“기원”
Capitulo 10
—¿Que haces aquí? ¡Tenías que ser tú!
— ¿Estas desilusionado cariño?, Lo siento, ¡Pero así son las cosas! —Su sonrisa reflejaba odio y satisfacción.
— Yo siempre te consideré mi familia maldito!
— ¡¿ómo pudiste traicionarnos así?! —Yeonjun estaba llorando, no podía creer que el chico con carita de ángel hubiera resultado un demonio.
— Ay Yeuonjunnie, las cosas cambian —observó a Tae—. Así que jamás te borré la memoria. —Alzó una ceja—. Sujeta a el perro de Choi o quieres que te ayude a olvidar como asesino a tus amigos.
— Lai no tienes que hacer esto. —Sollozó mientras trataba de coger las manos de Yeonjun.
— ¡Solo hazlo maldita sea! —Su mirada viajó hasta chocar con la mía—. No te preocupes querida, nos hiremos lejos, veras que después nisiquiera recordarás el nombre de estos inútiles. —Trató de abrazarme pero lo aparte rápidamente.
— ¿Lai de Kim? —El asintió, asentí de igual forma para repentinamente escupirle, lo cual lo hizo gruñir—. A mí no me dices mi amor maldito bastardo, no soy como las perras con las que has estado en la cama, así que o dejas en paz a mis amigos, o te mueres.
— Dime eso al oído mientras gimes por mis estocad... — Beomgyu lo tomó de el cuello, para posteriormente azotarlo cruelmente contra el suelo, Momo cubría sus ojos mientras Tae soltaba a Yeonjun y iba a ayudar a su amigo, unos minutos después el tipo comenzó a escupir sangre, era todo un caos, podía ser un vampiro, uno sin cerebro, era un pésimo pretendiente, si es que lo era.
Pude observar como le arrancaban el cuello y su cuerpo se consumía por las llamas, no joderas más Lai de Kim, eras una buena persona, si es que lo fuiste. Por alguna razón frente a mis ojos vi pasar toda su vida, desde su nacimiento hasta el momento de su muerte, observé el rostro de mi padre, el rostro de su amor platónico. Pero era algo confuso, una escena en particular llamó mi atención, un árbol con un columpio y una lápida, la cual rápidamente se transformaron en dos.
— Todo estará bien SeulBi, todo estará bien. —Sus labios aún tenían sangre, pero era sangre de vampiro así que no temia, de echo a lado de Beomgyu me sentía protegida, el era mi escudo y mi fortaleza.
— Tenemos que ir a la manada. —Sentencié y el me miró con extrañesa lo mismo que los demás—. Soy la única sobreviviente del clan real, necesito averiguar sobre mi origen... De dónde vengo yo. Lo necesito Beomgyu.
— ¿Estás consciente de que si vuelves allí es para gobernar? —Susurró Momo a lado de Taehyun.
— Lo sé, y junto a ustedes sería increíble hacerlo.
— Lamentablemente no es así como funcionan las leyes... —El tono triste en las palabras de Momo me provocaron algunos escalofríos—. Aquí nos separamos, debo volver a Wenia, Taehyun también.
— Pero, ¿Porqué? ¿Qué hay en Wenia que no pueda haber en el Reino? —Yeonjun había realizado la pregunta que todos queríamos hacer.
— Libertad. —Y con esa sonrisa débil Momo tomó la mano de Taehyun, ambos batieron sus espadas y desaparecieron en un santiamén como si de humo se tratase.
— Creo que continuaremos solos. —Bromeó Yeonjun con algo de tristeza.
— ¿SeulBi Kim? —Se escuchó decir a un hombre con atuendo de soldado real.
— Si, soy yo...
— Acompañeme, el segundo príncipe real quiere verla.
— ¿Segundo príncipe real? Creí que ya no había sangre Real. —Comenté con el ceño fruncido.
— Se informó muy bien señorita, el joven Kai no es de la familia Real, es simplemente su primo, por eso es que solicitó verla.
[...]
Cuando ingresamos en el lustre hogar de el que se suponía era mi primo, me encontré con una sorpresa, la fortaleza no parecía ser la misma que Momo describió, si era cierto que el trono seguía en su mismo sitió con su misma aura de misterio y de sombras, pero ahora en medio de la sala se encontraba una mesa con demasiados lugares, y ahí se encontraban nueve chicos.
Kai se acercó a mi con una sonrisa y después me abrazó con ilucion y felicidad.
— Creí que no te encontraríamos a tiempo... —Beomgyu apartó un poco sus manos con el ceño fruncido—. Tranquilo, somos familia.
— ¿Quien se supone que son ellos? —Pregunte señalando al resto de los hombres. Yeonjun se colocó detrás de mi... Había olvidado por completo que era un humano.
— Namjoon, ven aquí. —Llamó Kai y de inmediato un hombre alto se puso de pie y vino hacia nosotros junto a un hombre de pelos rojos que vestía una gabardina negra dejando ver su elegancia, a su lado dos hombres más se pusieron de pie, uno con el cabello azabache y otro con el pelo platinado y la piel pálida, a estos dos se unieron tres más pequeños, cuya única similitud era el extravagante color de pelo: negro, verde del bosque y rosa. ¿Quién de todos era el famoso Namjoon?
— ¿SeulBi? Un gusto... Kim Namjoon. —Entrelazamos nuestras manos y sentí una calidez dentro de mi, algo muy similar a la paz. Repentinamente pude ver su vida pasar frente a mis ojos, pero solté su mano de inmediato—. El poder de ver la vida de las personas, es interesante...