Gabby
― ¿No somos novios y ya me estas proponiendo matrimonio? ― intenté no mostrar ninguna reacción mientras seguía recorriendo su cicatriz.
―Creo que fui algo intenso hace un momento― él comenzó a reír y me preocupé. ¿Qué tantas cosas no conocíamos el uno del otro? Hace un momento dije muchas cosas pero ambos las dejamos pasar.
La cicatriz debía medir alrededor de siete centímetros, no era muy gruesa pero si tenía un color más oscuro que el de su piel y se notaba. ¿Era esa la razón de su cabello tan largo? Cuando comenzamos a salir no la había visto.
―Creo que si lo fuiste, pero como que me gusto―suspiré y dejé caer su cabello. Él aún me miraba esperando una reacción de mi parte, su momento cursi se había perdido en el momento que yo toqué su cicatriz.
―Kylan…
―Fue un accidente cuando tenía catorce. Un borracho nos golpeó y yo impacté contra el vidrio.
―Si no quieres hablar de ello no lo hagas, solo… Kylan apenas nos conocemos el uno al otro.
―No imagino como llegaré a sentirme el día que conozca todo de ti Gabby, ya me tienes asustado― sonreí.
―Yo tampoco lo sé Kylan― me daba miedo ser crudamente honesta con él, pero suponía que debíamos avanzar poco a poco en nuestra relación.
Me acerqué a él y lo besé. Era una posición muy incómoda, me reí porque no alcanzaba sus labios. Necesitaba hacer ejercicio mi espalda comenzaba a molestarme por lo incomodo de la posición.
Él comenzó a reír más fuerte y se levantó atrayéndome a sus brazos.
― ¿Cómoda? ― asentí y él descendió sobre mis labios atrapándolos con los suyos en un beso suave y tierno.
―Se mi novia Gabriela― sonreí.
―Que mandón. Pero aun así, si quiero.
***
A diferencia de lo que las personas veían en las películas la vida del estudiante no era fácil, es decir, los estudiantes en el instituto siempre tienen tiempo libre para salir al cine, hacer fiestas en las que aparece la policía y salir huyendo. Pues eso no es nada cierto, al menos si eres una persona que cumple con todas las tareas.
Pasé el mes de noviembre estudiando, haciendo tarea y conociendo a Kylan cuando teníamos algo de tiempo. También viendo folletos de universidades que casualmente aparecían en mi cuarto y estos siempre contenían mucha información extra sobre negocios y economía.
En algún momento Kylan me confesó que iba a terapia, no me dijo porque lo hacía pero al parecer él consideró que era importante que lo supiera. Hablamos acerca de nuestros gustos y de pequeñeces como que me gusta morder las orillas del pan primero o que Kylan tiene una fascinación extraña con la Guerra de las Galaxias. Nos pusimos serios cuando yo le hablé de mi vida con mamá y un poco de Diego y él me comentó acerca de su mejor amiga muerta. Me parecía extraño que no hablara de ella pero parecía un tema sensible.
Cada día que pasaba me sentía más cercana a él y podía sentir que era lo mismo de parte de él. Aún nos quedaban muchas cosas que resolver pero eventualmente lo haríamos juntos. Kylan era una persona increíble y lo pude notar cuando él me presento a sus extraños amigos, que más que amigos parecían sus guardaespaldas personales.
Papá aceptaba a Kylan aunque le molestaba encontrarnos en el sillón besándonos y siempre terminaba corriéndolo de casa con indirectas. Mi padre debía agradecer que Kylan era un caballero porque yo había intentado llevarlo a mi habitación en más de una ocasión y él siempre salía huyendo. En una ocasión incluso dejó un zapato y no pude evitar llamarlo Cenicienta, para su mala suerte Kyle se encontraba cerca.
No podía decir que me molestaba Kyle, estaba comenzando a ser su amiga y él parecía más profundo de lo que aparentaba aunque claro, siempre volvía a ser distante y coqueto conmigo.
Aunque sentía que mi vida se estaba acomodando un poco desde la partida de mi madre, mi relación con papá estaba algo extraña. Él se había perdido nuestras reuniones de los sábados y estaba llegando tarde a casa. Los domingos aún eran nuestros pero él estaba más callado de lo normal y como que me molestaba un poco que él no me contara que sucedía.
Kim se había vuelto cercana a mí y eso era extraño porque Jack acaparaba mucho de mí tiempo, Mason había comenzado a comportarse extraño por lo que ella simplemente me daba una mirada de disculpas y lo seguía sin darme ninguna explicación. Lo que hacía que ambos se encerraran en su propio mundo, me preocupaba por todos a mí alrededor y ellos solo parecían estarse alejando.
Contemple mi inicio en Facebook, estaba demasiado aburrida y la tarea de química estaba esperándome en mi escritorio, agradecía que tendríamos días feriados por Acción de gracias. Comencé a investigar acerca de unos libros que había comenzado a leer cuando une ventana de chat apareció.
Tara te ha enviado un mensaje.
Tara: Gabriela Ramírez, tienes novio y yo ni enterada *carita enojada*.
Tara era una de mis amigas más viejas, la conocí en Nueva York cuando tenía doce años. Nuestra amistad online siguió hasta que Tara tuvo problemas fuertes y se alejó de todo el mundo. Fue mi mejor amiga y a su manera siempre estuvo para mí.