Cinco meses antes, Leonardo recibió una noticia que lo dejó devastado: Han herido a Bianca.
De inmediato, en lo que supo, que era el gobierno de Italia sabiendo que ella estaría allí, declaró la guerra que se tenía estipulada desde antes que el naciera, pero que ahora se adelantaba por este suceso; llamando a todo todos los mafiosos del mundo.
De primero fue Estados Unidos y su mafia que ahora tenía influencias con el gobierno americano.
De segundo llamó a la rusa, estos tenían parte en el gobierno y aceptaron su petición que desde años atrás habían prometido aceptar.
De tercero llamó a la monarquía de Inglaterra, el rey Enrique, le dijo que se haría cargo de todo el proceso una vez las tropas llegaran a la capital de Italia.
El cuarto fue al régimen Corea del Norte. El presidente con orgullo le prometió serle de ayuda.
Y la quinta llamada la hizo a la Nobleza Negra que esperaban ese comunicado importante.
"Yo, Leonardo Bonaccorsi, llamó a mis leales nobles mafiosos. Tal día como este, nuestros ante pasados tuvieron la iniciativa de restaurar la monarquía. Ahora tal día como ese anhelado, al fin ha llegado. Les digo, que no será fácil el recorrido, pero puedo jurar, que lograremos llevar nuestra revolución a todo el país. Declaro a Bianca reina de todos ustedes, ahora se encuentra entre la vida y la muerte, pero sé que ella será fuerte y logrará vencer, su deber siempre será protegerla en donde sea que esté o como se encuentre. Viva la Nobleza Negra de Italia y la revolución de nuestras tropas".
La primera ciudad en ser tomada por los mafiosos fue Milán donde todo había comenzado. La noticia de esto dio vuelta a todo el mundo. Francia intentó defender está masacre, pero Inglaterra le dijo que no se moviera.
Cada cuartel de mafia fue tomando ciudades. Al quinto día de este acontecimiento, la población italiana estaba en aislamiento. Nadie podía salir ni por un segundo de sus hogares.
Habían cientos de soldados por todas las calles disparando a los invasores de Albani y a la mafia de la cuidad.
Milán dejó a la población sin aliento cuando una avioneta dejó caer una bomba y acabó con una estación de policía.
"Italia en llamas: La policía y todo el cuerpo de soldados intentan refrenar la intervención de la mafia italiana que se quiere adueñar de la nación. ¿En qué mundo estamos viviendo? Todavía no sabemos a qué se debe este retorcido plan, noticias CNN informa".
Dejaron a toda la nación sin electricidad en el décimo día. Los hospitales se llenaban cada vez más de pacientes con graves lesiones. El único hospital que estaba a salvo de toda esta locura era el Central que estaba cubierto por soldados uniformados.
Dos días después del décimo día cortaron las señales telefónicas y comenzaron saqueos en todas partes. Los soldados del gobiernos se entregaban arrodillados con bandera blanca.
Veinticinco días después volvió la electricidad y la señal telefónica, se anunciaba la muerte de varios funcionarios del gobierno, entre ellos el presidente. El vicepresidente, en una cadena televisiva entregaba el estado, más no dijo a quién.
Al mes varios países de Europa como España, Ucrania y Turquía quisieron ayudar a acabar con la intervención de Italia más una amenaza de Rusia y Corea los hizo retroceder.
Organizaciones como la Otan se mantuvo en silencio; el mundo estero estaba en consternación, la nación italiana había entrado en crisis.
Las personas salieron al fin de sus casas y comenzaron a protestar en las calles. Hubo aproximadamente 625 muertes de civiles al mes y medio de este suceso, con las protestas.
El gobierno no se comunicaba, era como si hubieran dejado a los italianos sin un líder político que les diera una explicación de lo que estaba pasando.
El rey Enriquez de Inglaterra dijo dos meses después, que mandaría ayuda a los más afectados de Italia, seguido de Estados Unidos, que también se ofreció.
España pidió una explicación de lo que estaba sucediendo en su continente, siendo ellos respondidos por el presidente de Rusia: "Eso no es tu problema".
Comenzaron a llegar tropas a Roma y bajaban la bandera colorida de Italia cambiando esta por una del mismo color, pero con tonos más oscuros.
Los italianos estaban asustados, no sabían a qué se debía todo esto y nadie parecía saberlo.
Ya casi tres meses del inicio, llegaron empleados de Albani a la sede de la Presidencia de la República: A un majestuoso e inmensurable edificio, obra de Domenico Fontana, Carlo Maderno y Gian Lorenzo Bernini, que fue en aquel entonces, la residencia de verano de los papas durante más de tres siglos y luego el hogar de los reyes de Italia.
En su interior albergaba magníficas colecciones de arte, compuestas por estatuas, pinturas antiguas y modernas, tapices, carruajes, relojes y porcelana. A dos pasos se encontraba situada la famosa Fontana di Trevi, entregada al eterno imaginario colectivo por la película de Fellini “La dolce vita”.
Todo esto se transmitía por televisión en todo el mundo. Llegaban mujeres con vestidos y maletas. Pero nadie decía nada, solo sabían que el gobierno estaba desterrado y alguien debía tomar el cargo, pero nada se hablaba de votaciones democráticas.
Soldados informaron al pueblo y se transmitió por todo el país, que se hablaría sobre la nueva orden del país, este domingo en Piazza de Quirinale, donde estaba el palacio presidencial.
El papa dio un comunicado donde decía que todo esto era para bien que no se preocuparan por lo que estaba sucediendo. Claro, que detrás de todo esto había amenazas. Por lo menos una parte que era servidora a este hombre creyó y se relajó, pero por otra parte estaban los astutos que no creían en nada de lo que se hablaba.
Domingo y centenares de italianos y periodistas de todo el mundo estaban en la Piazza de Quirinale esperando que se diera la información sobre lo sucedido en la República.