Noche Mágica

Gracias

─ ¿pa-para donde me llevas? Me arrepentí de inmediato, no fue solo la pregunta o el tartamudeo, fue encontrar su mirada cargada de reproche y de dolor; por un instante todo a nuestro alrededor desapareció, su mirada se traslada a mis labios y la mía a los suyos, siento una necesidad de tomarlos y saborearlos lentamente. Un carraspeo nos saca de nuestra ensoñación, ahora veo al Carlos de siempre, frio y distante.

Te llevo donde Miguel, deben revisar tu pie, solo espero que nada grave te haya sucedido, estoy por creer que te gusta el dolor, buscas cada forma de salir lastimada.

Sus palabras me desconciertan, tienen un grado de reclamo, pero me hacen sentir que está al pendiente de mi es verdad que en todos mis juegos termino con algunos golpes, pero el hecho que él lo recuerde, hace que la luz de esperanza crezca con mayor fuerza. Giro el rostro lejos de él para encontrarme con la mirada acusadora de las resbalosas y ofrecidas del barrio. Sus rostros hacen que la idea que tenía cavilando se haga realidad, así que coloco mi brazo alrededor de su cuello en lo que apego mi cabeza a su pecho, de reojo veo a las tipas con una sonrisa de triunfo en mi rostro. Hubiese deseado que el momento se congelara y no terminara, pero no puedo manipular el tiempo.

Desde ese día las cosas con Carlos cambiaron un poco, ahora nuestro cruce de miradas es acompañado de una sonrisa ─ en mi interior tengo un nido de mariposas que se alborotan cuando lo ven, es una lástima que justo en este momento abandona el barrio y el pueblo junto a sus tíos.

 

 

Llega fin de año y con ella la esperanza de mi hermana, cada año madre le promete dejar que organice una fiesta en la casa, todo a cambio de que obtenga las mejores notas.

Con ella las cosas están mejor que antes “tratamos de llevar la fiesta en paz” por lo menos dejó a un lado los insultos y apodos, ahora trata de ser más mi amiga.

Maite ¿estarás en la fiesta? ¿quieres invitar a alguien? Sé que mis amigas no son de tu agrado y quiero que tengas con quien hablar. La fiesta es este viernes a las siete de la noche, no debes preocuparte por nada, ya todo está listo.

En las palabras de mi hermana se nota la felicidad que siente al obtener su premio, su cara es iluminada por una sonrisa en lo que espera mi respuesta. Suspiro para llenarme de valor ¿A dónde iría? Total, la fiesta es en la casa y no soy de amigas, decir que no estaré presente, es cambiar la decisión de nuestros padres, ellos confían en que yo no permita un desorden en esa dichosa fiesta ¿debería ser lo contrario? Ella es la mayor, no yo. Dañar la salida de ellos no es la idea, la fiesta de mi hermana…. Quizá, estar rodeada de gente tan prepotente y ruidosa no es lo mío ¿Qué hago? .....

Mai, sé que las fiestas no son de tu agrado, pero nuestros padres desean salir a disfrutar también, ¿¡no crees que es justo con ellos!?, si quieres no salgas del cuarto, solo di que me harás compañía, si dices que no, ellos no cederán y no podré hacer la fiesta que tanto quiero.

Veo como la mirada de mi hermana se cristaliza, sus palabras salen con dificultad, son casi susurros apagados por el dolor ─ sería mi oportunidad de vengarme por todo su trato, pero eso significa que mis padres pagarían por algo que no deben.

Si─ digo con gesto de desagrado, pero ese simple si, hace que mi hermana me abrace e inicie una ronda de besos en mi cara ─ ¡déjame! Digo en lo que la retiro, arrugo mi ceño por su actuar ¿Qué cree? No soy de muestras de afecto y menos cuando tengo claro que ella lo hace por conveniencia.  

─ Gracias, prometo no molestar ni insistir para que salgas, haré como que no existes.

Espero que te quede gustando y siempre hagas de cuenta que no existo, digo en tono neutro ─ Sé que soy algo grosera con ella, pero es hora de parar sus insultos y groserías. Ella solo hace un asentamiento con la cabeza y se retira, eso me alegra, está es una de las pocas veces que tengo la sartén por el mango, tener el poder de la situación hace que mi rostro refleje lo feliz que estoy.

 

 

Estoy agota de ver a mi hermana en su sesión de belleza, todas sus amigas están alborotadas buscando y rebuscando algo que les deje poca piel cubierta. Por mi parte decidí terminar de leer mi libro favorito ─ sería más fácil concentrarme si estas loras parlanchinas se dignaran a hacer silencio. Es realmente incomodo estar en la misma habitación que todas estas urracas, ¡en verdad me desesperan! Ni modo de ir con mis padres, ellos ya salieron “a su cita romántica”, no me mal interpreten, no es que me disguste, pero odio estar sola en esta casa y rodeada de jóvenes toqueteándose en cada oportunidad.

Siento mi cabeza explotar, el ruido del equipo de sonido se escucha hasta la luna ─ debo admitir que la música es buena, es variada desde Break Dance, Electrónica, Pop, Rock, Champeta y todo lo que los ponga a brincar como locos en la sala de la casa ─ ¡doy gracias al cielo!, parece que el vallenato no es su fuerte ¡por fin el universo tiene piedad de esta pobre mortal!

─ Chicas ¿aceptan una competencia de baile? ─ Aceptamos, pero con la condición de tener un juez justo, ustedes siempre hacen trampa.  

¿Maite? Sí, ella es perfecta



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En el texto hay: amor a destiempo, amor . realidad . mujer

Editado: 07.08.2020

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