Nobunaga Oda

ETERNAL ROUTE - CAPITULO 11 (6-10)

Los hombres de Ranmaru y Motonari viajaron a Hongan-ji. Mejor dicho, a lo que quedaba de él. La pequeña cabaña en la que entraron ni siquiera sirvió como recuerdo de la gloria de ese vasto recinto del templo.

Ranmaru- ¿Y el Amo Kennyo vendrá aquí?

Ranmaru dejó a la durmiente MC en el suelo sin perder de vista a su compañero temporal.

Subordinado de Monotari- Sí. Nuestro jefe lo traerá pronto.

Ranmaru sabía que no podía confiar en ese hombre, pero no tenía otra opción. Fue entonces cuando la puerta se abrió...

Ranmaru- ¡Amo Kennyo!

Reconociendo la figura que estaba en la entrada, Ranmaru corrió hacia él.

Ranmaru- ¡Está bien! Amo... yo... estoy tan contento.

Kennyo vio las lágrimas en los ojos de Ranmaru y miró hacia otro lado como si fuera una visión dolorosa.

Kennyo- Ranmaru. Perdóname. Yo...

Tanto sus palabras como la mano que extendió hacia el joven se alejaron.

Ranmaru- ...Maestro, todo está bien. Todo lo que me importa es que usted esté a salvo.

Sonrió entre lágrimas; era la sonrisa que su Maestro siempre se alegraba de ver.

Motonari- Aww. ¡Qué dulce! ¡Sigue así y me harás llorar a mí también! Je je.

Ranmaru- Motonari...

Motonari pasó por delante de ellos y entró en la pequeña cabaña. Ranmaru le miró fijamente.

Motonari- ¡Cuidado con ese temperamento! ¿No criaste a este chico con modales, Kennyo...?

Kennyo no respondió; sus propios ojos se estrecharon, mirando a Motonari. El fragmento del hombre amable que una vez fue se volvió a enterrar de nuevo.

Motonari- ...¿vamos a hacernos muecas de miedo el uno al otro, o vamos a ir al grano? Nobunaga podría llegar en cualquier momento. ¡Tenemos que estar listos para darle una agradable y cordial bienvenida! En cuanto a la mujer...

Subordinado de Monotari- Je. Déjamela a mí, jefe...

Ranmaru- ¡Espera!

Kennyo- ¿Ranmaru?

Ranmaru- ...déjame vigilarla. Fue mi brebaje el que la noqueó. Yo debería ser el indicado.

Notando la seriedad en los ojos de Ranmaru, Kennyo se volvió hacia Motonari.

Kennyo- Motonari. No deberías tener problemas en confiarle esto a Ranmaru, ¿no?

Monotari- El mocoso es apenas más grande que ella... Pero por otra parte, mi lady tiene la apariencia de que una brisa fuerte podría derribarla. Bien. En cuanto al resto del plan... Cuando él llegue, ya sabes qué hacer.

Kennyo- ...lo sé.

Monotari- Estaré cerca, disfrutando del espectáculo. Tú, ven conmigo.

Motonari señaló a su subordinado. Salieron de la cabaña.

Ranmaru- ¡Amo Kennyo...!

Ranmaru gritó cuando Kennyo comenzó a salir, como si quisiera detenerlo.

Kennyo- Sólo quería hacerle saber... que no tiene que preocuparse por mí.

Las mismas palabras tranquilizadoras no llegaron a los labios de Kennyo. Sólo había dolor allí.

Se fue sin mirar atrás.

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Mientras tanto, Nobunaga y Kenshin estaban envueltos en una feroz batalla...

Kenshin- Espero que estés listo para una pelea, Nobunaga. De una manera u otra tomaré tu cabeza.

Nobunaga- Será interesante ver cuánto tiempo dura tu bravuconería, Kenshin.

La lluvia se impregna en sus espadas. Sin embargo, los dos oponentes se sonrien el uno al otro.

Nobunaga- Tu cuartel pronto caerá.

Kenshin- ¿Y? ¿Se supone que debo admitir la derrota?

La hoja afilada de Kenshin se dirigió hacia la tráquea de Nobunaga...

Nobunaga- En absoluto. Eso sería aburrido.

Nobunaga detuvo el golpe, dio un paso adelante y balanceó su propia espada hacia abajo.

Kenshin- ¡Al menos estamos de acuerdo!

El acero chocó con el acero, las dos hojas cantaban el himno de la batalla.

Kenshin- Así que lucha contra mí como si fuera en serio.

Había ira bajo la plácida superficie de los ojos de Kenshin. Golpeó a Nobunaga una vez más...

Mensajero- ¡Lord Nobunaga! ¡Noticias urgentes...!

El mensajero gritó sobre el estruendo de la peligrosa contienda de los dos señores de la guerra.

Nobunaga- ¿Qué pasa?

Mensajero- ¡Lady MC ha sido secuestrada!

Nobunaga se estremeció, con los ojos muy abiertos. Era una apertura que Kenshin no dejaría pasar. Giró su espada, golpeando lo que debería haber sido un golpe mortal... pero Nobunaga rechazó la espada con una fuerza incomparable a la de antes.

Nobunaga- ...no tengo tiempo para jugar con un perro loco.

Kenshin- ¿No es eso agradable? Me alegro de que hayas decidido dejar de hacer el tonto, Nobunaga.

La furiosa batalla a su alrededor fue ahogada por el tamborileo de la lluvia. Sólo los dos combatientes parecían existir en ese espacio, su energía y emoción crecieron hasta alcanzar el punto máximo mientras el duelo se prolongaba...

Kenshin- ...No has terminado aún, ¿verdad?

Nobunaga- Yo no soy el que se está frenando...

Sus respiraciones jadeantes se elevaron como vapor en el aire húmedo; el sudor se mezcló con la lluvia y la sangre fluía por sus rostros. El duelo parecía durar una eternidad, hasta que...

Nobunaga- ...parece que esta lucha ha terminado.

Kenshin- ¿Qué? ¡No puede ser!

Hideyoshi- ¡¡Lord Nobunaga!!

Hideyoshi y el resto de los señores de la guerra de Oda cabalgaron en ayuda de su señor.




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