La Leyenda

Cuenta una leyenda, poco conocida, que había una niña de 7 años de edad, a la cual le encantaban mucho las estrellas, tanto así que iluminaba su habitación con cientos de ellas. Todas las noches antes de irse a dormir las observaba por su ventana con la ilusión de, alguna vez poder conocer una, ya que ella creía que las estrellas eran como nosotros, los seres humanos.

La pequeña le temía a la oscuridad y a lo que pudiera esconderse detrás de ella, por esa razón siempre dejaba la ventana abierta, para que así la luz de la luna y de las estrellas entrara por la misma. Esto hacia que ya no tuviera tanto miedo y podía dormir en paz.

Como era de costumbre, la niña antes de ir a dormir se arrodillaba en frente de su ventana y hablaba con Dios, y siempre antes de terminar su oración, le pedía que le concediera su más grande deseo: conocer una estrella.

Y como era de esperarse nada pasaba, sin embargo, ella no perdía la fe.

***

Una noche, luego de haber terminado su oración se levantó y miró por la ventana, ella estaba llorando. Posiblemente ya estaba cansada de pedir algo que no se cumpliría, así que se secó las lágrimas y decidió irse a dormir, pero... Notó que había algo brillante detrás de ella.

Y entonces...

Cuando se dió vuelta, un hombre estaba ahí. No uno común y corriente, uno que brillaba, con cabello gris platinado, con ojos azules como el océano y su piel era blanca como la nieve. Aparentaba tener unos 17 años, pero en realidad él tenía millones de años. Estaba ahí sentando al lado de su cama, mirándola fijamente con una sonrisa encantadora. De él salían destellos azules, y a su alrededor volaban pequeñas luciérnagas del mismo color. Era verdaderamente hermoso.

Él era una estrella.

Al pasar el tiempo, la niña y él se hicieron grandes amigos, tanto así que todas las noches él bajaba y jugaba con ella. Le contaba historias del espacio y de cómo eran las demás estrellas, sus hermanas. No se marchaba hasta que la pequeña no quedase dormida.

Los dos eran bastante solitarios. Cada uno se sentía vacío y llenaban ese espacio en su interior jugando, riendo, contando historias y chistes.

Con el tiempo la niña floreció y la estrella la acompañó en todo su crecimiento. Como era de esperarse, esa amistad que los unía se convirtió en algo más. Desatando así un gran caos en la tierra y en el espacio.

Sin importar las consecuencias de sus actos, decidieron estar juntos.

Ella quedó embarazada.

Él se metió en serios problemas.

Pero estaba dispuesto a pagar cada uno de ellos. Él no se arrepentía absolutamente de nada.

Todo sea por amor.

Cuando los padres de la joven se enteraron de tal asunto, le preguntaron una y otra vez quién era el padre, pero ella no podía contarles nada al respecto. Así que a sus padres no les quedó de otra que echarla de la casa. Dejándola a su suerte.

La estrella como pudo consiguió un lugar donde su amada y su bebé pudieran vivir, un lugar muy lejos de toda aquella persona que la conociera a ella, un lugar donde nadie los molestaría. Para que así el bebé que llevaba en su interior no corriera ningún peligro.

Eso fué lo que ellos pensaron.

Hasta aquella noche...

Como todas las noches, la estrella bajaba y estaba junto a su amada, esperando con ansias la llegada de su bebé, ya que la estrella había visto que era una niña y que iba a nacer de noche, solo que no sabia con exactitud cuál.

Los 12 desde hacia tiempo se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo. Así que la noche prevista donde la bebé iba a nacer, detuvieron a la estrella traidora.

Él fue condenado a muerte, así que Los 12 procedieron a sacarle el brillo de su interior. Eliminándolo por completo de todo el espacio y la tierra, para siempre.

La joven lo estaba esperando, pero él no regresó.

Al sonar el reloj marcando las 12:12am nació una bebé fuerte de cabello gris platinado con ojos como el océano y su piel blanca como la nieve.

La joven y su bebé quedaron absolutamente solas contra el inmenso mundo.

Y ahora para la madre primeriza ver a su hija, era como ver a su único amigo y amor.

Su verdadero amor que nunca regresó.