DE NATÁN
Su taxi siempre huele, por alguna razón, a un buen perfume. Es algo que me sorprende mucho. Y además, siempre escucha música agradable.
—¡Toma el guion, Óscar!
—¡Oh! ¡Qué lujo! —dice el conductor al tomar el manuscrito—. ¿Lo escribiste tú?
—No, tengo un equipo de esclavos literarios. Los compré en Vietnam. Diez por un dólar —me burlo, acomodándome en el asiento trasero.
—Merci, merci. Lo voy a leer rápido —arranca el coche—. ¿Vamos a casa de Noa?
—Todos los caminos de un hombre conducen a una mujer —asiento.
Y partimos. No puedo evitar recordar cómo llegué a esta ciudad. Me recibió una lluvia tremenda y este hombre alegre que se agarró de inmediato a mi maleta. Luego vino el bajón en el póker, la mano rota, el ratón. Después, una borrachera tremenda y una resaca mortal. Y luego... todo se reinició. Todo cambió. Me enamoré de Noa, empecé a ganar otra vez en el póker, y escribí este guion. Nunca habría imaginado que volvería a escribir. Y tan rápido, además.
Tal vez, a veces, para cambiar el rumbo de las cosas, necesitas soltar el control, dejar de preocuparte tanto por todo, no darle tanta importancia a las cosas. Y una buena borrachera, por supuesto, ayuda perfectamente con eso.
Ya llevamos un minuto frente a la puerta de Mark, tocando el timbre, golpeando y llamando desesperadamente. Incluso Alicia intenta ayudarnos, pero tampoco logra nada. Nos quedamos ahí, sin saber qué hacer.
—Vámonos a casa —digo.
—¿Y Mark? ¿Qué le pasó? —pregunta la pequeña Alicia.
Abrazo a Noa:
—Nada. Tal vez salió por ahí... ¡Uy! ¿Qué es eso?
Me sobresalto y saco la esfera del bolsillo de Noa. Está fría como siempre.
—¿La llevas en el bolsillo? —me sorprendo.
—Me olvidé de ella.
—¡Oh! Vamos a probar un poco de magia callejera —tomo la esfera y la acerco a la cerradura. La paso unos segundos por ahí, como si la cargara de energía—. A ver ahora...
Intento abrir la puerta, pero sigue cerrada. No pasa nada.
—Bueno, hicimos todo lo posible. Vámonos. ¿Quieres venir a cenar con nosotros, Alicia?
La niña asiente, y caminamos juntos.
—¿Te imaginas? Resulta que ellos dos se gustaban desde la escuela.
—¿Y ahora Oly no quiere a Santi?
—No —sacudo la cabeza—. Ahora no quiere a nadie. Están los dos como en estado de shock. Santi me llamó. Le contó a Oly que quiere hacer un videojuego, pero necesita apoyo. Y ella no dijo nada.
—Los chicos tienen un drama.
—Ni que lo digas, compadre.
Los tres estamos en la cocina después de una rica cena, chismeando como corresponde.
—Yo no quiero enamorarme nunca —interviene de repente Alicia.
—¿Por qué? —Noa y yo nos reímos.
—Porque es complicado… y desagradable.
—¡Vamos! ¡Míranos! ¡Estamos enamorados! ¿Nos ves mal? —la beso en la mejilla y ella me abraza.
Alicia piensa un momento.
—Pero a mí nadie me va a querer. Estoy mal…
—Alicia, todos los raritos tienen su otra mitad —le digo con autoridad—. De hecho, no deberías buscar el amor. Cuando estés lista, vendrá solo. No te preocupes por eso. ¿Alguna otra pregunta?
—Por ahora no.
Pasamos el rato entre risas hasta que anochece y Alicia se va a casa. Cierro la puerta detrás de ella y regreso a la cocina. Noa está sentada en la mesa, jugando con la esfera. Me siento y la abrazo por detrás. Tomo sus manos entre las mías.
—Si no fuera por esta cosita rara, te habría perdido en la ciudad. Sin ninguna esperanza de encontrarte otra vez.
—¿Cómo?
—Gracias a ella vinimos a casa de Mark. Y ahí tú me viste.
—Es cierto. Creo que no importa qué eventos nos unieron. Importa para qué sucedió todo. ¿Sabes cómo encontré este piso?
—¿Cómo?
—Me perdí en la ciudad. A propósito...
Y de pronto, ambos nos quedamos paralizados. La esfera, que hace un momento giraba obedientemente entre nuestros dedos, empieza a elevarse en el aire. Y queda flotando allí.
—¿Lo estás viendo?
—Lo veo.
Ninguno de los dos respira. La esfera gira tranquilamente en el aire. Me atrevo a mover los dedos y ella reacciona. Como si estuviera conectada a mí por hilos invisibles.
—Esto es... de locos —susurro al oído de Noa.
—Totalmente.
Y de repente, en la ventana del apartamento de enfrente, se enciende una luz. Alguien entra. Pero no alcanzo a ver quién es.
—¿Mark? ¿Volvió Mark?
#7854 en Novela romántica
#3842 en Otros
#444 en Aventura
realismomágicocontemporáneo, thrillerderealismomágico, tramasoriginalesysorprendentes
Editado: 08.08.2025