El príncipe Cael, llegó al imperio al lado de Laila. Ella está muy ilusionada por poder conocer al emperador, en cambio para Cael su sentimiento era muy diferente. El solo trajo Laila para aprovecharse de ella, pero si no le sirve para nada la dejara de lado.
Cael se sorprende al ver a Ariel en el imperio, le preguntó a un criado y este le dijo que era una invitada del emperador. Cael no en el motivo de que ella sea una invitada pero no le da mucha importancia, su misión es quedarse con el puesto del emperador.
Laila —Cariño, estoy segura que ha mentido. No podemos dejar que se salga con la suya.
—¿En serio la temes? Ella es una niña mimada, seguro que ha usado algún truco para que el emperador la deje estar en el palacio. Y tú puedes aprovechar para recuperar tu dragón, si es tú familiar te debe de hacer caso....
—..... Claro.... Voy a a recuperar lo que me pertenece( todo lo que se supone que es mío, por algo soy la protagonista de la historia)
Ambos se dirigen hacia sus respectivas habitaciones, Cael esta molesto porque su habitación está en la zona de invitados mientras que el de Ariel está cerca del emperador. Se ha enterado de que también hay otras personas que están en esa zona,todas ellas son tratados con honores cosa que con el no ocurre.
Cael se dirige hasta el jardín donde está el emperador, quería que le explique el porqué de esa situación.
Cael —Buenas tardes, sol del imperio. Me gustaría poder hablar con usted.
—Claro ¿Que ocurre?
—Me gustaría saber por qué yo un príncipe tengo que estar en la zona de invitados y una zo....
—Tenga cuidado con lo que dices, las personas que están en esa ala del palacio, arriesgaron sus propias vidas para que un niñato pueda estar quejándose....
—Eso no es cierto, la santa fue quien.....
—Me temo que te han engañado. Según mis fuentes, fue esa chica con sus amigos quienes lucharon contra la oscuridad,hay muchos testigos de eso.
Cael se enfada, porque se ha dado cuenta de que Laila ha estado mintiendo y no solo a él sino al todo el reino, si esto le cuesta el puesto de emperador, la matará sin dudarlo.
—Pero, Majestad ella estuvo allí y también lucho contra la oscuridad. Ella fue elegida, nació con la bendición divina.
—Y no lo dudo, seguro que hizo un buen trabajo y todo eso. Debes de tener en cuenta que para mí sucesor, esas cosas no importa. Quien me suceda debe ser justo y cuidar al pueblo. Para eso he diseñado unas cuantas pruebas, si sabes solucionar los problemas que hay y demuestras que eres un gran guerrero, el puesto de emperador será tuyo. Pero debes demostrar que eres digno de eso, yo he tenido que solucionar muchos problemas y por desgracia he tenido que encerrar a varios nobles ¿Entiendes lo que te digo?
—Creo que si, debo de ser un buen gobernante. Me retiro, tengo cosas que hacer.
Cael se marcha, se ha dado cuenta de que todavía no está listo para gobernar. Su madre le ha metido en la cabeza que para ser rey no tiene que hacer nada de eso y ahora se está planteado
Laila se cruza con Cael, pero este la ignora. Así que lo coge del brazo.
—Cael ¿Que pasa? ¿Has hablado con el emperador para que nos cambien de habitación?
—Laila, dejarme solo. Necesito pensar en unas cuantas cosas y tengo que tomar una decisión sobre mi futuro.
—¿Que te ha dicho el emperador?
—Nada malo pero me he dado cuenta de que he estado siendo egoísta, apenas he pensado en mi pueblo ¿Que clase de rey seré? Tengo que cambiar muchas cosas en mi vida. No he tratado de solucionar ningún problema de los pebleyos de mi reino.
—No lo entiendo, vas a ser el rey y con suerte serás el emperador. ¿Que tiene que ver los pebleyos?
—¿No lo entiendes? Un rey no sólo está para los nobles también debe de cuidar a todos los habitantes de su reino.
—(Será idiota, tengo que aparentar estar de acuerdo con eso o jamás seré reina o emperatriz) bueno, como santa mi deber es cuidar del pueblo y te puedo ayudar con lo que necesites.
—Gracias, Laila. Eres muy buena... Te puedo preguntar una cosa.
—claro.
—¿Debo seguir con mi candidatura?
—Por supuesto que si, ahora más que nunca. Ya sabes en que debes de mejorar , por eso tienes una gran ventaja hacia los demás.
. —Tienes razón por cierto ¿Dijiste que fueste tu quien lucho contra la oscuridad?
Laila se pone nerviosa, sospecha que ya debe de haber descubierto la verdad.
—Sí, pero no estuve sola. Había más gente pero.... Perdí el conocimiento y no estoy muy segura de lo que ocurrio exactamente.
—Ahh, está bien. Pero no me dijiste eso antes...
—Verás... Me daba un poco de vergüenza tener que reconocer que creo que Ariel me ayudo un poco, pero si no lo he dicho antes es porque no sé muy bien qué ocurrió.