El reloj marca que eran las nueve en punto de un viernes a la noche me encontraba solo en mí oficina recostado hacia atrás en mi sillón de cuero marrón reclinable, mientras sostenía un papel en mi mano izquierda y un bolígrafo de tinta negra en mi mano derecha ya todos mis compañeros habían decidido marcharse temprano a casa hoy, por suerte había finalizó mí jornada laboral así que sin perder un minuto más de mí tiempo decidí que ya era hora de acomodar mí escritorio y guardar mis papeles adentró del primer cajón de mi escritorio juntó, con mí bolígrafo favorito ya que era un regalo de mí graduación de mis padres que tenía mí nombre grabado en letras doradas, luego de dejar todo en orden decide buscar mí abrigo que se encontraba colgado en la percha detrás de la puerta de mi oficina me coloque mí abrigo de color marrón claro y luego de eso metí una de mis manos dentro del bolsillo derecho de mi abrigo y saqué unas llaves de color plateado, antes de irme busco mi paragua de color negro que había dejado en una esquina de un rincón de la pared, apague las luces del lugar y cerré la puerta con llave me aseguré de que todo está en orden antes de irme, trabajo en una editorial que se llama "Lectores Independientes" yo soy el que escribe en la columna de opinión sobre los echos de la actualidad soy graduado en la universidad de lengua y literatura y también tengo un posgrado en letras, actualmente tengo 27 años y soy un chico soltero sin hijos mí nombre Kim Taeyung. Al marcharme del edificio abro mi paragua para ser el mes de otoño a estado lloviendo mucho últimamente en está ciudad, voy caminando en silencio las luces de los faroles de las calles iluminan con una luz tenue, de pronto siento como una suave brisa acaricia la piel de mi rostro y escucho el sonido de cada gota de la lluvia caer sobre los árboles y las hojas secas desparramas en el suelo comienzo a sentir el olor a tierra mojada siempre me a gustado mucho los días de lluvia. Me encuentro yendo en éste momento aún café muy serca de mí de departamento que es un lugar pequeño pero muy cómodo todavía recuerdo cómo fue que termine viviendo en la ciudad me gradué a la edad de 23 años un día estaba leyendo el diario matutino y me fijo la página de clasificado había un aviso para un puesto de trabajo en una editorial que estaban buscando, a personas jóvenes para trabajar en un artículo de redacción por suerte yo contaba con todos los requisitos todavía recuerdo los nervios que tenía en mi primera entrevista de trabajo, luego de que me otorgarán el puesto llamé a mis padres desde una cabina telefónica pública para contarles las buenas noticias y también saludar a mis hermanos menores que se encuentran viviendo aún con ellos dos. Dejar mi pueblo, mí lugar de origen y mi casa paterna no fue nada fácil y muchos menos dejar a mi madre ya que siempre tuvimos un vínculo muy especial, detengo mí caminata frente a la puerta de entrada del café, cierro mí paragua para luego entrar al lugar saludo al dueño del lugar con un apretón de manos que se encontraba trabajando detrás del mostrador, después de eso me voy a sentar en uno de los sofás de color rojo que se encontraba detrás de una mesa de color marrón claro hubicado al gran vental de vidrio observó como las gotas de lluvia caen sobré el vidrio y se deslizan muy lentamente ,el mozo se acerca a mí rápidamente y me saluda muy cordialmente, le devuelvo el saludo anota mí orden en una libreta de color gris con un bolígrafo de tinta azul, luego de esperar unos minutos trae mí orden en una bandeja de color plateado acomodando todo sobre la mesa cuidadosamente, le agradezco y luego se marcha sigilosamente, bebo mí chocolate caliente en pequeños sorbos, luego hago pequeños bocados al tostado de jamón y queso que se encontraba servido sobre un plato de color blanco el mismo color de la taza, luego cómo la magdalena de vainilla y por último bebo el jugo de naranja, le pido la cuenta al mozo le dejo el dinero sobre la mesa junto con su propina y una nota de agradecimiento después de unos minutos emprendo mí marcha hacia mí departamento, un lugar muy cómodo y elegante hubicado en la otra esquina de la calle.