No tengo derecho a amar

Parte 1

En un universo alterno, los namek vivían tranquilos en su planeta, el Gran Patriarca los gobiernaba con cariño y ternura, cuidado por su guardián, el mejor guerrero de todos ellos, Nail, quien vivía con el gobernante del lugar, y con el pequeño Dende, a quien estaban preparando para ser el sucesor de su padre.

Todo era monótono para sus habitantes, los guerreros entrenaban, y muy de vez en cuando repelían ataques de piratas, o vagabundos del espacio, hasta que un día una nave cayó en un sector despoblado, los guardianes se trasladaron inmediatamente para ver si eran muchos los que llegaron, la nave estaba en muy malas condiciones, por eso al principio pensaron que fue abandonada y que había caído por la fuerza gravitatoria. Pero al revisar bien, encontraron una persona que todavía estaba con algo de vida, Nail la llevó donde su gobernante. Era una mujer, tenía la ropa en partes rotas, y la cara manchada con sangre, con heridas en todo el cuerpo, su rostro estaba en parte tapado con su cabello café, revuelto.

— Dende, por favor ayúdala — pidió el padre de todos.

— Como diga Gran Patricarca — el pequeño se acercó a la desmayada que estaba en los brazos del encargado de los guerreros.

— Espere ¿Y si luego nos ataca? Parece una luchadora — dijo Lesman al ver unas pistolas en su cintura, y una especie de coraza en el torso.

— Ya veremos eso más tarde, no voy a dejar morir a alguien pudiendo ayudarlo, por favor apúrate — le dijo al niño, preocupado ya que casi ni se le sentía la respiración a la muchacha.

Cuando el pequeño término, la mujer abrió lentamente sus ojos, cuando pudo fijar la vista, miró a Nail, se soltó de él, se paró y empezó a amenazar a todos con una de las armas que tenía en el cinto, y con su otra mano generó una esfera de energía, aunque se veía como un niño entre todos, por su estatura de 1.65 cms, su fiereza no decayó.

— Por favor, no haga eso, no somos luchadores — le explicó el líder del lugar para tranquilizarla.

— ¿Y ellos qué? — apuntó con la cabeza al grupo de guerreros que estaban prestos a proteger a sus amigos.

— Somos los guardianes de este lugar, y del Gran Patriarca — le corrigió Nail.

— Ahhh, la Gran Pelota Verde.

— ¡Cómo se atreve a decirle así! — gritó Lesman, que dio un paso para atacar a la mujer.

— Por favor señorita, no diga eso de nuestro padre — pidió tranquilo el líder de los luchadores, mientras detenía al exaltado, y caminaba hasta quedar frente a su padre.

La muchacha miró para todos lados, por un rato pareció que atacaría, pero luego su gesto se relajó, y depuso su actitud agresiva.

— Supongo que les debo mi vida, sé que estaba en muy mal estado ¿Cuántos días demoré en mejorar?

— Solo unos minutos, Dende la ayudó.

El niño se avergonzó al escuchar que lo nombraban, y que ella lo miraba, nervioso se abrazó a la túnica del anciano.

— Tan pequeño y eres médico — exclamó sombrada, pensando si estaban mintiéndole.

— Tiene el don de curar con solo poner sus manos sobre las heridas — explicó el Gran Patriarca.

— Que raza más extraña son ustedes, yo vengo de... no conozco mucho de su universo.

— Somos Namek, nosotros...

— Voy a ver cómo está mi nave, debo irme lo antes posible — interrumpió la muchacha a su interlocutor, se dio media vuelta, y se fue.

— No creo que pueda hacerlo, quedó en muy malas condiciones — le explicó Nail.

— Entonces a repararla, y rápido, quiero irme de este lugar lo antes posible.

Siguió caminando, todos quedaron descolocados con su actitud.

— Pero... — dijo Krasun y trato de ir atrás de la mujer para apresarla, sentía que era peligrosa para todos.

— No hagan nada contra ella, solo es una viajera que quiere seguir su camino.

— Pero Gran Patriarca, es muy agresiva, debemos cuidar a los demás, si se molesta será peligrosa, se lo puedo asegurar.

— Puede que tengas razón — luego de meditar un momento — Nail, Lesman tomará tu lugar como mi protector, ve con ella y cuida que no ocurra nada malo.

— Como diga Gran Patriarca.

El namek se fue volando lento, ya que la mujer iba caminando, tratando de usar uno de sus dispositivos para encontrar la nave, pero al parecer se había roto.

— Debe ir por allí — le dijo el guerrero cuando estuvo cerca de ella.

— Okis, no es necesario que me sigas. No haré nada, total no son luchadores... — imitó la voz del Gran Patriarca — solo si me agreden me defenderé ¿Entendido?

— Usted no se maneja bien en nuestro planeta, según sé su raza debe comer, le ayudaré con eso. 

— No es necesario, tengo comida guardada, podré mantenerme por años sin necesidad de molestarles.

— De todas maneras el Gran Patriarca quiere que me quede cerca para apoyarla en lo que necesite.

— Mejor manden una mujer a que sea mi vigilante — dijo irónica.

— Es que no hay.

— ¿Cómo? — lo miró confundida.

— No hay mujeres, fuera de usted.

— Crees que soy tonta, siempre hay mujeres en los planetas, sino como se reproducen.

— Nosotros no necesitamos, somos hermafroditas.

Ella miró su cuerpo y su cara, se veía tan varonil, era imposible que no fuera un hombre, pero ¿Por qué le estaría mintiendo? Sus pensamientos volvieron a su nave, prefirió desentenderse de eso por ahora.

— Bueno, en ese caso déjame sola — termino gritando, se dio vuelta y siguió caminando hasta que el mar no le permitió seguir, se elevó, miró para todos lados tratando de encontrar su aeronave con la vista, pero, o le habían mentido, o estaba muy lejos, golpeó el buscador para ver si lo hacía funcionar.

Nail voló para ponerse a su lado para avisarle donde estaba lo que buscaba, pero ella se dio vuelta muy rápido, y con lo concentrada que iba ambos chocaron, y cayeron al agua, al salir a la superficie no pudieron separarse porque sus ropas se habían enredado, él tuvo que abrazarla, en esa posición logró soltar su abrigo, cuando estuvieron ambos libres, el guerrero recibió una cachetada.



#5830 en Fanfic

En el texto hay: desamor, drama, amor

Editado: 07.08.2020

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