Noah

Capítulo 1

Hola me llamo Noah y tengo 15 años de edad casi 16, y No, no soy una chica normal ¿Por qué? toda mi vida me la he pasado rodeada chicos. Y es que la verdad, las chicas eran muy crueles conmigo, por lo que nunca me gustó estar cerca de ellas. Yo era más de andar para arriba y para abajo con mis amigos, como un chico. Si no fuera por mi largo cabello castaño todos en el Instituto dirían que soy un chico ya que actuaba como ellos, vestía como ellos y hasta hablaba como uno de ellos.

Al primero que conocí fue a Oliver, ojos azules, cabello rubio, labios rosa, altura ideal (creo que me salí del tema). En fin, el día que lo conocí tenía 7 años, su madre y la mía eran mejores amigas, por lo que deseaban que lo fuésemos también, así que lo hicieron prometer que me cuidaría en la escuela. Lo gracioso es que ese día se peleó con mi segundo amigo llamado Bryan y yo fue quien terminó defendiéndolo.

Bryan, un chico de ojos cafés claro, sonrisa Colgate y seductor como ninguno, su pelo castaño y sus características de modelo de revista aún desde pequeño, y se peleó con Oliver por defender a su hermano pequeño Mateo.

Mateo hermano de Bryan, el cual era muy pegado a mi desde que nos conocimos cosa que a Oliver no le gustaba, era como si no soportará estar sin mí, claro hasta que creció y dejó de ser una ternura para ser todo un conquistador. Y, por último, pero no menos impotente Cristian, la verdad no recuerdo cuando ni donde lo conocí, es peli rojo y aunque es un bombón, casi no habla, lo de él son los números, los libros, tipo el súper guapo chico nerd.

Si lo sé, esto se escucha muy mal, cuatro chicos y una sola chica, mi madre también me miró muy mal cuando se enteró, pero la verdad es que ellos no me ven así, si lo sabré yo, más que nadie que soy su mejor amiga y sé que su gusto en chicas es muy exigente. Yo lo sabía, sabía que nunca me verían así, aun así, no pude evitar enamorarme de uno de ellos y es que hacíamos todo juntos, eso era inevitable, no mirarlo diferentes cuando todo de él me traía, si era Oliver. Para mí él era el chico perfecto, me encantaba todo de él hasta su faceta de idiota, sin embargo, él nunca había sido un idiota conmigo, siempre era amable conmigo hasta ese odioso día que decidí contarle todo, por creerme la valiente, me arrepentí mucho de eso.

Era mi fiesta de 15 y mi mamá había preparado una súper fiesta, donde yo me sentía la reina, tenía tanta seguridad ese día que lo llame y lo aparte de los demás, para llevarlo a la cocina.

—     ¿Pasa algo Noah? Estamos a punto de hacer nuestro mega baile para las chicas. — dice apurado.

—     Tengo que decirte algo muy impotente. — lo miro a los ojos y él asiente. — me gustas. — suelto rápidamente, creo que demasiado rápido, por su expresión.

Enseguida su ceño se frunce y me mira atónito, para luego reírse.

—     ¿Me estás tomando el pelo? — dice con gracia y yo niego enseguida. — ¿hablas de gustar como a las chicas? — rasca su nuca con gracia.

Asiento con la cabeza ¿Eso que significaba?

—     Yo soy una chica. — digo ofendida.

—     Claro que no Noah, eres como un chico para mi. — se ríe. — nuca saldría contigo, eso sería como besar a uno de los chicos.

—     ¡Pero no soy un chico! — digo harta de sus burlas.

—     Pero tampoco una chica, al menos no mi tipo de chica, nunca saldría contigo. — dice aun burlándose, por lo que tenía ganas de quitarle esa estúpida sonrisa. — en verdad eso fue gracioso, pero no lo vuelvas a hacer, tengo que contarle esto a los chicos.

Dice para luego marcharse, mientras yo permanecía ahí parada, la verdad tenía unas enormes ganas de echarme a llorar ¿cómo es que no podía verme como una chica? Además, se había burlado de mí, en mi propia cara, y les contaría a los chicos, eso era cruel, no creí que fuera capaz de hacerlo. Pero me equivoque, sentí unas enormes ganas de que la tierra me tragara cuando al salir de la cocina lo halle contándole todo a Bryan mientras ambos se burlan ¿de mí?

Quería irme a mi cuarto ya mismo, no quería ver a ninguno de ellos, no quería ninguna fiesta, no quería nada. Así que intenté salir de allí cuanto antes, pero mamá me retuvo, «hora de cortar el pastel», dijo ella, por lo que fui obligada a permanecer allí.

Pero eso no fue lo peor, lo peor fue cuando lo vi besarse con Claudia. Digo no puedo esperar otro momento que después de rechazarme y en mi fiesta de cumpleaños, para besarse con ella como si su vida dependiera de eso.

Todo el mundo salió de “mi” fiesta hablando de cómo se basaban y tocaban, digo, se convirtió en el evento principal de la fiesta, de “mi” fiesta. La verdad desde ese día no lo quise volver a ver nunca más, ni siquiera me acerqué a los chicos. sí había creído que las chicas eran crueles ellos definitivamente eran peores. No tenía ganas de andar con ellos, menos después que me enteré de que se volvió novio de Claudia.

No tenía ni deseos de ir a la escuela, era una tortura tenerlos que ver súper melosos en todas partes, pero no podía faltar a la escuela, mamá nunca lo permitiría, menos cuando sólo faltaba unos cuantos días para los exámenes. El problema es que hacia todo con ellos, no tenía más amigos, por lo que me sentaba junto a ellos y a estas horas del partido nadie iba a querer cambiar de lugar conmigo. Si no le hubiese contado todo a los chicos, podría al menos fingir indiferencia, pero fue tan cruel para ir y contarles que me había rechazado.

Por eso trate por todos los medios de alejarme de ellos, incluso llegaba antes y movía las sillas, para poder estar separada de ellos, caminaba sola todos los días en el patio, para no tener que entrar a la cafetería y verlos. La verdad mi corazón estaba roto, tanto que miles de pedazos habían salido volando y ya no los encontraba para armarlo, lo peor era que lo había roto la última persona en el mundo que pensé que lo haría, mi mejor amigo.

Por suerte la tortura no duró mucho y pronto llegaron las muy ansiadas (al menos por mi) vacaciones de verano. Aunque no me duró mucho tiempo la alegría y me arrepentí de haberlas deseado, después de que me enteré que Oliver se mudaba a mi calle y no solamente eso sino también al lado de mi casa, al parecer a nuestras madres le pareció una grandiosa idea el estar más cerca.



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En el texto hay: amor, escuela, juvend

Editado: 20.02.2023

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