Noche Mágica

Mala decisión

Después de mi penoso día, todo vuelve a la realidad. Es algo difícil esto de ser mujer y más cuando todo pasa de una forma tan extraña, solo espero, que ese cambio de humor sea porque es la primera vez de mi periodo, no deseo pasar por lo mismo cada mes, eso de estar echada a la pena, es ridículo.

Mi desarrollo es algo lento, los cambios de mi cuerpo se están haciendo presentes ─ ¡por lo menos ya no soy tan tabla! Aunque mis pechos son pequeños, mis caderas son algo pronunciadas…. ¡ahora parezco una pera! Bueno, mini pera, por aquello de mi tamaño.

Debo admitir que aprendí arreglarme un poco, es algo en lo que mi hermana influyo demasiado, según ella, debo lucir bien pues ya estoy próxima a cumplir mis quince años. Todas las chicas sueñan con ese día, hacer la qué fiesta con adornos, bailar el vals, ver como todos gozan y después critican hasta por la comida. No soy de fiestas, menos sabiendo que mi compañero y príncipe de vals no estaría.

 No sé nada de él, solo que se cumplirá un año ya de su partida….

El día de mis quince años, fue la primera vez que tome licor y creo que será la última. Mi mama organizó un almuerzo familiar y nos autorizó una mini reunión de seis, luego terminamos solo cuatro, mi hermana, el novio, un amigo de su novio y yo.

Camilo es el nombre del chico que ese día nos acompañó, es bastante mayor, lleva insistiendo en que sea su novia. No es alguien que me atraiga, es divertido, pero meloso y siendo sincera, odio a las personas melosas. Él tiene como ventaja, el hecho que a mi mamá le cae super bien, “supo cómo ganársela”, es muy trabajador y tiene su proyecto de vida definido, proyecto del cual no quiero ser parte.

Como todos los sábados en horas de la tarde, vamos a los ensayos de gimnasia rítmica con mi hermana y en compañía de los susodichos antes mencionados. Hace un mes aprobaron un proyecto con la alcaldía para crear un grupo que represente al pueblo en esta disciplina deportiva. Casi todas las jovencitas están en este grupo, pero no todas somos titulares.

Mi hermana lleva reforzando los entrenamientos en casa, ella ya es titular, quiere que yo también lo sea, es por eso que ensayamos dos horas diarias. ¡Mentiría al decir que yo no deseo lo mismo! Amo viajar, así como las piruetas o coreografías que hacemos.

Los esfuerzos de mi hermana dan sus frutos, soy titular “la más chica”, la que debe sacrificar su derreir (cuerpo), para los malabares que articuló el profesor, él desea una mezcla de gimnasia rítmica y acrobática ─ ¡claro! Matemos al burro, o sea a Maite, no puedo no reír por mis pensamientos. Lo que menos tengo es ser burra, pero siempre soy la pendeja de los Flic Flac que culminan con Split frontal. Según el profesor, no es nada difícil para alguien con bases en taekwondo, ¡claro, profe! Es tan sencillo romperse el cuatro letras en cualquiera de las dos disciplinas, resoplo con lo último, la verdad hay momentos que la situación me incómoda, por más que amas algo, no es justo que siempre seas el conejillo de indias, todo por ser flaca, ágil o hábil :(

Luego de entrenar por más tres meses, tenemos presentación en el parque del pueblo, los chicos ayudan con los trajes, debemos llevar los de danzas y los de gimnasia, es un día alocado, ¡agradezco tener maletero propio! Camilo resulta ser bastante intenso, le envío mensajes subliminales para que entienda que no me gusta, no es el tipo de hombre que quiero, pero creo, que ni con mi forma tan poco sutil para decirle las cosas, he logrado que entienda. Hoy cree que es mi asesor personal, me ahoga con sus atenciones, sus palabras tan cargadas de miel y su cara de enamorado convencido atosigan mi vivir. Él cree que con esas palabras de “mi amor, princesa, reina, corazón” y otras tantas que generan una especie de indignación, impaciencia y tristeza, sí, tristeza, tristeza de ver que este hombre es bueno, pero no es el que yo quiero, menos el que deseo. Sus palabras bonitas no significan nada para mí, no despiertan las mariposas que duermen melancólicas en el fondo de mi estómago y a la espera de ese ser que las haga revolotear sin control.

La presentación fue muy bonita, me agrada que las personas nos aplaudan y feliciten por nuestro esfuerzo, es una lastima que mi felicidad hoy es destruida por escuchar lo que no debía. Carlos, mi Carlos ¡bueno! Sé que no es mío, pero ya ni modo. Él muy hijo de su no santa madrecita, vendrá en tres meses y acompañado por su novia, disque a “presentarla en sociedad” ¡maldito! Como me hace esto ¡respira Maite! Con golpear el piso, no lograras nada, ¡bueno, lastimarme los pies! Pero no dolerá igual que esta noticia, después de más de un año sin saber de él, con una estúpida cita con el cielo, unas canciones que me hacían sentir única y la ilusión de que volviera, y viera que no soy la misma que un día dejó en este pueblo. No es justo, es lo único que logro pensar, por todo el centenar de sentimientos que invaden mi ser.

No quiero celebrar, no quiero reír, solo quiero gritar y decirle que se puede ir al infierno si quiere, pero hasta hoy seguiré esperando por un milagro. Voy a mi lugar favorito, sí, la terraza. Sólo ella es testigo de la destrucción de este caset del infierno, con eso doy todo por finalizado ¡claro, que me vera diferente! Esta nueva Maite le dejará muy en claro que ya no es la muchachita que un día lo miraba con ojos de anhelo, esta Maite es la renovada. Exorcizar mi alma mediante la destrucción de este artefacto despiadado y cargado con letras falsas, con canciones que decían tanto y hoy descubro, que nunca decían nada, todo fue falso, todo fue un simple sueño sin final feliz.



#30087 en Novela romántica
#19007 en Otros
#5533 en Relatos cortos

En el texto hay: amor a destiempo, amor . realidad . mujer

Editado: 07.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.