Continuaron el camino, Ariel seguía pensativa. Argüen está hablando con su padre, sobre el motivo por lo cual no pudo verlos durante tanto tiempo.
Resulta que lo hizo para poder proteger a su familia y creía que el rey, le daría su mesera a su familia pero no lo hizo.
Ergüin — Escucháis eso.
Todos se quedaron en silencio para escuchar mejor, todo está en absoluto silencio ni se oía a ningún animal.
Güengrin —¡Por Eldá! No hay nada vivo.
Ariel —Tenemos que estar atentos, puede que el enemigo esté por aquí. Debéis recordar, que están muertos y que no se rendirán. También pueden ser niños o mujeres.
Zero —Huele a muerte. Debe de haber varios cuerpos cerca de nosotros.
Vangelis— No escucho nada, creo que solo debe de haber cadáveres.
Güengrin —Que estén muertos no quiere decir que no sean una amenaza.
Ergüin —Es una faena tener que luchar contra los muertos pero estamos preparados para lo que sea.
Uriel —Habla por ti, he ido a la batalla y es muy duro por no poder diferencia al enemigo del amigo.......
Hechicero— Sabemos que no es lo mismo enfrentarse con gente muerta. Pero es lo que hay, eso sin mencionar a las criaturas oscuras.....
De repente comienzan a aparecer varias personas, estan muy heridas y la mayoría de ellas eran de gravedad.
Ariel —Están muertos, que no se acerquen.
Todos sacaron las esperadas y comenzaron a luchar. Daba igual donde les hieran, seguían como si nada. Los muertos atacaban como si fueran perros rabiosos. Ariel se acordó de todas las películas y series sobre zombis.
Ariel —Ir a por la cabeza, si recibe un fuerte golpe en la cabeza morirán definitivamente.
Todos le hicieron caso y en media hora acabaron con ellos. Estan agotados pero sin rastro de heridas.
Vangelis—Ha sido agotador pero seguimos vivos, por cierto ¿Como sabías que eso iba a funcionar?
—bueno..... Yo....... (No les puedo decir que de donde vengo era una fanática del terror y que me encanta todo lo relacionado con los zombis) Bueno.... Como he visto que daba igual donde le hieramos, se me ocurrió que en el único sitio donde no han recibido ningún golpe fue allí y por eso pensé que sería su punto débil......
Desconocido —Eres realmente una muchacha muy interesante.
Todos se dieron la vuelta y vieron a un hombre de unos cuarenta años y vestido de negro.
Uriel —¿Quién eres?
—Mi nombre es Ismar, llevo un tiempo buscándolos.
Zero—Tu eres el monje katasaty ¿Cierto? Te reconozco por tu ropa, una vez conocí a uno que también llevaba un traje como el tuyo, pero al mismo tiempo es diferente.
Ismar —Solo los maestros podemos usar este traje.
El monje mira Ariel, ella tiene la sensación que está mirando desde dentro.
Ismar —Creo que deberíamos ir a otro lugar, está solo era una avanzadilla. Enseguida llegará un grupo más grande, estaremos en desventaja y no creo que en un espacio abierto como este tengamos una oportunidad.
Ariel —Y ¿Dónde sugieres que vayamos?
Ismar — Creo que donde vayamos estaremos en peligro, pero por fortuna tenemos la compañía de un formidable dragón. El nos puede guiar, con sus intenciones podemos esquivar al enemigo y con eso ganaremos tiempo para cumplir con nuestra misión.
Vangelis—¿Tú también estás en esto? No recuerdo haberte visto en la asamblea de los pueblos, todos los aquí presentes estaban pero tú.......
Ismar —Quien me recomendó (mira fijamente a Ariel) fue una vieja conocida. Estaba meditando por algunos años, cuando tuve la visión, allí tuve claro lo que tenía que hacer. Siempre y cuándo no os moleste mi compañía.
Ergüin —No es una molestia, creo que es bueno tener de nuestro lado a alguien tan venerable como usted.
Ariel —Ergüin, tiene razón. Eres una persona muy conocida, he escuchado tus grandes azañas y creo que sería bueno tenerte en esta misión. Nos podrá aconsejar y perdonar por mí atrevimiento pero, si es posible ¿Me gustaría que ayudarse con un asunto?
Ismar —Puedo ayudarte a controlar tus poderes.
Ariel —Muchas gracias.
Vangelis—Vamos, esta empezando a oscurecer, aunque es medio día.......
Argüen —Pronto el mundo estará completamente oscuro y con ello saldrán los monstruos......