No tienes que amarme

La corte

  Al amanecer siguiente estaba muy nerviosa, mis padres nunca me pidieron que me involucrara mucho con los deberes de la corte en el Norte, pues el deber de reinar recaía en mi hermano y yo me casaría con algun noble o diplomatico de menor rango . No sabía qué esperar si la tarde anterior era una pequeña muestra de la corte; las sonrisas falsas e intensiones ocultas. Ahora me arrepentía de no haber insistido más cuando mis padres me apartaron de la corte, quizás entonces tendría una idea de qué pasaba tras las enormes puertas negras tras las cuales sería la reunion.

 

  Carecía de sentido seguir esperando, tomé una respiración profunda antes de abrir la puerta y entrar al enorme salón. No era una reunión del consejo del rey, despues de todo la gran mayoría habían partido con el ejercito. La corte consistía de los familiares de la realeza, varios nobles y un grupo de personajes distinguidos pertenecientes a los demás reinos,  Saoirse incluida entre ellos. Había poco más de cincuenta personas en la sala, hablando en pequeños grupos, por lo general la corte escuchaba los reclamos y peticiones de la población, ofreciendo soluciones a cada situación. Gracias a la guerra la corte operaría de forma cerrada, anticipandose a una posible invasión.

 

  Me había vestido con gran cuidado para encajar, con un hermoso vestido de terciopelo verde esmeralda adornado por un cinto dorado alrededor de la cadera. A pesar de mis esfuerzos me sentía fuera de lugar enmedio de las demás damas, por todas partes se veían pesadas capas de pieles innecesarias en el cálido día, zapatos finos, vestidos adornados de tal forma que más bien parecían una exhibición de joyería. Era claro que los presentes no escatimaban cuando de su apariencia se trataba.

 

  La reina ya estaba ahí y me apresuré a su lado, hablaba con dos nobles del Este, quienes negociaban la participación del Este en la guerra, su reino estaba lejos del centro de conflicto y la opinion de la nobleza se encontraba dividida, muchos querían entrar a la guerra y evitar que llegara a sus puertas, otros opinaban que podían darse el lujo de esperar a que los demás reinos lo resolvieran. La reina sonreía y sugería, muy sutilmente que el apoyo del Este sería agradecido. 

 

- Escuché que tienen a El General de su lado, ¿Es eso cierto?- Preguntó el más indeciso de los dos lords, un hombre de mediana estatura, de complexión delgada y bigote semejante a un cepillo .- Un gran líder como él podría convencer a nuestro pueblo de que la guerra no es una locura.

 

- El General partió al frente con el ejercito, está evaluando la situación, pero el Oeste y el Norte solos no pueden luchar por el destino de los cuatro reinos .- Dije, la reina asintió, cálida aprovación en su mirada.

 

- Ella es Tharu, princesa de los reinos Norte y Oeste.- Informó la reina cuando ambos desconocidos voltearon a verme .

 

- Su alteza, es un gusto conocerla .- Se apresuró a decir bigote-de-cepillo .- Hemos escuchado mucho sobre usted y su unión con el príncipe Ratko, un gran acontecimiento para todos los reinos.

 

  Despues la conversación se movió a temas más agradables, como las cosechas de uvas en el Este y el progreso del joven príncipe James en sus estudios mágicos, segun los rumores el joven tenía la misma cantidad de magia que una roca. Ese detalle, claro está podría costarle el trono en el futuro si alguno de sus tres hermanos menores decidía desafiarlo. Justo discutían la posibilidad de un cambio de heredero cuando Saoirse se acercó, ambos nobles guardaron silencio y la reina cambio el tema a las nuevas cortinas que quería poner en la biblioteca. Quizás yo no era la única que se sentía incómoda con su presencia.

 

- Solamente quería felicitarte Tharu.- Dijo la princesa Saoirse en un instante de silencio.- Has logrado un buen matrimonio que de seguro le dará un heredero pronto al reino, los tiempos de guerra son tan inciertos, ningún reino debería quedarse sin un gobernante, ¿no te parece?

 

- Esperamos que la fortuna nos bendiga pronto .- Dije omitiendo el pequeño hecho de que nunca habíamos consumado nuestro matrimonio  .

 

- En el Oeste un matrimonio real puede anularse si no existe un heredero, ¿Lo sabías?

 

- La princesa está enterada de nuestras leyes y costumbres, princesa Saoirse .- Interrumpió la reina, poniendo su delgada mano en mi hombro .- Ella y mi hijo estan muy unidos y no considero que su vida de dormitorio sea de tu incumbencia. Siempre es un gusto contar con tu presencia, espero que esta vez no sea diferente.

 

- Claro, majestad. En adelante me ocuparé de mis asuntos.

 

  Saoirse se fue, sus pasos fuertes en el amplio salón. Al  instante los dos nobles reanudaron su conversación, esta vez sobre posibles oportunidades económicas entre los reinos. Era una reunión informal, sin agenda, así que semejantes temas eran permitidos. Despues la reina me presentó a tres diplomáticos del Sur, quienes se oponían a la decisión de su rey de aliarse con el enemigo, a quien ellos llamaban "El reino de las sombras". Hacia el medio día sentía mi cabeza a punto de explotar de tanta información, comenzaban a mezclarse rostros y nombres en mi memoria, dejando todo cubierto por la neblina de la confusión.

 

  Notando mi incomodidad la reina anunció una pausa y me guió a sus jardines, nunca había visitado esa parte de los terrenos, era un bello jardín, dividido por altos arbustos y lleno de delicadas flores provenientes de los cuatro reinos, tenía ejemplares de plantas comunes como las sencillas rosas azules del Sur, hasta las más exóticas flores lunares del Norte. 

 

- No sé si mi hijo te haya informado, aquí cerca del estanque da clases uno de los mejores profesores de mágia. Él será tu instructor, solo te advierto que está acostumbrado a alumnos de nuestro reino, no sé si en verdad pueda ayudarte.




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