No tengo un tipo

Capítulo 16

Kylan

― ¿Sabes que tus golpes no me dejan dormir? ― dejé de golpear el saco de box y vi a Kyle en la puerta de mi cuarto. Él solo llevaba un pantalón de pijama y estaba descalzo. Al menos se había puesto el pantalón.

Me giré de nuevo y volví a golpear sin contestar a su pregunta. Sentía como cada musculo de mi cuerpo dolía pero eso no me importaba mucho.

―Supongo que no te importa. Debería, ya que mañana voy a la universidad y tengo que levantarme temprano.

―Deja de ser tan gruñón Kyle― contuve mi aliento y seguí golpeando no tenía ganas de seguir con esa conversación—son solo las 10 de la noche.

―No necesitaba un informe de la hora, solo quiero dormir. Comenzarás a preocupar a mamá y papá de nuevo. Solo han sido cuatro días.

Si las miradas mataran probablemente mi hermano estaría muerto. Ya habían pasado cuatro días y eso solo era más preocupante. El hecho de que Kyle lo dijera como si nada solo me enojaba más. Gabby nunca desaparecería así.

―Fuera de aquí Kyle… ― golpeé con más fuerza el saco de box y necesité volver a colocarlo en su lugar. Mis manos dolían un infierno pero solo quería sacar un poco de frustración. Si mañana Gabby no llegaba a la escuela iría a México a buscarla.

― ¡No me iré hasta que dejes de hacer eso, bruto! ¡Necesito dormir!― Miré a mi hermano y me detuve de golpear. Había hecho un gran trabajo cansando mis músculos pero no me sentía mejor. Había cansado mi cuerpo pero mi mente seguía en ella.

―Ve a dormir Kyle― de inmediato me fui a dar un baño sin dirigirle ninguna mirada. Dicen que el agua ayuda a aclararlas ideas. Bueno eso es mentira cuando estas lo suficientemente estresado.

Un poco más relajado - físicamente - me recosté. Últimamente estaba escuchando a las bandas que Gabby oía porque, aunque sonara algo raro me recordaban a ella. Su música estridente sonaba fuerte en los audífonos mientras veía el techo de mi cuarto, dejé de escuchar la música cuando imaginé su rostro.

La primera vez que la vi fue muy extraño para mí. Solo había un asiento disponible y era a su lado. Ella parecía tan segura de sí misma. Tenía algo que atraía, como la polilla hacia la luz me había atrapado por completo.

Kyle decía que estaba exagerando que probablemente estaba pasando tiempo con su familia, pero ella por lo menos me hubiera dejado un mensaje, me lo hubiera dicho. Respiré profundo y me quité los audífonos. Era tarde y mañana tendría escuela, después de rodar una hora en la cama me dormí.

***

― ¡Juro por mi madre que te golpeare hasta que ya no puedas levantarte de la maldita cama! ― desperté sobresaltado para ver la sombra de Kyle en la puerta de mi habitación.

― ¿Qué demonios haces en mi cuarto Kyle? ― apenas sentí que estaba comenzando a dormir bien cuando mi adorable hermano interrumpió.

―No eres tú― dijo algo confuso.

La luz me cegó por un momento y después lo vi allí solo con su bóxer en la puerta de mi habitación. Eso era realmente perturbador.

―Si fuera yo creo que lo sabría― me senté en la cama, sentía mis ojos llenos de tierra.

El reloj marcaba las dos de la mañana. Kyle de verdad tenía problemas.

―Alguien ha estado tocando la puerta, pensé que estabas practicando box de nuevo― me puse en alerta inmediatamente. Yo por lo menos usaba pantalón de pijama.

Me levanté de la cama rápidamente cuando volví a escuchar golpes, casi iba a pasar a Kyle cuando me detuvo casi arrancándome el brazo.

―No vas a salir, voy a ir yo― lo recorrí con la mirada y alcé una ceja, o al menos creo que eso hice, nunca había sido muy bueno en eso.

―Estas casi desnudo. Si es Gabby no quiero que te vea así, además en esta familia yo soy el que sabe pelear.

―Sigues siendo el menor, además. ¿Por qué Gabby se presentaría a las dos de la mañana? ― Kyle lucía algo alterado. Tenía un punto pero algo me decía que en realidad era ella.

Tomé mi celular de la mesita de noche, los golpes se volvieron a escuchar esta vez más fuertes.

―Si no te marco en menos de cinco minutos sal a buscarme― bajé corriendo las escaleras. Mi corazón latía desenfrenado. Tenía miedo de abrir la puerta y que no fuera ella, también de que me topara con algo que no quisiera escuchar.

Armándome de valor abrí la puerta, entonces ella estaba allí. Su cara estaba roja, sus ojos hinchados y lágrimas caían por sus mejillas. Su cuerpo daba pequeñas sacudidas. Sus ojos me observaron un largo momento, no sabía qué hacer, nunca me había sentido tan impotente en mi vida. Era como si un gran abismo nos mantuviera separados.

Después de lo que pareció una eternidad ella se arrojó a mis brazos, la sostuve fuerte contra mí y ella saltó enredando sus piernas a mis caderas quedando nuestros rostros a la misma altura, me miró durante un momento y después escondió su cabeza en mi hombro desnudo mientras lloraba audiblemente.

En todo el tiempo que había pasado con ella nunca la había visto llorar así. La sostuve por la espalda fuertemente contra mi pecho, de alguna forma quería hacerla sentir bien, era como si quisiera fundirla conmigo, entre nuestros cuerpos no quedaba ningún espacio. La sentía helada contra mí cuerpo desnudo.




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