Nail se levantó suavemente para dejar que Meridian siguiera durmiendo, fue una larga noche para ambos, donde se entregaron en cuerpo y alma al otro.
— Gran Patriarca ¿Qué pasa? — preguntó nervioso, salió solo con los pantalones puestos, pensando que algo malo había ocurrido.
— Te buscamos por todos lados, como no te encontraron, nos preocupamos, por eso me atreví a buscarte aquí, no sentíamos tu ki, y eso solo pasa cuando estás allá adentro.
— Es que... — estaba muy avergonzado, no sabía cómo contarle lo que había pasado.
— No digas nada, entiendo — miró a Dende a su lado, luego sonrió benévolo — le diré a Lesman que haga tu guardia.
— Se lo agradecería.
— Bien, entonces nos vemos a la tarde.
Cuando entró Meridian estaba despierta, tapada con una de las frazada que habían tirado en el piso para estar más cómodos.
— ¿Qué pasó?
— No se preocupe, solo me buscaban para saber si estaba bien. Le traeré de comer.
— Gracias.
Él le preparó unas frutas, mientras ella se vistió.
Cuando terminó de comer, el namek puso en un dedo de la mano de Meridian una argolla hecha de un pedazo de cable que tomó de la nave.
— El Gran Patriarca me explicó lo que sabía de los rituales de ustedes para convertirse en pareja ¿Quieres ser mi compañera de por vida?
Ella no cabía en su alegría.
— Sí, acepto.
En la tarde bajaron de la nave y le dijeron al Gran Patriarca que se unirían para siempre.
— Los felicito, ahora a preparar la ceremonia.
Cuando estuvieron a una distancia, la mujer se relajó, pensó que el líder del lugar podría poner algunos problemas a su unión.
— Menos mal que nos fue bien con el balón verde.
— Por favor, Srta. Meridian — gritó el anciano para que lo escucharán — podría dejar de decirme de esa manera, se lo agradecería mucho.
— Lo siento de verdad, es solo por costumbre.
— Entiendo, pero igual preferiría que no lo hiciera más.
Cuando la pareja entró en la nave de nuevo, ella estaba muy confundida por lo que había pasado.
— ¿Cómo pudo escucharnos? Estábamos lejos y yo hable en un susurro.
— Tenemos el oído muy desarrollado.
— Entonces anoche cuando... algunos de los otros nos pudo escuchar ¡Qué vergüenza!
— No se preocupe, me di cuenta que su nave bloquea el ki y los sonidos ¿Por qué cree que anoche la traje aquí?
— Que inteligente es mi futuro compañero.
Unos días después se unieron, en la ceremonia Lesman y Krasun fueron los acompañantes del novio, y Dende estuvo por la novia.
— Gracias por todo, pensé que les caía mal — les dijo la muchacha a los dos guerreros, cuando estaban en la fiesta.
— Nosotros pensamos primero en nuestra raza, por eso tuvimos miedo que los hiriera, pero luego de ver a Nail cuando ustedes se pelearon... tenemos que protegerla, no queremos volver a verlo como estuvo, definitivamente no podría vivir sin usted — terminó de decir Lesman riendo, mientras veía a su "jefe" que hablaba con el anciano.
— Les prometo que lo cuidaré muy bien.
La pareja se quedó a vivir por un tiempo en la nave, luego de unos años se mudaron a una de las islas deshabitadas del oeste.
Diez años después el Gran Patriarca murió tranquilo por sus hijos, ya que Dende estaba preparado para sucederlo. Un tiempo después de eso la mujer empezó a cambiar de carácter, se volvió triste, melancólica.
— ¿Qué te pasa? — preguntó el jefe de los guerreros a su pareja.
— Me conoces muy bien.
— Eres transparente para mí.
— Es que, a pesar de lo que me dijo el anterior Gran Patriarca, siempre tuve la esperanza que tuviéramos un hijo.
Él recordó que ella siempre jugaba con los niños del poblado, y cuando se necesitaba los cuidaba con mucho cariño.
— Ambos sabíamos que esto podía pasar, por reproducirnos por huevos, cabía la posibilidad que no pudiera engendrar como los humanoides.
— Lo sé, solo que me hubiera gustado tener un hijo para amar — termino diciendo algo deprimida.
— Tranquila — Nail la abrazó y le dio un beso en la frente.
Cuando se acostaron ella seguía con ese dolor en su corazón, cuando se iba a dormir le dijo a su pareja entre dormida.
— No me importaría que fuera totalmente namek, lo amaría como si fuera mió, solo por que fuera tuyo.
— Sabes que nadie más que el Gran Patriarca puede tener descendencia — respondió él, entendiendo la indirecta.
— Lo sé, no me hagas caso, te amo Nail, mañana estaré bien.
Al otro día cuando el guerrero fue a su puesto con Dende, le contó lo que pasaba.
— Me di cuenta que algo le ocurría, pero no pensé que fuera algo así.
— Lo sé, es fuerte, sé que se sobrepondrá, pero...
— Te gustaría darle un hijo ¿Verdad?
— Sé que está prohibido.
El otro lo miró enigmático. Esa tarde Meri recibió un mensaje de Nail, por un mes no iría a casa, el joven Gran Patriarca lo necesitaba a tiempo completo en su casa, y le pedía que no fuera a verlo.
— ¿Estás seguro Lesman que ese es exactamente el mensaje?
— Si, me hicieron repetirlo varias veces para estar seguros que no me olvidará de nada, ni que lo cambiará en lo más mínimo.
— Gracias.
Todo ese tiempo estuvo meditativa.
"Se habrá aburrido de mí, o de lidiar con mi tristeza. No debí decirle que quería un hijo, tal vez se fue por ese tiempo esperando que cuando vuelva se me haya olvidado de eso. Juro que seré fuerte, y nunca más le diré cuando me sienta así, disimularé muy bien, no quiero perderlo".
A la mañana número 30, vio a la lejos al joven Gran Patriarca y a Nail venir volando, éste último venía muy lento, traía un bulto en sus brazos.
— Cariño, que bueno vert... — no pudo seguir hablando, en los brazos del guerrero había un niño namek.
— ¿Y este pequeño? — preguntó Meridian.
Editado: 07.08.2020