No tengo un tipo

Capítulo 13

Gabby

―No puedo creer que te ibas a ir así, sin despedirte de mí― papá me veía con mis maletas secuestradas detrás de él. Últimamente habíamos estado distanciados y la noticia de que me iría para Acción de gracias no lo tenía muy feliz.

―Papá…

―Nada de papaaaaá― dijo intentando imitar mi tono, se veía algo gracioso haciéndolo― eres mi pequeña y te irás sin mí para Acción de gracias.

―Ya lo discutimos, la abuela está enferma. Será la única oportunidad de verla hasta vacaciones de navidad.

Él soltó un suspiro enorme y se acercó para abrazarme, me dejé querer por mi papá un momento hasta que noté que me llevaba a las escaleras.

― ¡Hey! ―grité dándole un golpe juguetón en el brazo.

―No puedes culpar a un padre por intentarlo― él desvió su mirada y después me vio fijamente― Tengo un compromiso para Acción de gracias, quería presentarte a alguien.

Miré a mi padre intentando descifrar el idioma en el que me estaba hablando, sentí mi corazón latir rápidamente y un dolor se instaló en mi pecho. Me separé de él rápidamente intentando ordenar mis pensamientos.

―Voy a estar para ti en Acción de gracias, ¿de acuerdo? Voy a cancelar, te amo pequeña y pensé que lograría convencerte de quedarte―solté unas cuantas lágrimas y él volvió a tomarme en brazos.

― ¿Por qué no me lo dijiste?

―Quería que pasara más tiempo, ha sido todo tan rápido y sentía que estaba traicionándolas pero no podía evitar lo que comenzaba a sentir― sonreí a mi padre.

―Mamá estaría orgullosa de ti papá. Quizá podamos llevar a esta misteriosa cita tuya a México.

―No mi niña, ella tiene familia― me quedé algo pasmada.

Miré a mi padre, él aún era joven y tenía derecho a rehacer su vida estaba intentando ser una buena hija pero no podía dejar de sentirme algo dolida.

―No me gustaría que perdieras tu cita― él negó con la cabeza.

―No hay nada en el mundo más importante que tú, no voy a negarte que me siento algo diferente pero tú eres mi hija y si en algo estuvimos de acuerdo es que siempre nuestros hijos irían primero.

Sonreí a papá. Me sentía algo extraña con la idea de él saliendo con alguien que no fuera mi madre pero él sabía cómo reconfortarme y si ella lo hacía feliz entonces a mí también.

―Dado que no tengo equipaje. ¿Qué te parece si llegó mañana a casa? ― Papá y yo decidimos conservar la casa de mamá en México, ninguno de los dos nos atrevimos a vender las cosas de mi madre. Asentí hacia él y me beso la frente.

Él iba camino a la cocina cuando se volvió hacia mí.

―Solo una cosa más, deberías quitarte esa blusa es algo ofensiva― miré mi atuendo, vestía unos pequeños shorts blancos con mis tenis grises, mi blusa tenía un estampado en español que decía "No soy Norteamericana lo juro".

―No creo que sea ofensivo, es obvio que quien lo lea sabrá que soy estadounidense pero con deseos de que nadie le preste atención, cuando llegue a México pensaran que estoy jugando o al menos eso espero.

―De todas formas, ¿de dónde sacas esas esa ropa?

―Tara me envió algunas a México cuando mamá estaba enferma, me hicieron sonreír.

―Odio cuando me haces sentir mal― me reí de la mueca que hizo mi padre cuando el timbre sonó. Corrí hacia la puerta ganándole a mi padre, esperaba fuera Kylan. Como no sabía que papá vendría a casa para despedirse pedí de favor a Kylan que me llevara al aeropuerto.

Abrí la puerta entusiasmada pero mi sonrisa se borró cuando vi al chico frente a mí. Miré a mi padre quien me veía desde el lado derecho de la puerta.

―Supongo que es para ti― me regresé a la sala sentándome en el sillón, me preguntaba porque Kylan tardaba tanto en aparecer.

Papá se reía a carcajadas desde la puerta junto al chico, no era la cosa más hermosa que había visto en la Tierra pero tampoco era feo. Quizá se debía a que últimamente pensaba demasiado en Kylan y lo sexy que se veía con lentes.

El joven llevaba ropa ajustada a su cuerpo, se notaba hacia ejercicio, parecía algo mayor que yo, pero lo que había llamado mi atención eran sus ojos. Uno era color azul, el otro era un tono entre verde y amarillo. Fuera de eso, él me parecía muy normal.

―Gabby― papá me veía con una sonrisa traviesa. A veces me preguntaba si no habían cambiado a mi padre por un adolescente juguetón.

―Papá― él solo comenzó a reír más fuerte y se fue dejándome a solas con el chico. El joven me miró algo nervioso y paso su mano por su cabello dejando ver el lado izquierdo de su frente, una cicatriz apareció y quede en shock.

Me acerqué corriendo hacia él y tomé su rostro entre mis manos.

― ¡Oh por Zeus! ―el chico comenzó a reír de mi reacción pero me sentía algo asombrada, pasé mi mirada por todo su rostro, examiné sus ojos mientras el daba pequeños quejidos, finalmente recorrí su cicatriz.

― ¿Has terminado? ― Su voz me devolvió a la realidad.

― ¿Esto es una especie de disfraz? ¿Dónde está mi chico de lentes? ― él hizo una mueca.




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