, quiero que seamos más que amigos.
— Eso suena mejor.
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Editado: 23.08.2025