No tienes que amarme

Comienza la guerra.

  Despertar junto a Ratko no era tan terrible cuando sus ojos azules me miraban llenos de afecto, una enorme calidez había reemplazado la frialdad con la cual siempre me miraba. Besó mi frente antes de vestirse, me apresuré a imitarlo, poniendome un lindo vestido de terciopelo morado y mi capa de viaje, los guantes (y la gema) ocultos en el bolsillo. Me sentía muy nerviosa, quizás nos enteraríamos de la respuesta del Rey en unos minutos. 

 

- El General quiere hablar con nosotros, mando a un mensajero hace un rato, pero no quise despertarte .- Comentó Ratko, ciñendose su espada con una expresión de seriedad , el cinto plateado evidente sobre su túnica color vino oscuro . Su corona de oro reposaba sobre sus cabellos negros, un príncipe perfecto, miles de pintores matarían por pintar su retrato si pudieran verlo en ese momento .- Creo que él y mi padre llegaron a un acuerdo. No me arrepiento de nada, debes saberlo.

 

- Yo tampoco me arrepiento. Deberíamos ir, aunque no tengo ningun deseo de volver a platicar con Saoirse.

 

- Ya somos dos, pero me temo que es inevitable.

 

  El príncipe de hielo había cambiado, podía notarlo. Solo esperaba que el rey no interfiriera entre nosotros, no ahora que comenzabamos a entendernos. Perder a alguien siempre es doloroso, era una clase de dolor que no esperaba experimentar pronto, despues de todo, siempre odié las despedidas...

 

- Tharu, Ratko,  los estaba esperando .- Saludó mi tió haciendonos señas para que entraramos a su carpa. Esta era pequeña, contenía solo un cofre antiguo con sus armas, papel, tinta negra y plumas. No había nada que le diera un toque personal al lugar, ni siquiera una pintura de su familia o un escudo familiar .- Quería advertirles que hoy será diferente, el rey no deseaba informarles, pero merecen saberlo. Vamos a rechazar la oferta del Sur, esto como se imaginarán no será de su agrado y es posible que debamos huir. Haré todo lo posible por ayudarles, pero si no lo logro... deben escapar, sálvense ustedes. 

 

- General, con todo respeto, si hay una guerra queremos pelear .- El príncipe habló con gran determinación.

 

- Ustedes son jóvenes, no conocen la guerra, serán afortunados si logran escapar...

 

- Entrenamos para la guerra .- Dije un poco desconcertada por la postura del General .- Estamos listos.

 

- Creen estar listos, eso es muy diferente. Díganme ¿Han visto morir a alguien? ¿Alguien ha muerto por seguir sus órdenes? ¿Cuántas veces han despertado enmedio de la noche por los gritos de quienes no tuvieron la fortuna de sobrevivir? Es algo que no quieren descubrir...

 

- No puedo creer que el famoso General intenta disuadirnos de ir a la batalla.

 

- Son jóvenes, demasiado, yo he visto y vivido todo, he presenciado más guerras de las que siquiera podrían imaginar. Esto los cambiará para siempre. Sólo considérenlo, es una recomendación de un hombre cuya vida es viajar de una batalla a la siguiente . - Por primera vez noté lo cansado que lucía, sus ojos perdidos en el pasado carentes de esperanzas, sin planes de cambio .- En cuanto pones pie en el campo de batalla... no hay vuelta atrás.

 

  No respondimos, afuera anunciaban nuestra partida a las negociación.  Nunca había visto al General así, ni siquiera en los días posteriores al fallecimiento de su esposa. Mi preocupación tendría que esperar, sin perder un solo minuto nos guiaron con Saoirse de regreso a la carpa y al incómodo silencio. La princesa de Sur nos miraba como si deseara desaparecernos de su vista, me hacía sentir muy ( demasiado) incómoda. En el Norte no tenía enemigos, al menos que yo supiera, odiaba la forma en que su presencia me provocaba inseguridad. Ella nació en las cortes, conocía el juego, yo no.

 

  Las primeras horas estuvieron calmadas, sin ningun indicio de problemas, cuando varios soldados comenzaron a apostarse alrededor de la carpa, creían ser muy discretos pero era imposible no ver sus enormes siluetas contra la tela blanca. Ratko me miró e hizo un gesto con la cabeza, su mano derecha moviendose hacia donde estaría su espada si no nos hubieran hecho dejar cualquier arma antes de entrar. Guardé mis manos en los bosillos, envolviendo la pequeña y oculta gema entre mis dedos. Su presencia me reconfortaba en esos momentos de tensión.

 

" Espero volver a ver el Norte, espero regresar a mi hogar cuando todo esto termine.... Espero que todo sea como antes" Pensé, es raro, cómo en momentos de máxima tensión resultaba tan sencillo recordar mi hogar, sentir de nuevo el llamado del agua, algo que suponía imposible sin usar la gema del agua. Aun a la distancia, el Norte era mi fuerza, era la tierra que juré proteger. Si podía los salvaría a todos, al reino, a mi tío, a Ratko. Si pudiera detenerlo... Todo sucedió muy rápido. Dos soldados entraron, informando a Saoirse sus ordenes.

 

- El rey no quiere sobrevivientes, nos mandaron a ejecutarlos .- Gruñó el más robusto de ambos .- Sus tropas se aproximan, debemos apresurarnos.




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