Después de un merecido descanso, se levatan completamente descansados y con mucha fuerza. Fueron al comedor, el desayuno les fue servido por una mujer mayor pero muy rápida en sus movimientos.
Laws —Disculpa señora, ¿No habrá sido una guerrera?
Señora—Sí lo fui , en mi joventud. Pero de eso ya hace tiempo pero todavía me entreno diariamente ¿Como lo has sabido?
Laws —Por su agilidad y rapidez. Seguro que fuiste una gran guerrera
Señora —Gracias, es muy amable y observador.
Alcade —Veo que ya conocéis a mi esposa, Óvril.
Ergüin —Es muy amable y seguro que tiene su carácter. No todos aceptan como esposa una mujer así.
Alcade —Bueno, nos conocimos como vosotros. Tuvimos una misión muy complicada, pero su forma de ser me llamó la atención y con el tiempo nos fuimos enamorando. Cuando la gente supo que ella era un soldado, no lo vieron con buenos ojos pero a mí siempre me dio igual lo que los demás digan.
Ismar—Agradecemos vuestra hospitalidad, pero debemos partir de inmediato. Iremos al bosque para acabar con esos monstruos....
Ellos se levantaron de la mesa y fueron a buscar sus cosas....
Cuando salieron de la casa, decidieron que Argüen y Güengrin se quedarán para vigilar a ese misterioso sacerdote. Los demás fueron al bosque, ellos saben que esas criaturas o monstruos salen con la niebla pero deben de esconderse en algún lugar oscuro, algo lo más parecido a una cueva.
Llegaron hasta un barranco, ellos siguieron el rastro de árboles y animales muertos.
Zero —Podemos ir Vangelis y yo, nosotros somos más habiles para estas cosas y si nos hacemos algo nos curamos rápidamente.
Ariel —No.... Es.... Puede ser una trampa, es mejor esperar un poco. Cuando sepamos si ese sacerdote está metido o no en esto.
Ismar mira a Ariel, esta seguro de que esa chica no es tan simple como quiere hacer creer, el ha sentido un aura muy extraña en ella. De hecho es la segunda vez que ve algo así.
Uriel —Podemos buscar otro camino, estoy seguro de que debe de haber otro modo de llegar hasta allí.
Argüen
Güengrin y Argüen siguen al sacerdote, el se dirige hasta un casa. Sigilosamente, entra en ella y le sigue hasta una habitación. Se para delante de un espejo y ven como hace un ritual de llamada y le explica a una mujer lo que está ocurriendo y la presencia de los forastero.
Desde su posición pueden oir perfectamente lo que dicen.
Sacerdote —Mi señora, ellos quieren matar a sus hijos y si lo consiguen, vuestros planes no saldrán bien. La gente de este pueblo no estará dispuesta a seguirte.
—No te preocupes por ellos, dentro de poco estarán muertos. Yo ya sabía que estaban muy cerca y mis pequeños los estan esperando. ¿Como llevas lo otro?
—... El alcalde lo tiene muy bien escondido, ya he revisado su casa pero no hay rastro de ese objeto. A lo mejor, mi ama, el no lo tiene.
— ¡Buscarlo bien! Ese desgraciado lo tiene. Se lo dio ese maldito enano.
—Esta bien, tendré que buscar una buena excusa para poder entrar en su casa.....
Argüen y Güengrin salen de la casa, cuando están lo suficientemente lejos.
Güengrin —¿Que será lo que quieren?
—No lo sé, pero sea lo que sea lo vamos a necesitar. Hay que avisar al resto, tu ve con ellos y dile lo que hemos descubierto. Yo hablaré con el alcalde.
Ellos se separaron, Argüen vio al alcalde y le preguntó por el objeto. El se saca un colgante que parece un trozo de cobre con un cristal dentro de color azul.
— Debe ser esto lo que está buscando, parece un simple cristal pero la persona que me lo ha dió me dijo que lo debería de proteger con mi vida y que el destino de todos depende de ello.
Argüen lo examinó con detalle y se dio cuenta de en realidad es parte de un amuleto. Escuchó una vez una historia sobre un objeto sagrado que fue dividido en cuatro partes. No se acuerda muy bien de la historia pero está seguro de que su padre lo sabrá mejor.
Argüen —Creo que nos hará falta para salvar el mundo, si fueras tan amable de dármelo. Te prometo que no caerá en malas manos.
—Supongo que ambos bandos lo buscan, creo que es mejor que seáis vosotros quien lo tenga. No tengo ni idea de cómo funciona, pero no quiero que caiga en la manos equivocadas....
Después de decir eso se lo entregó