Siempre me quedaba a practicar en el estudio de baile todas las noches, los 7 días de la semana sin descanso alguno, me había propuesto dar lo mejor de mí mismo se que con mucho esfuerzo y dedicación tardé o temprano lo iba a lograr, mí nombre es Park Jimin tengo 23 años de edad soy bailarín profesional pertenezco a una compañía de baile de danzas clásicas, me recosté en el piso frío ya cansado de tanto bailar sentía como las gotas de sudor de mí frente caían sobre mí rostro, así que decidí levantarme y buscar en mi bolso mi toalla y tomar una ducha en los vestuarios del edificio, después de bañarme cambiar mi ropa y colocarme mis zapatillas limpias que siempre llevo de respuesto decidí que ya era el momento de irme, al abandonar el edificio paso por un supermercado y compró un ramen instantáneo, un jugo de frutas y un helado de choclo para recuperar fuerzas, continúo con mi caminata hasta detenerme en la parada de autobús me siento en un banco hasta esperar que el autobús llegué, de repente un chico alegre y simpático se sienta juntó a mí y me dijo: buenas noches, veo que no soy el único que espera el último autobús de la noche y yo le respondí es agradable tener compañía y con quién hablar y pasar un buen rato al llegar nuestro autobús los dos nos levantamos del banco y subimos al autobús decide sentarme a su lado y conversar con el en el trayecto del viaje.